Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

"Hoy más que nunca hace falta que todos los países remen en la misma dirección"

Dos figuras de cartón de Donald Trump y Xi Jinping con máscaras protectoras contra el coronavirus, en una tienda de obsequios de Moscú. 

Dos figuras de cartón de Donald Trump y Xi Jinping con máscaras protectoras contra el coronavirus, en una tienda de obsequios de Moscú.  / EVGENIA NOVOZHENINA (REUTERS)

Llevo semanas leyendo que los animales están poco a poco invadiendo las grandes ciudades, que los cielos se están descontaminando. Algunos incluso aseguran que hemos subestimado a la naturaleza durante demasiado tiempo y ahora nos está poniendo en nuestro sitio. La calle es ahora un lugar desolador. Los únicos en habitarla son cajeros de supermercados, empresas funerarias, enfermeras, repartidores... Mientras algunos forman tapones para irse a sus segundas residencias, otras personas sacan nuestro país a flote. Quizá estemos ante el desmantelamiento del capitalismo, ya no somos los dueños del mundo y aquél que gana menos es realmente al que más necesitamos. La magnitud de las nuevas reglas del juego son todavía impredecibles.

Entretodos

En este contexto de miedo e incertidumbre, se me plantean algunas cuestiones. Hasta hace poco parecía que esto del coronavirus era una cosa de Oriente, algo lejano que jamás cruzaría nuestras fronteras. Hoy parece de chiste ver que, siendo EEUU uno de los últimos países en entrar y viendo cómo había ido creciendo la pandemia, estén hasta el cuello y parezca que vayan a acabar peor que el resto (se dice que van a superar el millón de víctimas). No deja de sorprenderme la capacidad de los políticos estadounidenses para creer que están por encima del bien y del mal, incluso tratándose de una pandemia que se está propagando a nivel mundial. En todo caso, parece que ya se están poniendo serios y buscan una vacuna que ponga freno al virus. Por otro lado está China, que lo lleva padeciendo más tiempo y ya hace pruebas con pacientes.

Me entristece tener la sensación de que esta crisis se esté convirtiendo poco a poco en una guerra política por ver quién consigue antes la ansiada vacuna. Me entristece que los grandes laboratorios mundiales no se pongan de acuerdo tal y como proponía hace unos días la revista 'Science', con una especie de 'Proyecto Manhattan' para que entre todos los laboratorios desarrollen la mejor vacuna posible. Hay al menos 44 vacunas en primera fase de desarrollo (un laboratorio español entre ellos, que trabaja en una vacuna que parece va a ser muy eficaz pero tardará bastante en llegar). Es como una carrera de Fórmula 1, donde cada país está en un punto distinto de salida: China tiene la 'pole', Estados Unidos va detrás y España (por poner nuestro ejemplo) tiene un coche fiable, que probablemente llegue entre los últimos, pero quizá en mejores condiciones que el resto (o eso nos venden). Parece que lo más seguro sería apostar por lo que llevamos esperando ya desde hace un tiempo, que China consiga patentar la vacuna y EEUU le acabe entregando la batuta de primera potencia mundial. Esto puede convertirse en un programa de cotilleo donde el mundo entero tiene que ver cómo cuatro descerebrados se echan un pulso para ver quién llega antes. Mientras tanto, el mundo se desangra.

Hace ya mucho de la URSS, y nos enfrentamos a una pandemia con letras mayúsculas. El barrendero, la cajera o el repartidor se exponen a diario para que nosotros podamos seguir con nuestras vidas, ellos no tienen signo político. Ya no existen fronteras, ni para los que mueven los hilos ni para nosotros: el covid-19 se ha encargado de borrarlas. No las volvamos a poner nosotros, por favor. Y yo no sé en vuestro caso, pero en el mío tengo personas cercanas que están el hospital con un diagnóstico grave. Hoy más que nunca hace falta que todos rememos en la misma dirección."

Participaciones de loslectores

Másdebates