El horror de la manipulación que sufrimos

La realidad política del país es nefasta: nadie quiere hablar de los problemas diarios del ciudadano. Queremos hablar de Cristina Cifuentes y su máster, de la independencia, del fin de ETA, de que Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal se tiran de los pelos con la mirada...

No queremos hablar de la situación tan alarmante que tenemos en la sanidad pública española, las diferencias monumentales de una comunidad autónoma a otra; no queremos hablar del empleo, que sigue en stand by, con tantas personas en paro; el gran riesgo que corren nuestras pensiones: una es consciente, con 24 años que tengo, de que no la voy a recibir...

No queremos hablar de las guerras, del terrorismo, del hambre, del incremento de las violaciones, de la delincuencia... No quieren que hablemos, porque nos intentan manipular y nosotros somos tan considerados que permitimos que la distracción sea lo único que nos importe: el titular, la noticia, el cotilleo... 

No tenemos mucho tiempo hasta que todo se mezcle y sea agitado para que estalle un cóctel que nos pringue la cara, sin posibilidad de coger una servilleta para limpiarnos, porque ya no quedarán...

La manipulación de nuestros días, aterradora.