"Hay que fomentar las buenas prácticas alimentarias, tanto en materia de desperdicios como de salud"

La UE quiere aumentar la seguridad alimentaria / Epi_rc_es

En un contexto en el que se agudiza la hambruna crónica en las zonas más depauperadas del continente africano y otros lares a consecuencia de la escasez de alimentos, agravada por la invasión rusa de Ucrania, que ha afectado a las despensas mundiales de trigo y cereales y al suministro internacional de alimentos, y en el que en países más desarrollados se alargan las colas de los bancos de alimentos, cobra especial significado la anunciada ley sobre los desperdicios alimentarios. No es admisible ese insolidario despilfarro que conlleva un coste económico, ético, social y medioambiental. Más allá del poder disuasorio de las sanciones administrativas resulta fundamental concienciar a todos los responsables de la cadena alimentaria y a los consumidores de que no hay que tirar los excedentes de comida a la basura. Debe adquirirse lo necesario e imprescindible para el consumo, sin derroches. Desde la escuela, junto con la familia, debe educarse y fomentarse las buenas prácticas alimentarias. Y no solo en materia de desperdicios, sino también en salud alimentaria, combatiendo la creciente plaga de una obesidad que cada vez más afecta a menores. Debemos recapacitar con más humanidad, sentido, sensibilidad y responsabilidad.