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¿Cuánto tiempo resistiré en esta abrumadora soledad?

Playa de Torroella de Montgrí

Playa de Torroella de Montgrí / Ajuntament de Torroella de Montgrí

Juan José Conejo Corredera

Nadie escuchó a la caracola, la insensatez forma parte de la raza humana. La caracola me trae al oído voces del pasado. ¡Oh, caracola, qué tristes son los recuerdos que encierras! Caracola, que en la arena mueres de pena solitaria. El vaivén de las olas te despierta del letargo e interrumpe tu sueño eterno. Ni siquiera puedes morir en paz. El eco que hay dentro de ti te perturba. No te culpes, caracola, ¿qué más pudiste hacer?

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No hay huellas en la arena de esta playa que la gente abarrotaba. Hay más golondrinas en el cielo, pero están cantando para nadie. ¿Cuánto tiempo resistiré en esta abrumadora soledad? El paraíso no existe donde solo hay uno. Se convierte en tormento la nostalgia de un abrazo. Y ella sigue ahí inamovible, la caracola es un espejo que refleja lo que un día el mundo fue. ¡Oh, Tierra, nunca pensaste que esto pudiera ocurrir!

Si escribo en la arena, mis palabras se las lleva el mar. ¿Cómo sabrán otros mundos lo que aquí ocurrió? ¿Entenderán ellos los murmullos de la caracola? Mundos más avanzados se reirán, ni la tecnología ni la inteligencia artificial nos libraron. Y sobre esta hoja de papel escribo, sobre esta hoja que arranqué del diario de un moribundo. Su diario estaba lleno de palabras de esperanza y, sin embargo, esto fue lo último que escribió: "¿Por qué no hicimos caso a la caracola?". Y sobre esta hoja escribo, la última página que quedaba del diario del penúltimo superviviente.

"¡Resistiré, resistiré!", cantaba la gente. ¿Por qué debería resistir?, ¿resistir para quién? Ya no quedan hijos por quienes luchar, ya no hay sociedad que reconstruir. Ya no importa la situación de la economía, ya no importa el nivel de desempleo. Ya se acaba la única hoja de la que dispongo, en tres líneas debo concluir. ¿Qué más puedo decir?, pues que yo también moriré. ¡Oh, caracola, solo tú serás testigo de mi último suspiro!, guarda en tu interior los gemidos de la tierra, que el universo llore la soledad del planeta de la imprudencia.

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