Butano a las puertas del siglo XXI

Un hombre entra con una bombona de butano en una vivienda en el Raval. / ANNA BRUGUES

Aunque en ciertos aspectos no lo parezca, vivimos en pleno siglo XXI, un momento en que en todos los domicilios hay teléfono e incluso internet. Por este motivo, no me parece normal que diariamente debamos escuchar a un señor golpeando con un martillo una bombona de butano con la intención de provocar el mayor ruido posible. Repsol, empresa del IBEX y con muchos recursos, debería buscar otras fórmulas para vender y repartir las bombonas. No entro a valorar si los repartidores están dados de alta como trabajadores y tienen todas las garantías laborables, pero sí quiero pedir que se valore la necesidad de este método para vender bombonas. Aunque algunas personas mayores no puedan utilizar internet para efectuar los pedidos, seguro que pueden hacer una llamada para pedir las bombonas. Quizá, de esta forma, además de organizar una empresa de servicios, también acabaremos con algunos abusos en cuanto al precio de la bombona.