Las graduaciones de estudios pueden mantener parte de la 'magia' a pesar del coronavirus

La actual pandemia que estamos viviendo ha trastocado todos los ámbitos de eso que veníamos denominando como normalidad. Una de las esferas que más cambios ha experimentado ha sido la de la educación y la formación, que ha tenido que adaptarse, en muchas ocasiones de una forma exprés, a la metodología online.

Ello, más allá de lo puramente formativo, ha impactado también en otros aspectos que, en un principio, podrían parecer banales, pero que forman parte de esa normalidad que temporalmente se ha visto modificada, en buena parte por el confinamiento.

Las graduaciones en tiempos del coronavirus

El curso escolar, no exento de polémica por las brechas que existen entre los recursos de los que disponen los estudiantes, ha continuado de forma digital, pero hay acontecimientos y ritos a los que, de no ser por la tecnología, tendríamos que haber renunciado. Uno de ellos es la graduación, que tiene lugar cuando se cierra cualquier tipo de ciclo educativo (Primaria, ESO, Bachillerato…) o, incluso, cuando se termina un curso formativo.

Aunque por el momento no se podrán festejar estos éxitos educativos con reuniones multitudinarias en persona, una de las costumbres más afianzadas es la de hacer una orla con todos los compañeros de clase. Y ahora puede ser un bálsamo hasta que se puedan llevar a cabo las celebraciones presenciales. Y aquí también existen soluciones digitales que permiten no tener que renunciar a este bonito recuerdo. Una de ellas es la que proponen desde OrlaOnline, un proyecto de Edidáctica, empresa de Jerez de la Frontera que centra sus actividades en material didáctico para centros escolares.

OrlaOnline es una plataforma desde la cual podremos encargar nuestra orla de una manera extremadamente sencilla y recibirla en 48-72 horas. El proceso se reduce a hacer las fotografías con los respectivos móviles (eso sí, intentando hacerlas a la misma distancia), subirlas a la plataforma, elegir el diseño (que puede ser personalizado) y hacer el pedido, pudiendo elegir entre 5 opciones. Una de ellas, en pdf, “se prevé que en estos momentos sea una opción indispensable”, asegura Salvador De la Barrera, CEO de la firma junto a su hermano Isaac.

Unas previsiones al alza

La situación de control de la movilidad que aún sigue vigente está repercutiendo favorablemente al negocio de los hermanos De la Barrera. Salvador nos cuenta que en estos meses de confinamiento han experimentado “un aumento de los pedidos, con un crecimiento interanual del 115%, una ocupación de servidores que hemos tenido que ampliar considerablemente y que se han cuadruplicado las consultas, lo que indica que es un periodo excepcional para nuestro negocio”. A pesar de los buenos números, prefieren ser cautelosos, por lo que considera que “aún es pronto” para hacer unas previsiones fiables, dado que “las graduaciones se llevan a cabo entre los meses de mayo y julio, dependiendo de las etapas o ciclos”. No obstante, asegura Salvador, “todos los indicadores que manejamos indican que sí” están logrando convertir en ventas el interés suscitado. Tanto es así, que desde la compañía expresan orgullosos que “no hemos tenido que realizar ERTE en nuestra plantilla; seguimos teletrabajando”.

La compañía, que nació en 2012 como apuesta tecnológica para realizar estos ‘tesoros’ de manera automatizada y bajo aplicación online, ha pasado a ser “una empresa rentable y autosuficiente”, aseguran desde OrlaOnline. De hecho, con una plantilla media de 15 empleados, la compañía lleva acumulada desde 2015 una facturación que ronda el millón de euros. “El pasado año cerramos con una facturación de 200.000 euros, con una tasa media de crecimiento anual que oscila entre el 16% y el 20%”, y OrlaOnline tiene un papel muy importante, ya que “supone un 20% de las ventas de la empresa”.

Más allá de esta etapa de confinamiento y restricciones a la movilidad, “el perfil de nuestros clientes se centra en aquellos involucrados en las etapas educativas de los alumnos, como AMPAs, profesores y, en algunos casos, incluso los propios alumnos”. Sin embargo, como confiesa Salvador, también tienen “clubes deportivos, asociaciones, educación de adultos o ayuntamientos, aunque en menor medida”.

En definitiva, se trata de un ejemplo más de cómo lo digital ha llegado para quedarse y de cómo las iniciativas que se apoyan en la tecnología pueden llegar a asentarse y ser rentables, aportando valor a la ciudadanía en momentos tan duros como los que estamos viviendo.