Barcelona buena y barata: desayunar un bacalao espectacular en L'Andreuenc, orgullo de barrio

L'Andreuenc es un refugio gastronómico. Una familia y una cocina enamorada de su barrio, que es Sant Andreu, el nombre ya lo deja claro. En la pizarra de la entrada -en una callejuela algo estrecha y a 60 pasos de la Rambla de Fabra i Puig, contados-, está escrito a los cuatro vientos que cocinan platos y platillos para desayunar de tenedor y cuchara. Entre guisos, croquetas y arroces se adivina una verbena: el 'bacallà de l’àvia' Carmen. Un plato que suena a guirnaldas porque que lo tiene todo. Bacalao, desayuno y receta de la abuela.

Barcelona buena y barata: esta ensaladilla es Otra Cosa

Juli y Susana Alcoriza son hermanos y a principios del 2023 abrieron este local de cocina catalana tradicional llevado con simpatía y pasión. Ofrecen coquinaria impecable que concilia y reconcilia el recetario clásico catalán con una visión gastronómica contemporánea. Sus platos son tan sabrosos como ligeros, son reconocibles y sexis. Un ejemplo de esta brillante adaptación a los tiempos es, paradojas te da la vida, el 'bacallà de l’àvia'. Receta heredada de los abuelos Carmen Vivas y Julio Alcoriza donde el morro de primerísima calidad comparte protagonismo con la fritura exquisitamente delicada y el sofrito de amor a cámara lenta, de puros 'locardos'. El tiempo es un ingrediente más en la cocina tradicional catalana.

Juli huye de la cocción excesiva del morro de bacalao con una fritura breve pero intensa. Se funden las gelatinas interiores sin dejar que la jugosidad abandone el lingote enharinado. A los vegetales les da candela suave y chup-chup largo, para que expresen con calma la poesía del paladar. Incorpora pasas a ese magma rojizo y dulzón que tan bien contrasta con el bocado tierno y salobre del pescado. El resultado es una piel finísima de crujiente sutil, lascas que se separan dulcemente casi con tan solo mirarlas y una salsa de ligereza vegetal dulcemente compotada. Te lo repito: impecable. Lo flipas Carmen, un platazo. Por cierto, de la otra abuela, Vicenta Martínez, también preparan unos estupendos callos.

Susana lleva la sala con alta eficacia y simpatía a partes iguales. Si le das cancha te contará historias de la familia, de los platos y del barrio. Sin ser invasiva, sabe detectar el interés de sus comensales por lo que se come y lo que se pasea. Déjate aconsejar, de ella partió la idea de gozarla muy fuerte con las albóndigas con sofrito de gamba. Una deliciosa experiencia esférica donde el sabor del sofrito es de nuevo el gran protagonista, esta vez con la esencia crustácea convertida en potencia de cuchara complementada con el terrenal sabor de las almendras ligeramente tostadas. Imprescindible el pan del Forn del Passeig, ganador este año del mejor pan de payès, otra vez el barrio. Esa salsa de textura granulada y rústica, intensa y brillante, pide a gritos ser rebañada con pasión hasta dejar bien limpio el fondo del plato.

Por cierto, hablando de platos. L'Andreuenc es un local sencillo en las formas y discreto en su decoración, pero que no escatima en la calidad de las copas, los cubiertos y vajilla. La gracia de identificar donde reside lo importante forma parte del éxito de un buen restaurante. Sigue la diversión con la ensaladilla de patata y zanahoria, cocinados al punto exacto por separado. La cucharada es cremosa y divertida a base de incorporar en la mayonesa una buena proporción de brandada, que añade un extra de sabor y aroma. Terminan con el crujiente extremo de unas rodajas fritas de plátano macho.

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Si te atreves con el arroz para desayunar, tienes el fijo de gamba de Palamós con sepia y 'allioli' de azafrán. Con esta fórmula, nada me falta. Pero si eres más de 'carnaca' y setas, aprovecha la temporada para pedirte el de ternera con trompeta, espárragos y colmenillas. Arroces secos, servidos en paella, elaborados con arroz variedad bomba, sofritos de hasta ocho horas de elaboración y siempre con fondos o caldos hechos en casa. Altísima personalidad. Desatada. Cambian a menudo los postres, así que vas a encontrar sorpresitas en la carta. Si tienes opción, disfruta con el pudin de 'xuixo' o del flan con pasas. Clásicos como la 'panna cotta' de café nunca fallan. Aprovecho: buen café para terminar de de gozar a sorbitos la mañana. Hay que destacarlo porque, tristemente en Barcelona, no siempre pasa.

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Nos cuenta Mauricio que “la clave es tener las verduras mucho tiempo confitando en el aceite”, se tienen que convertir en hortalizas casi compotadas. Y es el caso: se mantiene la individualidad de cada corte vegetal, la muy ligera resistencia al diente en cada mordisco, pero el conjunto resulta básicamente cremoso y ligero. Nada aceitoso, sutil, muy ligeramente dulzón por los azúcares naturales de las hortalizas. Es una sinfonía esta 'samfaina'.