Ruta con gusto

¿Qué hacer en Cuenca? 6 experiencias gastronómicas para todos los bolsillos

Viaja a Cuenca, actual Capital Española de la Gastronomía, para darte un pequeño o gran homenaje en alguno de estos sitios

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raff san pedro

raff san pedro / Raff San Pedro

Laia Zieger

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Este año es el de Cuenca, actual Capital Española de la Gastronomía. Un reconocimiento a la riqueza culinaria de esta ciudad de Castilla-La Mancha por su gran variedad de productos de calidad, y la combinación de vanguardia y tradición que le han valido este reconocimieno. De hecho, no puede tener mejor lema: 'Cuenca deliciosa'. ¡Y para allí que vamos a ponernos las botas! Aquí te proponemos opciones para todos los gustos y bolsillos. 

El alajú de Cuenca.

El alajú de Cuenca. / Confitería Marisol

Confitería Marisol: dulce tradición

El postre más típico de la provincia de Cuenca responde al dulce nombre -nunca mejor dicho- de alajú. Algo así como un primo no muy lejano del turrón, hecho a base de una masa de almendras, pan rallado y tostado, especias finas y miel. Dicen que uno de los mejores lugares para hincarle el diente es la Confitería Marisol, una institución de la ciudad desde principios de los años 60, cuyas elaboraciones son tradicionales y artesanales. Otras especialidades de la casa son las galletitas, como las tejas, florentina y lenguas de gato, todo muy 'vintage'. Ideal para traer un 'souvenir' 'foodie', que siempre sienta bien. Diego Jiménez, 4. Presupuesto: menos de 10 €

Los gigantescos bocatas de Bar La Mona.

Los gigantescos bocatas de Bar La Mona. / La Mona

La Mona: desayunos y bocatas de campeones

Un buen bar de barrio con ambiente vecinal que aún se ha resistido a la invasión turística. Hacen tapeo, pero aquí se viene a zampar un bocadillo XXL de pan recién horneado, con una única meta: acabárselo. Por un precio que ronda los 6 euros, tienen una carta de bocadillos clásicos, aunque lo recomendable es probar sus opciones con nombre propio con combinaciones resultonas. Quien se atreva puede hacerse con un ‘Pilar’, una mezcla sorprendente de calamar, chorizo, atún y mayonesa, que da el pego. Mucho, mucho. Presupuesto: 10-15 €

El lugar más tradicional, La Ponderosa.

El lugar más tradicional, La Ponderosa. / La Ponderosa

La Ponderosa: al loro con esta barra de platillos y vinos

Dicen de este bar que es un templo del producto. Y es cierto. Producto, producto y más producto. Un garito con aire de bodega rústica donde no faltan ni los jamones colgando ni las ruedas de carro decorando las paredes. Eso sí, aquí hay que armarse de paciencia, porque siempre está a tope. Se come en la barra de pie, y la espera vale la pena para disfrutar de especialidades como sus huevos revueltos con cosas, su morteruelo (un paté manchego con carne de caza), sus platos de casquería y otras recetas siempre de temporada. De postre, hay que probar el picatoste (pan frito mojado en vino tinto con confitura de tomate) o el queso manchego con membrillo. San Francisco, 20. Presupuesto: 30-40 €

El Gallo Gastro Bar, cocina creativa.

El Gallo Gastro Bar, cocina creativa. / El Gallo

El Gallo: cocina creativa internacional para variar

Sitio de barra, cerveza, vino y productos de buena calidad a unos precios muy ajustados. La carta es corta pero sugerente, y mola mucho por su toque más creativo y con influencias internacionales, justo lo contrario de la cocina de toda la vida de La Ponderosa. Su 'brioche' de costilla al curri y menta es una locura que crea adicción. Otro 'it' de la casa son los 'yubikis' de zamburiñas con emulsión de 'kimchi', los 'baos' de panceta, pepino y cebolleta; y el 'tataki' de atún, crema de yogur y eneldo, manzana, menta y mango. El resto de la carta va cambiando según el humor de la chef, la leonesa Marina Cenitagoya, instalada aquí tras enamorarse de Cuenca. Prueba de su valía es el solete Repsol que ostentan. Fray Luis de León, 2. Presupuesto: 20-30 €.


Uno de los platos del restaurante Raff San Pedro (Cuenca).

La cocina creativa de Raff San Pedro. / Raff San Pedro

Raff San Pedro: cocina tradicional para el siglo XXI

Ese es el lema de este restaurante del casco antiguo de Cuenca, ubicado en unas antiguas caballerizas del siglo XVI. José Ignacio Herraiz, chef de Raff San Pedro, recorre con su carta la historia culinaria de esta tierra, con creaciones que respetan la base de la cocina tradicional a partir de productos de kilómetro 0. Eso sí, adaptadas a nuestro tiempo. Ahora, por ejemplo, está en carta un maravilloso ajoarriero tradicional con sus contrastes dulces y ahumados, una ensalada de queso de la tierra y frutas, y una sorprendente sopa de pistacho manchego, helado de tomillo y gamba. De segundo hay que pedir las albóndigas de corzo rellenas de 'foie' y puré de calabaza; el solomillo de ternera nacional con 'foie' o la cierva, setas y cremoso de tubérculos. También tiene un buen menú degustación por 50 € (vinos no incluidos). San Pedro, 58. Presupuesto: 60-80 €.


El espectacular interior con vistas del restaurante.

El espectacular interior con vistas del restaurante. / Casas Colgadas

Casas Colgadas: cocina de autor con vistas

Jesús Segura es uno de los chefs más emblemáticos de la cocina conquense. La suya es una cocina creativa, de autor, fruto de la investigación y reinterpretación de su entorno, de la tierra y los productos locales. Ofrece sus creaciones en Casas Colgadas, un restaurante que homenajea con su nombre unos de los símbolos más reconocibles de Cuenca, de interiorismo contemporáneo y depurado, que deja protagonismo a las vistas al monte, y los platos de temporada de un único menú degustación de estética muy sofisticada, moderno, aparentemente minimalista pero con mucho trabajo en los fogones. Como el guiso de morro y caracoles, el taco de remolacha, el girasol, la crema pino-piñones o el curri de té de pradera y almendra. Todo es bello, todo es gustoso, todo es sorprendente, todo es identificable. Canónigos, 3. Presupuesto: 95 € (sin vinos).