Estudio arqueobotánico

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Interior de una olla de los primeros agricultores de Schleswig-Holstein: un vaso de precipitados de 5.000 años de antigüedad con residuos orgánicos quemados del asentamiento neolítico Oldenburg LA 77.

Interior de una olla de los primeros agricultores de Schleswig-Holstein: un vaso de precipitados de 5.000 años de antigüedad con residuos orgánicos quemados del asentamiento neolítico Oldenburg LA 77. / CAU

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Un estudio arqueobotánico pionero de residuos de alimentos quemados en la superficie de vasijas cerámicas ha motrado lo variadas que eran las comidas en el actual norte de Alemania hace 5.000 años. El estudio, publicado en 'PLOS ONE' por científicos de la Universidad de Kiel muestra que tanto los cereales como las plantas silvestres desempeñaron un papel importante.

Las vasijas cerámicas analizadas proceden de uno de los pueblos más antiguos de Schleswig-Holstein, el asentamiento neolítico Oldenburg LA 77 en Ostholstein. Mediante microscopía electrónica de barrido y análisis químicos se identificó una preparación sofisticada de alimentos de origen vegetal.

"Las 'costras de comida' contenían restos de tejido de granos de escanda y cebada, así como semillas de pata de ganso blanca, una planta silvestre que crece como maleza y planta ruderal y produce muchas semillas con almidón", explica en un comunicado el profesor Wiebke Kirleis, director del estudio en el Centro de Investigación Colaborativa (CRC) 1266 de la Universidad de Kiel.

"Los granos carbonizados y la paja de escanda y cebada, así como las semillas de pata de ganso blanca, ya han sido documentados mediante análisis arqueobotánicos de muestras de suelo de este asentamiento neolítico", añade la doctora Dragana Filipovic, investigadora asociada del CRC 1266.

Los nuevos hallazgos muestran que los cereales desempeñaron efectivamente un papel dietético importante y que las plantas silvestres enriquecieron el espectro alimentario de los primeros agricultores del norte. La cebada se recogía en estado lechoso y se preparaba de forma similar a la espelta verde que se produce tradicionalmente en Baden-Württemberg. La escanda se procesó en estado germinado, lo que le dio a la papilla un sabor dulce.

Por lo tanto, la comida en el Neolítico no era en absoluto insulsa, sino más bien variada. La gente tenía un sentido del gusto muy diferenciado y concedía gran importancia al buen sabor.

Hasta ahora, los análisis químicos de la cerámica han demostrado que las vasijas contenían productos lácteos. Una mirada a las cortezas quemadas en la olla muestra ahora que los cereales y los productos lácteos probablemente se procesaron en los mismos recipientes para convertirlos en papillas para el uso diario y formaron una base dietética equilibrada.

"Mientras que las grasas animales se absorben en la cerámica y dejan una señal allí, los componentes vegetales solo se pueden detectar en la corteza de comida quemada", afirma la Dra. Lucy Kubiak-Martens, socia de BIAX Consult (Países Bajos) y primera autora del estudio.

Esto muestra lo importante que es un enfoque multimétodo para reconstruir recetas neolíticas creadas a partir de una variedad de ingredientes. Estos descubrimientos amplían nuestra comprensión del largo y complejo proceso de transformación de las plantas en alimentos durante el período que siguió a la introducción del modo de vida agrícola y las plantas cultivadas en el centro-norte de Europa.