Pros y contras

Ollas de cocción lenta: motivos para comprarlas... o no

No hay término medio con este utensilio que se ha puesto de moda en los últimos tiempos: o lo odias o lo amas

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Las ollas de cocción lenta se han hecho un hueco en muchas cocinas.

Las ollas de cocción lenta se han hecho un hueco en muchas cocinas. / El Periódico

Laia Zieger

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Seguro que en más de una ocasión hemos escuchado argumentos a favor y en contra de las ollas de cocción lenta, uno de los electrodomésticos de los que pocos habían oído hablar hasta hace bien poco y que se han puesto de moda en los últimos tiempos. Quienes tienen una y le sacan partido suelen hablar maravillas de ella, pero también están aquellos que la compraron buscando grandes milagros logísticos y gastronómicos y acabaron dejándola olvidada en cualquier rincón. Como las freidoras de aire, las licuadoras o las panificadoras -por poner solo algunos ejemplos de electrodomésticos que se han puesto de moda de golpe más o menos recientemente- la olla de cocción lenta no admite término medio: o la odias o la amas.

Aquí analizamos algunas ventajas e inconvenientes de estos electrodomésticos, que permiten cocinar los alimentos a baja temperatura durante largos periodos de tiempo. Las ollas de cocción lenta son perfectas para elaborar guisos con una temperatura siempre controlada y sin que los cocineros tengan que estar pendientes del proceso. Simplemente se colocan los ingredientes, se programa y se espera a que acabe la cocción. Por este motivo, muchas personas dejan programada por la noche su olla de cocción lenta y cuando se despiertan se encuentran con un buen plato para toda la familia.

Pero, ¿es oro todo lo que reluce? Lo analizamos.

Una opción sostenible y económica en todos los aspectos

Son ollas eléctricas y su consumo es bajo, de manera que, sobre todo si cocinamos para varias personas, nos permitirá ahorrar dinero. No son nada caras y en el mercado encontramos desde el modelo de olla de cocción lenta de Lidl, que ha arrasado desde su aparición, a 30 €, a otros modelos más que solventes sobre los 50 €. Otro aspecto intersante de la olla de cocción lenta (también conocida como 'slow cooker' o Crock-Pot, que en realidad es una marca) es que al cocinar a baja temperatura permite optar por carnes menos nobles, más duras y por tanto más económicas, que quedarán de maravilla cuando se cocinen durante largas horas en sus propios jugos.

Platos saludables

La cocina a baja temperatura es sinónimo de salud, ya que los alimentos se cocinan en su propio jugo, de manera que es un electrodoméstico perfecto para guisos de carne o de legumbres con su sacramento. Estas, de hecho, quedan estupendamente en la olla de cocción lenta, ya que no se golpean en ningún momento como sí ocurre, por ejemplo, con la olla exprés. Un inconveniente de este método de cocción puede ser que algunos platos no queden tan sabrosos, como ocurre cuando se emplean otros métodos o cuando se realiza un sellado previo a la cocción.

No todas las ollas son iguales

Más allá de las prestaciones, es importante fijarse en el tamaño de la olla, ya que en función de las personas que seamos en casa conviene escoger uno u otro. También es interesante considerar adquirir una olla extraíble, ya que permite que se realice un sofrito previo y, si fuese necesario, un acabado al horno. Incluso si el núcleo familiar es pequeño conviene plantearse una olla de cocción lenta de buen tamaño, ya que es ideal para cocinar en grandes cantidades y congelar en porciones, lo que supone un gran ahorro de tiempo en el día a día.

Fijarse en los accesorios

Las hay manuales y automáticas, redondas y ovaladas (estas últimas van de maravilla si somos amantes de los pescados al horno) y en general disponen de dos temperaturas: baja y alta. Algunos modelos presentan accesorios que pueden ser de utilidad, como el que remueve automáticamente. Otra función interesante que merece la pena considerar y que no encontramos en todas las ollas de cocción lenta es la de sellado, cosa que hace que los alimentos (especialmente las carnes) queden mucho más sabrosos.

Solo para amantes de los guisos

Los guisos no son para todo el mundo ni para todas las épocas del año, lo que significa que muchas ollas de cocción lenta acaban abandonadas en un armario cuando los usuarios de cansan de comerlos. La ventaja, sin embargo, es que como ha ocurrido con el Thermomix, sus fans son tan fieles que han surgido numerosos libros de recetas, foros y grupos para sacarle el mayor partido, de manera que permiten elaborar también desde panes a repostería.

Nutrientes intactos

Otra ventaja de estas ollas es que los alimentos no pierden parte de sus nutrientes como ocurre, por ejemplo, cuando los hervimos. Cocina natural, sabrosa y nutritiva a golpe de botón.

Fáciles de limpiar

Las ollas extraíbles no solo pueden meterse sin problemas en el lavavajillas, sino que además son antiadherentes y muy fáciles de limpiar. Teniendo en cuenta que además nos permiten hacer el salteado y el horneado, evitaremos tener que utilizar varios recipientes diferentes y tendremos la cocina siempre recogida.