Adiós a las mermas

Las 10 ventajas del electrodoméstico de moda, el deshidratador de alimentos

Este aparato, que permite conservar los productos, ayuda a luchar contra el despilfarro alimenticio en casa

¿Por qué están triunfando las freidoras de aire? 10 claves de su éxito

Consejos para sacar partido a la nevera y el congelador

Naranjas deshidratadas.

Naranjas deshidratadas. / Priscilla du Preez (Unsplash)

Laia Zieger

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La lucha contra el despilfarro alimenticio es una de las cuestiones más importantes en la actualidad. Además del reaprovechamiento de mermas, una de las formas de evitar el malgasto es aprender a conservar los alimentos de forma adecuada. Conservas, congelados… existen muchas opciones. Y de las que destaca es la deshidratación, una de las técnicas más antiguas de la civilización. 

Hoy, este proceso ha ganado en modernidad. Además de una forma natural de secado al aire y al sol, o bien al horno, existen un sinfín de electrodomésticos que hacen su práctica fácil, rápida, cómoda y perfecta. Estos cacharros permiten la circulación del flujo de aire caliente y seco a baja temperatura, que va deshidratando a su ritmo los cortes de alimentos colocados en las parrillas hasta desecarlos completamente al cabo de un tiempo variable en función de la textura y humedad de cada alimento.

Las 10 ventajas de usar un deshidratador

  1. Al suprimir el agua de los alimentos, se detiene el crecimiento microbiano y se prolonga el tiempo de conservación de los mismos. Correctamente deshidratado, gracias al uso de electrodomésticos apropiados, el producto puede durar más de un año si se almacena correctamente en botes.
  2. Deshidratar requiere poco consumo de energía y, a cambio, o permite conservar durante mucho tiempo los alimentos a temperatura ambiental. De este modo, nos ahorramos la energía de la nevera y congelador.
  3. Una vez deshidratados, los alimentos ocupan menos espacio en los botes dado que pierden su volumen.
  4. Los alimentos que se deshidratan en casa no contienen aditivos químicos ni azúcares añadidos, contrariamente a productos industriales que se comercializan como tales. Así pues, se da paso a nuevas recetas de aperitivo, por ejemplo, que resultan más sanas. Eso sí, no hay que perder de vista que las frutas conservan sus azúcares naturales, así que tampoco hay que pasarse.
  5. Ideal para conservar productos de temporada que suelen requerir un manipulado rápido porque perecen en pocos días. También hay alimentos como, por ejemplo, las setas, que lo pasan mal en el frigorífico y el congelador, y en cambio conservan sus propiedades tras ser deshidratadas. Además, nos ahorramos, de este modo ocupar espacio en casa durante varios días (cuando es el caso de la deshidratación natural), y tener que aplicar varios pasos.
  6. Casi todo puede deshidratarse (eso sí, cada alimento tiene sus tiempos). Las frutas y verduras con más agua son las que sufren mayor reducción de volumen. Con lo que quedará muy poca textura. Para las carnes, las magras se conservan mejor que las grasas, que se oxidan más rápido. En cuanto al pescado, mejor no someterlo a este proceso ya que responde mejor a otros métodos de conservación.
  7. Si te haces con un deshidratador eléctrico, opta por uno que tenga distintas bandejas para colocar las piezas de productos. De este modo, podrás deshidratar varios alimentos a la vez, sin que ello afecte su gusto y olor.
  8. Una deshidratación óptima es a baja temperatura y ello permite conservar mejor las cualidades nutricionales (vitaminas, minerales, enzimas) que se pierden si realizamos el proceso con un horno, por ejemplo, que tienen una temperatura más alta que cuece en vez de deshidratar. Eso también nos lleva al punto siguiente…
  9. Usar un deshidratador es más fácil y cómodo. Colocar las piezas, programas y te olvidas hasta que haya llegado a su punto. Por ejemplo, si quieres deshidratar con un horno tendrás que hacerlo dejando la puerta abierta para que entre aire (si no lo haces, los alimentos se cocerán en vez de deshidratase) y vigilar constantemente que no se quemen. 
  10. Los deshidratadoras eléctricos tienen un precio que oscila entre los 30 y los 400 euros. Se diferencian en volumen, control de aire, temperatura y potencia. Los deshidratadores suelen tener varias parrillas en las que se disponen los alimentos cortados. Un flujo de aire acaba con la humedad, variando en tiempo según volumen y textura de cada uno. Eso sí, cuanto más volumen y tipos de alimentos quieras deshidratar, lo mejor será optar por un electrodoméstico de gama alta. Y cuanto más lo uses, más rentable será su inversión.

Consejos de conservación

Para garantizar una buena preservación de los alimentos deshidratados, presta atención a tres elementos la humedad, el aire y el calor.

Una vez deshidratado, debes asegurarte de que los alimentos no se rehidraten y eviten la presencia de aire que puede hacer que se oxiden. Mantener la comida en contenedores herméticos protegidos del calor y bien llenos contribuye a esto.

Para una conservación aún más larga, puedes colocar los alimentos deshidratados al vacío en pequeñas porciones y consumirlos gradualmente.