Conversación íntima

Así fue el camino "pedregoso" de Sara Pérez hasta convertirse en referente femenino del vino | PODCAST Mesa para dos

En la tercera entrevista de la serie 'Mesa para dos', la responsable de Mas Martinet y Venus La Universal relata al periodista Pau Arenós su trayectoria vital y profesional

SARA PEREZ.jpg

SARA PEREZ.jpg

Cata Mayor

Cata Mayor

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sara Pérez es una vitivinicultora de éxito. Lo avala su trabajo como responsable de Mas Martinet (Priorat) y Venus La Universal (Montsant). Y cumplido un nuevo ciclo vital a los 49 años (ella los cuenta de siete en siete), sigue “en el camino, disfrutando del viaje”. Un trayecto “a veces muy pedregoso, con muchas caídas” que ha compartido durante casi una hora con el periodista Pau Arenós en la tercera entrega de la serie ‘Mesa para dos’, patrocinada por Familia Torres, cuyo 'podcast' puedes escuchar aquí.

Pérez confiesa que durante mucho tiempo estuvo “más pendiente de cumplir expectativas de otros” que las suyas propias. Hasta que puso el foco sobre sí misma. Y eso sucedió a finales de los 90, cuando vio que no encajaba en los gustos del Priorat. Hasta el punto que le costaba beber sus propios vinos y decidió “transgredir ciertas expectativas”. El resultado: “Me encontré a mí misma”.

Una pequeña gran victoria, porque a partir de ese momento hizo vinos “desde el plexo solar, desde la emoción”. Vinos con cariñena, por ejemplo, una uva denostada hasta entonces en la zona. Pero ella estaba tan convencida que convirtió cada botella en “un acto voluntario de reflexión para decir que esto también es Priorat”. “Esa ha sido mi lucha a los Rosa Parks: me subo al autobús y digo que este también es mi sitio”. 

En ese camino ha alumbrado vinos como Escurçons, cuya añada 2015 fue casi milagrosa (un incendio en junio “derritió” la viña, que brotó cual ave fénix y pudo ser vendimiada para dar un vino ahumado”), y Dido, con unas puntuaciones altísimas y un precio bajísimo.

Y todo eso, en un mundo dominado por hombres al que se tuvo que adaptar. “Vi que, como mujer, mi voz no se oía y empecé a masculinizarme”, recuerda sobre sus primeros pasos en el sector. Hasta el punto que un viticultor le advirtió: “Con esa boca no te vamos a casar”. Se refería a su manera de hablar. “Ahí me di cuenta de que todo el día estaba diciendo tacos”. Eso sí, todo el mundo le hacía caso. Aun así, opina que el vino no tiene sexo porque “elaborarlo es un trabajo de equipo”

Pérez, hija de Josep Lluís Pérez, primera generación de bodegueros que convirtió el Priorat en un referente junto con René Barbier y Álvaro Palacios, explica en la entrevista cómo decidió también cambiar las dinámicas familiares para educar a sus cuatro hijos en casa, en una nueva muestra de los valores de vida que defiende esta mujer enamorada del Priorat, que define con una sola palabra: “Magia”.