Mutua Madrid Open

Alcaraz no necesita rodaje: despacha a Shevchenko y se divierte en su estreno en Madrid

El tenista murciano arrolló al kazajo con facilidad (6-2 y 6-1) y disipó las dudas sobre su estado físico tras un mes de inactividad por los problema en el antebrazo derecho

Daniel Gómez Alonso

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Es palpable que Carlos Alcaraz no está al cien por cien. Díficil cuantificar cuánto le falta, pero seguramente todavía esté bastante lejos. Prueba de ello es el llamativo manguito que cubre todo el brazo derecho por los problemas que arrastra en el antebrazo desde hace semanas. Pero una faena a medio gas, unida a las ganas de agradar a su gente en el debut en el Mutua Madrid Open, es más que suficiente para volver a asombrar a una grada a la que tiene conquistada desde que le conoció siendo un niño. Y de paso, para mandar un aviso a navegantes. En casa está para rodarse de cara a Roland Garros, pero también para ganar.

Nada de medias tintas. Si había alguna duda, Alcaraz las disipó por la vía rápida. Un inicio arrollador, doble break arriba de arranque, redujo a un Aleksandr Shevchenko (6-2 y 6-2) que asomaba como un rival peligroso para una primera ronda tras un mes de inactividad. Falto de temple, aparentemente divorciado de su derecha el ruso, muy fallón durante todo el choque, pasó en apenas un par de juegos de piedra en el camino a víctima propiciatoria de un nuevo show de Alcaraz en Madrid.

Limpiando las líneas, dando lustre a su derecha, tirando de reperterio de dejadas y voleas... Porque sí, puede sonar a topicazo, pero Alcaraz se siente como en casa jugando en Madrid. Y Madrid, siempre gustosa de aúpar ídolos locales, está encantanda de adoptarlo como hijo predilecto. Un binomio exitoso, como demuestran los dos títulos conquistados en los dos últimos años, y que de cara al futuro amenaza al plusmarquista del torneo, Rafa Nadal.

Un Alcaraz "supercontento"

Por tramos brillante, solo alguna de sus ya típicas desconexiones (una por set cuando ya estaban encarrilados, nada preocupante), dieron algo de aire a un Shevchenko sin armas, pero por poco tiempo. Por cada break que 'regaló', reacción instantánea y contrabreak. Ayudado por la altura de Madrid, la bola de Alcaraz corre casi sin esfuerzo y sin tener que llevar al límite su renqueante antebrazo, vuela. Con reservas, pero cuando eso pasa todo es más fácil.

La derecha vengo sin poder apretarla como me gustaría, al cien por cien, pero estoy con buenas sensaciones. Quería jugar suelto, hacia delante", reconoció el murciano tras el choque, que sirvió también para empezar a disipar dudas acerca de su físico: "Ha sido un mes bastante duro, la incertidumbre de no saber cuándo iba a volver. Venía con muchas dudas a este torneo, después del primer entrenamiento no sabía si iba a jugar y lo prioritario hoy era ver cómo encontraba. Las sensaciones han sido muy buenas, un muy buen nivel a pesar de venir sin ritmo, supercontento".