Visibles a kilómetros de distancia

Los humos que emanan de Tersa alimentan la inquietud entre los vecinos del Besòs

Los días nublados, de lluvia o la noche desvelan las emisiones de gases de la incineradora y las plantas de ciclo combinado, que agitan la alerta entre el vecindario mientras las empresas defienden que se ajustan a los límites de polución

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DOCUMENTAL | Historia de una contaminación. La incineradora del Besòs

El humo de Tersa inquieta en el Besòs

El humo de Tersa inquieta en el Besòs / VÍDEO: EL PERIÓDICO

Jordi Ribalaygue

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Tras pasar casi inadvertida durante décadas, Tersa es observada con recelo creciente entre los vecinos de Sant Adrià. La investigación abierta por la presunta dispersión de partículas contaminantes y el activismo de entidades ecologistas han girado el foco de atención hacia la incineradora. Pesquisas al margen, la humareda que se desprende de la planta de residuos y las centrales de ciclo combinado que la escoltan agitan la alarma en las viviendas más cercanas, pertenecientes a Sant Adrià y a barrios próximos de Barcelona y Badalona. 

Con cierta frecuencia, la chimenea de Tersa desparrama columnas de humo blanco, de unas dimensiones tan vastas que llegan a vislumbrarse a kilómetros de distancia. También emanan de las fábricas de producción eléctrica de Endesa y Naturgy, quizá de menor envergadura, pero de un vistoso color amarillo.

“Todos los días nos llegan un par de vídeos y tres o cuatro fotos”, asegura Silvina Frucella, presidenta de Airenet, la coordinadora vecinal que presentó la denuncia que originó las indagaciones sobre la incineradora. “Nos contacta mucha gente del entorno, también gente que sube al Tibidabo y desde allí ve cómo se esparce el humo”, explica.

Los vecinos atestiguan que el hálito del complejo industrial es más visible en días nublados, de lluvia y en mitad de la noche. Lo confirma el meteorólogo Alfons Puertas, quien otea también el rastro de la incineradora y otras empresas desde el Observatori Fabra, a 415 metros de altitud. “Es bastante habitual que, en condiciones de humedad elevada, se favorezca la condensación en los penachos de gases de Tersa y otros puntos industriales”, corrobora.

“Muchas personas nos preguntan si es normal que eche humo también por la noche y en fin de semana”, comenta José Caparrós, presidente de la Asociación de Vecinos de La Catalana. Es el barrio de Sant Adrià que ha crecido arrimándose al polígono con nuevos bloques en las inmediaciones. Apenas les separa un descampado y la vía del tren. 

“Llegué hace 14 años y siempre tiran humo. Si no es una empresa, es otra”, lamenta Caparrós. “Se consideraba parte del ecosistema de la zona y nadie se lo planteaba, pero con el ecologismo y al estar muy cerca del núcleo del barrio, nos preguntamos si no tendremos más posibilidades de contraer cáncer o un problema respiratorio por haber absorbido contaminantes durante años. A la gente le asusta”, remacha.

“Las entidades locales hemos hecho mucha fuerza para concienciar a la población”, señala Laura González, miembro de la plataforma La Marea Verde, activa en advertir de los suelos contaminados por la herencia industrial que Sant Adrià arrastra. “Lo que inquieta ya no es a nivel visual, sino de salud. Hay veces que todas las chimeneas, tanto las de los ciclos combinados como las de la incineradora, están activas. Los vecinos empiezan a estar concienciados de que eso no debe estar ahí”, sostiene.

Columna de humo de la incineradora y los ciclos combinados de Sant Adrià de Besòs.

Columna de humo de la incineradora y los ciclos combinados de Sant Adrià de Besòs. / EL PERIÓDICO

“No son una anormalidad”

El concejal de Territorio y Medio Ambiente de Sant Adrià, José Antonio Gras, manifiesta que el ayuntamiento está en “constante interlocución” con las compañías cuando se detecta “cualquier cosa” que inquieta, también cuando el hedor a basura se desperdiga. “El humo llama la atención y, según la dirección del viento, se extiende hacia el mar, en dirección a Barcelona, Badalona, Sant Adrià o Santa Coloma”, da fe.

En todo caso, el edil advierte que las humaredas “no son una anormalidad”, sino que las condiciones climatológicas desvelan unas emisiones invisibles con buena luminosidad. “Los vecinos se ponen más nerviosos cuando se ve, pero no es que se se produzca un problema sino que, desgraciadamente, entra dentro de la normalidad de estas infraestructuras. En todo caso, preguntamos cada vez que vemos algo. Sinceramente, me preocupa más el humo amarillento de los ciclos combinados, que es bastante más contaminante”, distingue. 

Humo amarillento saliendo de la chimenea de una de las plantas de ciclo combinado junto a la incineradora de Tersa, en Sant Adrià de Besòs.

Humo amarillento saliendo de la chimenea de una de las plantas de ciclo combinado junto a la incineradora de Tersa, en Sant Adrià de Besòs. / EL PERIÓDICO

Endesa responde que el gas de tono amarillo es óxido de nitrógeno y admite que es contaminante. En todo caso, dice que se limita al momento del arranque de la planta -un cuarto de hora, según la eléctrica- y que hay cámaras inteligentes instaladas para detener la producción si se excediera de emisiones. En cualquier caso, defiende que están “muy por debajo” de los límites que la Generalitat fija. Por su parte, Tersa contesta que vierte vapor de agua como parte de su proceso de producción y que cumple con los umbrales

Sant Adrià tiene intención de solicitar a la Generalitat una estación de medición de aire más cerca de la incineradora y los ciclos combinados. “Mientras Tersa esté, el control debe ser el máximo posible”, ruega Gras. Añade que, si la compañía “no estuviera en el ojo del huracán”, hubiesen presentado alegaciones al AMB de igual modo para instar al cierre: “Creemos que ya toca”.

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