Homenaje pendiente

Un grupo de periodistas pide una calle para Joan Antoni Solans, urbanista clave de Barcelona

Apelan al alcalde Jaume Collboni para rendir tributo a quien fue el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento entre 1977 y 1980, cerca de cumplirse cinco años de su muerte repentina

OPINIÓN | Una propuesta clara para el tráfico del Eixample, por Joan Antoni Solans

El arquitecto y urbanista Joan Antoni Solans, en 2007.

El arquitecto y urbanista Joan Antoni Solans, en 2007. / RICARD CUGAT

Jordi Ribalaygue

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No hubo palmo de la ciudad que el urbanista Joan Antoni Solans ignorase. “Se conocía Barcelona al detalle, se la había pateado. Conocía los equipamientos, las calificaciones urbanísticas...”, cuentan quienes trataron al delegado de Urbanismo del Ayuntamiento entre 1977 y 1980, años decisivos para reparar en las cicatrices del franquismo y suturarlas para la democracia. Solans fue luego director general de Urbanismo de la Generalitat de 1980 a 1997, además de ser partícipe en el Plan General Metropolitano de 1976, ahora en trámite de renovación. Murió sin previo aviso en septiembre de 2019, en un accidente a las puertas de un hotel, atropellado. 

Pronto hará cinco años del desgraciadísimo suceso. Es el margen de espera necesario que el consistorio impone antes de plantearse si un ciudadano ilustre ya fallecido merece dar nombre a una vía de la capital. Un grupo de periodistas, veteranos de la cobertura informativa municipal, ha apelado al alcalde Jaume Collboni para que no se escatimen honores a quien contribuyó a contener la amenaza constante de la especulación y brindó un legado clave para que los gobiernos democráticos compusieran la Barcelona contemporánea.

“La ciudad tiene una deuda con el arquitecto y urbanista porque Barcelona no sería la misma sin las políticas que desarrollaron Joan Antoni Solans como delegado de Urbanismo y Josep Maria Socías Humbert como alcalde”, manifiesta la carta entregada a Collboni. La rubrican firmas reputadas de EL PERIÓDICO, La Vanguardia, El País, Avui, Diari de Barcelona y cabeceras ya desaparecidas, como Tele/eXpres y El Correo Catalán. Los reporteros glosan los méritos por los que defienden que Solans merece un “reconocimiento público” que ponga “de relieve su contribución a la historia de la ciudad”, tal como escriben en el texto registrado en la plaza de Sant Jaume en febrero.

“El 10 de enero de 1977, cuando tomó posesión del cargo, el Ayuntamiento solo disponía de una hectárea de suelo público para afrontar las muchas necesidades de la ciudad”, recuerda el documento. Añade que, cuando el urbanista dejó sus responsabilidades en la corporación tres años después, “la lista de estos terrenos que pasaron a manos municipales sumaba unas 80 hectáreas, el equivalente a otras tantas manzanas del Eixample”. 

En conversación con este medio, algunos de los impulsores de la solicitud catalogan al excargo municipal y de la Generalitat como un “hombre excepcional”, oportuno en un tiempo “de escasos recursos económicos y de reducido control urbanístico por parte de las administraciones”, reseñan en su petición. “En las peores condiciones, compró terrenos que han salvado a Barcelona y que han conseguido transformarse en jardines, zonas verdes y equipamientos. Nadie después de él acumuló semejante adquisición de terrenos en tan poco tiempo”, resaltan.

El arquitecto y urbanista Joan Antoni Solans, en una conferencia en 2006.

El arquitecto y urbanista Joan Antoni Solans, en una conferencia en 2006. / LAURA GUERRERO

La instancia cursada en el Ayuntamiento señala que las parcelas ganadas para la urbe fueron “sobre todo cuarteles del ejército y terrenos ferroviarios”, que “habían perdido su función y estaban en riesgo de ser recalificadas como edificables”, subraya. Menciona los casos de la estación del Nord y la de Sant Andreu, las Casernes de Girona, el edificio Jaume I (sede diáfana de la Universitat Pompeu Fabra), la conversión del antiguo cuartel de Lepant en la Ciutat de la Justícia y los terrenos conquistados para los parques de les Aigües, La Espanya Industrial, la Pegaso y el de L’Oreneta. “Por la celeridad y la envergadura de lo que consiguieron, el trabajo conjunto de Solans y Socías es difícilmente igualable”, opinan los promotores del homenaje.

Exconcejales y líderes vecinales

El ruego para distinguir al urbanista ha recabado adhesiones entre colegios profesionales y líderes vecinales. También lo suscribe la Asociación Consell de Cent, que reúne a exconcejales de distintos partidos que han contado con representación en Barcelona. La entidad que agrupa a los exediles se ha sumado por unanimidad. 

Los impulsores de la idea vinculan el respaldo transversal que Solans suscita a los vastos conocimientos que atesoraba. “No solo se pateó Barcelona sino toda Catalunya. Podías citarle una calle de Castellfollit de la Roca y, a continuación, él te decía cuál es la calle que tiene detrás”, evocan. 

Por ahora, el Ayuntamiento ha trasladado la petición a la primera tenencia de alcaldía, que ostenta Laia Bonet. Los proponentes están a la espera de ser citados a una reunión. Si bien dejan abierto cómo debe rendirse tributo al excargo, creen que sería justo consagrarle una plaza o una calle. El grupo municipal de Junts reclamó el pasado octubre que los trámites al respecto se inicien en la ponencia del nomenclátor

“Sería el mejor homenaje para devolver a Solans a las calles, de forma que todo el mundo supiera que se las había pateado mejor que nadie”, sugiere el grupo de periodistas. Entre otros, lo conforman Maria Favà, Juan José Caballero, Jordi Bordas, Enric Sierra, Alfred Rexach y Anna Galcerán.   

Resulta significativo que sean trabajadores de la prensa quienes pidan que no se olvide la figura del arquitecto. Da cuenta del respeto que se granjeó entre los informadores y del valor que les concedió, no siempre ponderado por los responsables públicos. “Podía ser capaz de llamar un domingo por la mañana para avisarte de que estaban construyendo un edificio en un solar donde debía ir un equipamiento -revelan-. Movilizaba a los periodistas para salvar una zona verde. Cuando te encuentras un técnico que hace eso y no te ha pasado nada similar con otro, es que algo especial tenía”.