Hábitos ciudadanos

Los paseantes ganan terreno a los ciclistas en el parque natural de Collserola

Los visitantes que van a pie son ya el 64% del total, tres puntos más que en 2019, a pesar de la irrupción de la bici eléctrica

Collserola cerró 2023 con 5,1 millones de visitantes y deja atrás el 'boom' de los años de la pandemia

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Paseantes y corredores, a la altura del parque de la Oreneta, el pasado jueves

Paseantes y corredores, a la altura del parque de la Oreneta, el pasado jueves / Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

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Collserola pone el terreno de juego y luego cada cual elige cómo le saca partido. Los hay que suben al parque natural a pasear o a correr, otros van en bici. También están los que van a leer, a reflexionar, a cortejar. O a buscar espárragos. Si se cumple la normativa, no hay unos mejores que otros. La estadística demuestra, sin embargo, que cada vez son más los que van a pie, en detrimento de los ciclistas. Las cifras de visitantes han vuelto a la senda de una cierta normalidad, la de antes de la pandemia, momento que supuso un 'boom' de subidas el entorno del inmenso jardín metropolitano por el deseo de disfrutar de aire libre y por las prohibiciones que marcaban los confinamientos. Pero 2023 ya está, con 5,1 millones de visitantes, en registros similares a los de 2019. Solo un 2,91% por encima. Con una peculiaridad: la cuota de los que van andando, a pesar de la irrupción de la bicicleta eléctrica, ha crecido respecto a los que van a pedales.

En 2019, los que iban a pie (en cualquiera de sus modalidades) eran el 61,2% del total de los visitantes, mientras que en 2023, ese porcentaje escaló hasta el 64,1%, la cuota más elevada de los últimos cuatro años. Hay una razón lógica: las bicicletas tienen acotado el terreno, pues solo pueden circular por los caminos de más de tres metros de ancho. Parece que les quede poco margen de maniobra, pero lo cierto es que disponen de más de 280 de kilómetros de pistas. Tienen absolutamente prohibido, eso sí, los pequeños senderos y las denominadas 'trialeras', las bicis de descenso están vetadas (para el uso para el que se crearon) y su velocidad no puede superar los 20 kilómetros por hora.

Ciclistas masculinos

Más allá del porcentaje que representan, también la estadística demuestra que los van a pie crecen por encima de los que suben en bici. Paseantes y corredores son un 19,4% más que en 2019 mientras que los ciclistas han crecido un 6%. Una encuesta realizada en 2019 por el Observatori Català de l'Esport a usuarios de Collserola revela que la inmensa mayoría de los que suben en bici son hombres. Multiplican casi por cuatro a las mujeres que pedalean, mientras que ellas acceden más a pie que ellos. Se compensa con el coche: los hombres conducen más para acercarse lo máximo posible a las entrañas del parque natural y seguir, seguramente, a pie.

El puente sobre la carretera de Vallvidrera del paseo de las Aigües, el pasado jueves

El puente sobre la carretera de Vallvidrera del paseo de las Aigües, el pasado jueves / Carlos Márquez Daniel

En cuanto al sexo, más allá de si van a pie o en bicicleta, hay una diferencia muy significativa que tiene mucho que ver con la seguridad. O la sensación de seguridad. El 42% de los hombres visitan Collserola en solitario, por un 24,3% de las mujeres. En cambio, un 28,3% de las féminas suben en pareja, por un 14,1% de ellos. También a ellas se las puede ver más en familia (15,8% frente a un 10%). Los hombres, siempre con un plus de tranquilidad; incluso en un parque natural.