Protección de los parajes protegidos

El Govern solo ha invertido en Collserola el 4,6% del dinero comprometido con la declaración de parque natural de 2010

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La Generalitat aseguró que destinaría lo mismo que el AMB y la Diputació de Barcelona a partir de 2013, pero si tenían que llegar 33,6 millones de euros hasta 2022, solo ha aportado poco más de 1,5 millones

collserola

collserola / Manu Mitru

Carlos Márquez Daniel

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Este martes se ha celebrado en Can Coll, un centro de educación ambiental situado en el término municipal de Cerdanyola, una reunión entre todos los agentes implicados en la campaña veraniega de prevención y extinción de incendios en Collserola, que abarcará desde finales de mayo hasta primeros de septiembre. Este diario les contaba días atrás que el pulmón de Barcelona sufre un fuego cada 10 días. Suelen tener escaso impacto gracias a que se interviene en poco más de 10 minutos, pero tal y como está la vegetación -por mucho que llueva este mayo- se prevé un nuevo estío de máxima alerta. Todo esto requiere de buenos profesionales, pero sobre todo de medios para que puedan desempeñar su tarea con garantías. El Área Metropolitana de Barcelona y la Diputació de Barcelona cumplen con sus compromisos, con un desembolso anual medio de unos 2,5 millones de euros. El Govern se comprometió a igualar esa cifra, pero lo cierto es que desde finales de 2010, cuando Collserola fue declarado parque nacional, solo ha aportado el 4,6% del dinero anunciado.

No vayan a ver en esta pieza intención electoral alguna, porque todo esto salpica a derecha y a izquierda. Aquella declaración de octubre de 2010 iba asida a un compromiso de la Generalitat respecto a la financiación del Consorcio del parque natural de Collserola, el ente que gestiona estas cerca de 8.300 hectáreas de especial protección. La idea era que a partir de 2013 se igualara lo que ponían las otras dos grandes administraciones implicadas. Pero incluso en el primer ejercicio ya se puso la mitad de lo prometido: debían entrar 718.000 euros y fueron 327.000. En 2011 se esperaban 1,4 millones y fueron 100.000 euros. Y así hasta 2013, cuando la idea era, en adelante, equipararse con AMB y Diputació. Jamás llegó a suceder.

Cuestión de prioridades

Si se suma todo lo prometido, el Govern debería haber incorporado al presupuesto del consorcio un total de 33,6 millones de euros entre 2011 y 2022 (ambos incluidos), cuando lo cierto, según las memorias anuales del consorcio, es que la cifra total es de 1.541.028 euros, que, por citar un ejemplo, es menos de lo que cuesta (unos dos millones) un solo año de mantenimiento del Consell de Diplomàcia Pública de Catalunya, conocido como Diplocat. Es decir, solo se invertido en Collserola el 4,6% del dinero prometido en el momento de la declaración de parque natural. Años atrás, el Departament de Territori admitió que el dinero destinado a estos espacios protegidos tenía que reservarse a aquellos parajes que no tuvieran a otras administraciones insuflando dinero.

Es decir, que como el AMB y la Diputació ya llevan años manteniendo las cuentas del pulmón de Barcelona, tampoco va a ser tan grave si los recursos se destinan a otros puntos del territorio con menos patrocinadores públicos. Podría verse desde otro punto de vista, pues lo ideal sería que toda la naturaleza tuviera los medios suficientes para que su nivel de preservación y de prevención de incendios fuera el adecuado. Recuerden: en los últimos 12 años se han registrado 445 incendios solo en Collserola.

Basta con darse una vuelta por Collserola y salir de los límites de la carretera de las Aigües para darse cuenta de que, aunque se hace mucho trabajo, queda mucho por desbrozar. Hay muchas zonas, por ejemplo, en las que todavía son visibles los efectos del temporal Gloria de principios de 2020. Y ya han pasado tres años y medio, con toda esa masa forestal degradada que es un polvorín para cualquier chispa.

Sant Cugat, en cabeza

En todo este tiempo, incluso el Ayuntamiento de Barcelona ha aportado más dinero que el Govern. Hasta 2021, y desde 2011, había traspasado 3,74 millones de euros al consorcio del parque, más del doble que la Generalitat. Pensarán que es lógico porque es su jardín trasero, pero lo cierto es que hay otros ocho municipios que comparten superficie en el parque natural y la capital catalana ni tan siquiera es la ciudad con más terreno verde dentro de sus dominios. Es Sant Cugat, con 2.113 hectáreas, el 25% del total.

El paseo de las Aigües, en diciembre de 2020

El paseo de las Aigües, en diciembre de 2020 / Manu Mitru

La entrada de la Generalitat en el consorcio, cuyo director gerente es Raimon Roda, implicaba que tendría el mismo poder de decisión que el resto de administraciones públicas implicadas, pero visto que el dinero jamás llegó, ese equilibrio en la mesa de decisiones jamás se llegó a producir, y siguen siendo AMB y Diputación, amén del consistorio barcelonés, los que llevan la voz cantante en Collserola.

Subvenciones

La pobre inversión en los primeros años de nuevo rango natural podían explicarse por la crisis económica, pero si se avanza en el calendario es fácil comprobar que la cifra no ha llegado nunca a superar los 200.000 euros, que para que se hagan una idea equivale al presupuesto de retribuciones complementarias de 2022 en la Institució de les Lletres Catalanes o a la subvención que recibe la Fundación Privada Casa Amèrica. De hecho, con los recortes aplicados en 2011, la inversión de la Generalitat en parque naturales cayó cerca del 60%, lo que obligó a afinar mucho el destino del poco dinero que quedó para preservar los parajes protegidos.

Además de gestión forestal, se podría invertir en la rehabilitación de antiguas masías destrozadas por el paso de las décadas -y convertirlas en equipamientos vinculados al medio natural-, contratar más rebaños de ovejas para que limpien el bosque y ayuden en la prevención de incendios e incluso ejecutar la unión de los dos tramos de la carretera de las Aigües, paseo que queda cortado por la Arrabassada entre el club de tenis Vall Parc y la curva de la 'paella', cerca del Centro de Acogida de Animales de Compañía, edificio pendiente de traslado a las nuevas instalaciones proyectadas en la frontera de Barcelona con Montcada i Reixac.

Hace 10 años, ese puente que cruzaba la carretera que va a Sant Cugat tenía un coste de unos dos millones de euros. Hoy sería bastante más caro, pero el objetivo sigue siendo el mismo: unir los dos tramos para crear un paseo de unos 20 kilómetros de longitud, desde la plaza de Mireia, en Esplugues, hasta Torre Baró, en Nou Barris. En principio iba a pagarlo el Ayuntamiento de Barcelona. Lo que está claro es que, tal y como están las cosas, no podrá salir de las arcas de Collserola.

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