Actividad económica

'Sprint' final de compras navideñas en Barcelona sin aglomeraciones

Las principales adquisiciones han sido de alimentación, y muchas tiendas han cerrado a media tarde por Nochebuena

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Una familia pasea esta tarde de domingo vestida de Papa Noel por el centro de Barcelona.

Una familia pasea esta tarde de domingo vestida de Papa Noel por el centro de Barcelona. / Manu Mitru

Patricia Castán

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El que este domingo haya apurado para ir al mercado de la Boqueria pensando en resolver una comida navideña con unas suculentas 'galtes' de ternera guisadas, envasadas, listas para calentar y emplatar, se ha topado con una persiana bajada en casos como el de Menuts Rosa. No porque Rosa Gabaldà quisiera tomarse el día libre, sino porque el sábado todo su género fue "arrasado" por una marea de compradores que no les dejó tiempo ni para desayunar. Su producto, asequible y de calidad, no falla incluso para los presupuestos ajustados. El icónico mercado, que como el resto de la red municipal ha podido abrir este domingo, y las tiendas de comidas preparadas, embutidos, fruterías y súpers han centrado parte del 'sprint' final de últimas compras de Navidad, más tranquilo que el sábado. Con un horario que por la tarde se ha recortado hasta las 18.00 horas en la mayoría de establecimientos por la Nochebuena, en muchas zonas el movimiento se ha concentrado sobre todo por la mañana. El centro de la ciudad ha estado concurrido también a primera hora de la tarde, pero no ha vivido la eclosión del día antes.

De hecho, mercados y muchas tiendas de alimentación solo abrían hasta mediodía. Los primeros con más o menos puestos abiertos según la zona, y si los tenderos aún tenían fuelle. En el de Hostafrancs no eran muchos, y atendían sobre todo encargos y pequeñas compras olvidadas la víspera. En el de Sants, no muy lejos, apuntaban la misma tesis: "Estamos despachando sobre todo pedidos que ya se habían reservado hace días, pero que la gente quiere recoger a última hora", relataba una carnicera. El precio de la ternera ha favorecido esta venta en su caso. Por contra, el del cabrito ha frenado algunos menús con este producto, que se prevé que pueda bajar en los próximos días, apuntaba otro tendero.

Más paseantes que compradores

En la calle de Sants, a mediodía había que armarse de paciencia para comprar una piña, recoger un redondo de pollo relleno, comprar una selección de quesos, o adquirir las últimas botellas de cava para los festines de los dos próximos días. Aunque el bolsillo determina los ágapes, estos días muchos exprimen la pensión o la paga para darse "alguna alegría" a la mesa en la medida de lo posible, explicaba Ángeles R., que iba a recoger unos canelones listos para hornear. La vía (peatonal los fines de semana) estaba a rebosar de paseantes, pero con pocas bolsas. En Gran de Sant Andreu la situación ha sido similar, de tranquilidad, puntuales compras finales y encargos, y el vecindario más pendiente del ocio dominical y las fiestas.

Ambiente de compras en el centro de Barcelona a primera hora de la tarde.

Ambiente de compras en el centro de Barcelona a primera hora de la tarde. / Manu Mitru

En la Boqueria, Gabaldà despachó tanto callos y carrilleras crudas como preparados, hasta finiquitarlos. Sus compañeros de puestos tradicionales también vivieron una jornada de llenos el sábado, mientras que por una vez languidecían las paradas de zumos y 'take away', a falta de hordas de turistas estos días. Por la mañana del domingo, la de pescado ha sido la zona con más ajetreo. Jordi Mas, su presidente, estima que el aumento de ventas de producto fresco y tradicional ha crecido entre un 5% y un 10% respecto al año pasado.

La alimentación ha vivido unos días de superventas generalizados, como explicaba ayer a este diario Pròsper Puig, el presidente de Barcelona Comerç, la entidad que aúna los ejes comerciales de barrio. La contención por la inflación se aparca y además enlaza con nuevas tendencias de consumo, con más hogares donde no se cocina, sino que se apuesta por comidas preparadas y 'delicatessen' que no precisen horas de fogones. Y es aquí donde se han visto más colas, como en el caso de la barra de platos elaborados de El Corte Inglés de plaza de Catalunya, con un surtido enorme para la gran demanda. Su súper también estaba a rebosar de compradores, en especial las zonas de charcutería, caprichos y bodega.

Y aunque el Portal de l'Àngel siempre es un enjambre de compradores y curiosos, a partes iguales en estas fechas, la afluencia estaba siendo hoy notable pero no desbordada. En algunas tiendas era llamativa la falta de personal para atender consultas de la clientela, porque este ha sido uno de los problemas de esta campaña, relataba un encargado: "encontrar trabajadores con experiencia". "He preferido venir que tirar de Amazon, pero ahora me arrepiento", decía la compradora de un ordenador, impacientada.

Ambiente en la Rambla a media tarde, cuando muchos comercios ya habían cerrado.

Ambiente en la Rambla a media tarde, cuando muchos comercios ya habían cerrado. / Manu Mitru

Barna Centre no ha recuperado aún su volumen de comercios previo a la pandemia, y afronta un largo camino para incorporar negocios distintivos y de calidad, como reivindica. Pero este domingo un portavoz celebraba un pequeño aumento de ventas respecto al año pasado, y una mayor afluencia que el resto del año, aunque "sin alcanzar las aglomeraciones" de antaño. Los carteles de ofertas han ejercido de reclamo en muchos establecimientos, que esperan que el frío ayude a remontar la venta de textil hasta Reyes. A las seis de la tarde, con muchas persianas ya bajadas anticipadamente al haber primado la conciliación familiar, los paseantes han tomado la Rambla.