El Govern prepara una nueva ley de transportes que englobe taxis, VTC y empresas intermediarias

Toda nueva ley tiene un punto de arranque. La que regulará el transporte público en vehículos de hasta nueve plazas en Catalunya podría decirse que ha echado a andar este martes tras una reunión entre responsables del Departament de Territori y representantes del taxi. Pero lo cierto es que la normativa acumula dos décadas de debate, seguramente desde que se aprobó la Ley del Taxi en 2003, cuatro años antes de que Steve Jobs presentara el primer iPhone. Ahora el Govern se propone modificar esta normativa, en la que se incluirán las VTC y las empresas de intermediación de taxis (las 'apps' para solicitar un chófer). Si nada lo impide, debería estar lista en 2024 y debería englobar todas las normativas y decretos aprobados en estos últimos años. Con un objetivo: que cada actor cumpla con su cometido legal. Y con una premisa: "El taxi es un sector económico de interés general". El resto, no.

La Generalitat ya aprobó un decreto a principios de 2019 y otro en julio de 2022 que pusieron las cosas muy difíciles a empresas como Cabify o Uber, multinacional a la que se le sigue resistiendo Barcelona. Ahora el taxi le tenía el ojo echado a Free Now, compañía de intermediación de taxis. Territori anunció meses atrás que impulsaría un decreto para poner orden en estas aplicaciones, pero la intención del Govern, ahora, es saltarse ese trámite legal y que todo quede negro sobre blanco en la nueva ley.

Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi, considera que una cosa no quita la otra. Es decir: "El decreto es urgente, lo queremos antes de dos meses, y luego ya habrá tiempo de incorporarlo en la ley". El conflicto está en la diferencia entre operador y empresa de servicios de información. Para lo segundo, basta con poner en contacto a un usuario y a un chófer y, a lo sumo, cobrar una cuota mensual al conductor. Eso les parece bien y hay muchas compañías locales que lo hacen, y además las sentencias de la Unión Europea lo avalan.

Complicarles la vida

Lo primero implica influenciar en la tarifa o en el tipo de servicio que ofrece el taxista. Eso, ejercer de operador de transportes, implica ciertas condiciones, como pagar impuestos en el país o tener un servicio de atención al cliente las 24 horas del día. El taxi sabe bien que Free Now no cumple ese requisito y en caso de hacerlo le complicaría mucho la vida, es decir, que igual que con el decreto de 2019 lograron el adiós de Uber, también esperan que ahora haga las maletas Free Now.

Territori espera tener una propuesta de ley a finales de este año y poder aprobarla, siempre que consiga el apoyo suficiente del Parlament, en 2024. El nuevo reglamento, ha señalado Martori, tendrá en cuenta la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que establece que no ha lugar protección alguna del taxi si la excusa es la supervivencia económica del gremio. Lo que sí vale es "la protección de una nueva concepción de la movilidad", es decir, como rezaba Europa, sí se pueden establecer límites a las VTC si se apela a cuestiones como la crisis climática o la ocupación del espacio público.

Clàsicas más a salvo

La nueva ley también creará una distinción entre las VTC clásicas, las que realizaban servicios exclusivos, y las VTC de inmediatez asidas a firmas como Cabify o Bolt. Está por ver de qué manera, pero la intención es que la ley no las trate de igual manera y proteja a las que llevan décadas trabajando, por ejemplo, en funerales, bodas y congresos.

Martori ha explicado que la ley también sentará las bases sobre el tipo de vehículos que pueden realizar el servicio del taxi, actualizando la lista a las necesidades de accesibilidad y movilidad; "regulará y flexibilizará el régimen tarifario", y dará respuesta a la futura irrupción del vehículo autónomo. Esa será, con toda seguridad, una de las guerras del futuro.