El futuro de la movilidad

Free Now y las empresas de intermediación de taxis: ¿una oportunidad o un 'tsunami'?

Las asociaciones de taxistas piden cortar las alas a la plataforma de intermediación antes de que se genere en un "monopolio" que les convierta en "esclavos"

La empresa asegura que opera dentro de la legalidad que marcan las tarifas vigentes y que es clave para la supervivencia del sector

taxi barcelona

taxi barcelona / Joan Cortadellas

Carlos Márquez Daniel

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El taxi navega en un constante triángulo de las Bermudas del que no parece que vaya a salir nunca. El gremio pasó de pelearse con las motos que invadían su carril a hacer frente a nuevos modelos de negocio dispuestos a romper el blindaje de un sector que apenas ha cambiado en el último medio siglo. Si hace casi nueve años, en abril de 2014, era la llegada de Uber a Barcelona, y la correspondiente irrupción de las VTC, ahora el enemigo lo intuyen en su propio comedor, en forma de plataformas de intermediación que echan mano de la tarifa 3, la que permite ofrecer al viajero una factura cerrada que se basa en los kilómetros recorridos y los complementos que correspondan. Según los taxistas, firmas como Free Now hacen trampas con el cálculo y añaden pluses ilegales, acusación que la empresa niega. Pero es un poco lo de menos, porque lo que temen los taxistas es que se termine generando un monopolio, algo que, a largo plazo, podría significar, advierten, control de precios, horarios y condiciones de servicio.

Manifestación de taxistas en huelga frente FreeNow

Protesta de los taxistas ante la sede de Free Now en Barcelona, esta semana / Jordi Otix

A día de hoy hay dadas de alta 20 compañías de mediación en el Instituto Metropolitano del Taxi (Imet). Un portavoz de este organismo asegura que han solicitado a cada plataforma el número de taxistas con el que trabajan para poder radiografiar el asunto. Las asociaciones del sector calculan que cerca del 35% de la flota está afiliada a alguna de estas empresas, sobre todo a Free Now, que podría disponer de entre 2.000 y 3.000 chóferes solo en Barcelona. Una cifra que la compañía no confirma "por política de empresa".

Cortoplazistas

Resulta inevitable, si son tan nocivas, preguntarse por qué hay tantos compañeros que se unen al que, teóricamente, es su enemigo. No hay una respuesta única. Es, seguramente, una suma de muchos factores. El primero, la falta de perspectiva, el corto plazo. El segundo, la atracción de aliarse con un nombre importante que dispone de una buena cartera de clientes, con una aplicación que muchos turistas tienen descargada en su teléfono. El tercero, porque las propias asociaciones del gremio tienen su propia compañía de intermediación. Y el cuarto, la pura supervivencia.

Un taxista miembro de la Asociación de Taxistas Paquistanís de Catalunya (Pak Taxi), durante una protesta del sector, en mayo de 2022

Un taxista miembro de la Asociación de Taxistas Paquistanís de Catalunya (Pak Taxi), durante una protesta del sector, en mayo de 2022 / Joan Cortadellas

La mayoría de empresas cobran al taxista una cuota mensual de entre 180 y 250 euros. Free Now, en cambio, saca un porcentaje de cada carrera que realiza el chofer, una práctica que se repite en los 10 países europeos en los que opera. En el caso de España, un 12,5% más IVA, confirma a este diario Isabel García Frontera, directora general de Free Now España.

Luis Berbel, presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya, teme que a la larga, si sigue creciendo su presencia en el gremio, terminen reclamando el 25%. "Podemos terminar convertidos en esclavos de estas plataformas", pronostica. Por eso las asociaciones han reclamado al Departament de Territori que limite el número de coches con los que puede operar una sola plataforma. En su carta a los Reyes Magos solicitan que no sean más del 15% del total. Serían algo más de 2.000 licencias.

Plus por alta demanda

Desde 2021, Free Now aplica a sus clientes un "cargo de servicio por el uso de la plataforma". Lo hace tanto en Barcelona como en el resto de ciudades en las que opera. El Imet mandó un requerimiento a la compañía en agosto de 2022 recordándole cuáles son las tarifas vigentes, que son las que marcan el límite legal sobre lo que se puede y no se puede cobrar a los viajeros, e instándoles a suprimir ese pago extraordinario.

La directora general de la compañía sostiene que no se trata de ninguna intervención en la tarifa, y que en cualquier caso, es el coste por un "servicio de intermediación tecnológica". Es decir, que se trata de la relación entre el usuario y la 'app' al margen del servicio que presta el taxista. Han presentado un contencioso-administrativo y por ahora han dejado de cobrar ese plus. Los juzgados deberán deliberar hasta qué punto se puede desvincular una cosa de la otra.

Un taxi, durante la protesta de esta semana en la Gran Via de Barcelona

Un taxi, durante la protesta de esta semana en la Gran Via de Barcelona / Marta Pérez Efe)

Sobre la relación con el sector, García Frontera señala que en los últimos años, la compañía "ha tenido crecimientos de dos y tres digitos en la ciudad, tanto en taxistas asociado como en pasajeros y trayectos realizados". "Esto demuestra -prosigue- que a pesar de las presiones contra nuestra plataforma, la mayoría de los taxistas consideran a Free Now como una herramienta ya necesaria en su día a día".

Las asociaciones del taxi, por su lado, están en plena negociación con Territori para tratar de cortar las alas a cualquier plataforma que quera, como dicen ellos, pretenda 'uberizar' el colectivo. Puede decirse que la cosa va por el buen camino, pues los taxistas anularon los cuatro días de paro que tenían previstos para finales de mes, coincidiendo con la feria ISE, la más grande del planeta en materia audiovisual. El 18 de enero, el Govern anunció un paquete de medidas para tratar de atemperar los ánimos: más sanciones para los que no cumplan con la tarifa y un nuevo decreto para regular las empresas de mediación. Lo decía, sin embargo, el mismo día en que la 'conselleria' confesaba que Barcelona mantiene activas más de 1.000 licencias de VTC que se daban por extinguidas el pasado 31 de diciembre. Gasolina en la hoguera del taxi.

Hola, Mobile

Ahora el gremio le ha echado el ojo, como cada año, al Mobile World Congress (finales de enero). Se abre un mes de negociaciones que dependerán, en parte, de lo que suceda en el Parlament con los presupuestos de la Generalitat para este 2023. Según Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi, Territori les ha prometido incluir en la ley de Acompañamiento a los Presupuestos la prohibición de descuentos abusivos y suplementos, lo que blindaría aún más unas tarifas ya de por sí encorsetadas por el propio Imet, ente que depende del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Esto abriría la puerta a nuevas sanciones, en este caso, por parte del Govern. Los taxistas aseguran que Territori también les ha prometido impulsar la figura del operador de taxi asociado a estas plataformas. De esta manera, necesitarían un permiso expreso del 'departament' y deberían tributar y tener sede social aquí.

Mientras todo esto sucede, la aplicación pública para solicitar un taxi, conocida como Picmi, sigue sin ser mayoritaria, y las VTC mantienen su pulso legal contra los decretos que guillotinan su actividad en Catalunya. La patronal de las licencias de alquiler de vehículos con conductor, de hecho, ha convocado paros y marchas lentas para los días 6, 7 y 8 de febrero. Es lo que tiene la lucha del taxi, que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.

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