Fiestón con 750 invitados en Montjuïc por los 30 años de Turismo de Barcelona

Turismo de Barcelona nació en 1993, pero este miércoles ha elegido un escenario icónico de los JJOO de 1992 para celebrar sus 30 años de trabajo impulsando la ciudad como destino de encuentros profesionales y escapadas vacacionales. Más de 750 invitados, tanto representantes políticos como de organismos públicos, empresas del sector turístico y vinculadas a grandes congresos --de Catalunya y otras regiones-- han asistido a la explanada de la Anella Olímpica de Montjuïc para festejar una etapa que ha conducido a Barcelona a ser uno de los grandes destinos mundiales, aunque en los últimos tiempos la estrategia está virando hacia la gestión del éxito de visitantes y la digestión de sus supercifras.

En un escenario cargado de signifcado, el evento ha evidenciado la incuestionable mejor sintonía que vive el sector con el nuevo equipo de gobierno municipal. Han participado el 'conseller' de Empresa i Economia, Roger Torrent; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; la presidenta de la Cambra de Comerç, Mònica Roca; el director del Barcelona Convention Bureau, Christoph Tessmar; el vicepresidente del Consorcio, Jordi Clos; destacadas personalidades de diferentes sectores del MICE (congresos y convenciones), como John Hoffman (MWC) y Mike Blackman (ISE); la arquitecta Benedetta Tagliabue; Mercè Sumarroca (Caves Sumarroca); la chef Carme Ruscalleda; Judith Mascó (Fundació Ared) o Francina Alsina (Mesa del Tercer Sector), entre otros. Han puesto en valor la cultura, la arquitectura, la gastronomía o la moda. como reclamos para el turismo de calidad y la imagen de la ciudad. También han asistido otros muchos representantes políticos, como el teniente de alcalde Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, y de la vida social y cultural local, así como profesionales y trabajadores del consorcio. En general, el acto ha recuperado un brillo y un 'estilo Barcelona' que en los últimos años parecía extinguido, se comentaba en los múltiples foros.

En su parlamento, el alcalde ha enfatizado que la Barcelona actual es totalmente diferente a la del 92, y que la urbe precisa ahora mejorar la "gestión" de la actividad, apostando de nuevo por una "visión compartida entre las instituciones públicas y el sector privado". Pero dando "un paso más" con un nuevo pacto con vecinos, entidades sociales y culturales, ha dicho. Definió a la ciudad como "el gigante que se vuelve a poner de pie". Y aunque aludió a la pandemia y años difíciles, muchos lo interpretaron también como una nueva etapa. Collboni, muy cómodo en su papel y recogiendo los retos que iel turismo plantea a corto plazo, tuvo la intervención más alabada de la velada.

El consorcio público-privado fue impulsado hace tres décadas con el objetivo de impulsar la capital catalana, tras la resaca olímpica y la crisis derivada de la Guerra del Golfo. Como ha recordado en su discurso el actual presidente, Eduard Torres, los responsables del ayuntamiento en aquellos momentos decidieron que "la ciudad debía aprovechar la notoriedad adquirida tras los Juegos" para posicionarse turísticamente. Era un momento de pocos hoteles y sin apenas usuarios s en verano y fines de semana, y de apenas 2,5 millones de viajeros anuales alojados en hoteles (frente a los 9,47 de 2019, aun no recuperados).

Ha subrayado también que bajo "el liderazgo de Pasqual Maragall, Joan Clos y Enric Truñó" se "alzó la vista a largo plazo" y se dialogó con la Cambra de Comerç, como representante del sector privado, para iniciar la aventura en común. No han faltado en el relato las figuras de Joan Gaspart, que tomó el timón, de Pere Duran como director, y del hotelero Jordi Clos, para "pilotar" un instrumento que "se convirtió en un modelo en todo el mundo".

Cambio de rumbo

Pero tras 20 años, llegó la "globalización y democratización de los viajes". Las cifras se han multiplicado en la última década en todo el mundo, Barcelona incluida, y enseguida fueron "conscientes" de las llamadas "externalidades negativas" del 'boom'. Llegaron las críticas al sector, y también al modelo de gestión del consorcio, ha dicho Torres poniendo el dedo en la llaga. Hasta que en 2021 este se renovó y sus estatutos actualizados se aprobaron, con un cambio de rumbo: "El reto es hacer de Barcelona un destino sostenible". "El momento pide gestión", ha clamado.

A sabiendas de que la pandemia suavizó la turismofobia, no duda de que "el previsible crecimiento futuro de los viajes a nivel global comportará seguro nuevas expresiones de malestar", ha confesado.

Así que el trabajo de Turismo de Barcelona apuntará a cultivar un visitante de "más valor, distribuido en el espacio y el tiempo de manera adecuada y proporcionada". Todo ello teniendo conciencia de que "sacar a un visitante de la Rambla y llevarlo a una exposición al Disseny Hub no será fácil", ha puesto como ejemplo, apelando a crear nuevos productos, explicarlos bien, facilitar el transporte, y hacer rentables estas actividades descentralizadoras, como ya avanzó en un entrevista en EL PERIÓDICO esta semana.

También está de aniversario el programa Barcelona Convention Bureau, enfocado en el turismo profesional, de convenciones, congresos e incentivos, forjado hace 40 años. Su director, Christoph Tessmar, también ha reivindicado el papel de Airy Garrigosa como propulsora junto a Santi Costa (antes director del Patronato Municipal de Turismo) y figura fundamental en este ámbito. En los últimos 20 años se ha logrado que Barcelona siempre haya estado entre las cinco primeras ciudades que más ferias y congresos organizan, siendo la única que no es capital de un estado. La labor de este equipo ha permitido captar algunos de los eventos profesionales más importantes del mundo, y es uno de los ejes a promover prioritariamente, como ha recordado.