Jaume Collboni: “Trias y Colau ni gobiernan, ni dejan gobernar”

Jaume Collboni apura la cuenta atrás para la aprobación de sus primeros presupuestos como alcalde de Barcelona. La luz verde llega sin una mayoría en el pleno ni un pacto para ampliar el actual gobierno en minoría de 10 concejales. Finalmente llegará a través de una cuestión de confianza, en medio de un clima político exaltado en Catalunya y España. Recibe a EL PERIÓDICO en su despacho institucional y avanza los grandes temas que prevé afrontar en los próximos meses.

Este jueves expira el plazo de la moción de confianza que le permitirá aprobar finalmente los presupuestos municipales. No se vislumbra mayoría alternativa que amenace su continuidad en el cargo. ¿Respira tranquilo?

Seremos la única gran institución de España y Catalunya con presupuestos. Lo digo por los que nos dicen que somos un gobierno débil y sin capacidad de actuar. Pues bien, tendremos unas cuentas expansivas récord, de 3.800 millones de euros, que permitirán invertir casi 1.000 millones en transformaciones físicas de la ciudad este ejercicio. Y nunca Barcelona había tenido un presupuesto tan social como este: permitirá crear 647 plazas de guardería este mandato, entre otras cosas. Podremos afrontar retos como el climático, el de la vivienda… Me parece muy irresponsable esta pinza que se ha generado entre los grupos de Junts y de Comuns, que no ha permitido aprobar los presupuestos de Barcelona ni de la Generalitat. ¡Tiene consecuencias en la vida de la gente! Solo dos ejemplos: la vivienda social en los 11 solares cedidos a la Generalitat se ha tenido que parar y no han podido empezar las obras del ascensor del metro Plaça de Sants. Espero que el nuevo gobierno de la Generalitat mantenga estos compromisos, pero como mínimo supone retrasos. Se pueden aprobar presupuestos y hacer igualmente oposición, como hemos hecho en PSC en el Parlament.

Nunca Barcelona había tenido un presupuesto tan social como este: permitirá crear 647 plazas de guardería este mandato

Tanto Junts como Comuns han estado en las quinielas para gobernar con usted en Barcelona. ¿Esta “pinza” los condena a quedarse en la oposición?

Es que el señor Trias y la señora Colau ni gobiernan, ni dejan gobernar. Lo han demostrado con reprobaciones en el pleno, como la de este viernes. Tampoco tienen la generosidad ni la inteligencia política para pactos concretos. Afortunadamente sí hemos hecho un acuerdo con ERC. No estamos solos: tendremos presupuestos y gobernaremos. Entiendo que estamos en periodo electoral y que tengan que hacer una reflexión interna, pero les llamo a la reflexión. Bloquear presupuestos no sé a quien ayuda, ni si perjudica más a quién gobierna o a quién impide la aprobación.

Un acuerdo con ERC le permitiría ampliar el ejecutivo municipal de 10 a 15 ediles, pero no alcanzar los 21 que requieren las votaciones del pleno. ¿Está abierto a una coalición que no le proporcione mayoría?

Sí. Esta ciudad lleva más de una década de gobiernos sin mayoría. Que la gente de la calle pida a su ayuntamiento cosas del día a día, como limpieza o seguridad, genera una dinámica que lleva a los partidos a entenderse. Hemos acordado la cobertura de la Ronda de Dalt, abreviar la reforma de la Rambla, la cesión de solares al Incasòl… Evidentemente a cualquier alcalde o presidente le gustaría tener la mayoría ya incorporada a su gobierno, pero Barcelona tiene una tradición de coaliciones tan larga como la democracia misma.

En otoño se marcó como objetivo tener un pacto estable esta primavera. La doble convocatoria electoral lo hacen ahora muy difícil. ¿Se atrevería a augurar que habrá pacto este verano?

Me comprometí con la ciudadanía a tener presupuesto esta primavera y lo tendremos. Es obvio que tenemos un acuerdo con ERC, que además fue el único grupo que no votó la cuestión de confianza. Eso dibuja un camino, que además es coherente con la prioridad de formar un gobierno progresista para impulsar políticas de izquierdas. Dicho esto, no tenía previsto que los señores de Comuns y Junts votaran en contra de los presupuestos de la Generalitat y esto provocara un adelanto electoral. Espero que una vez pasen los periodos electorales podamos retomar conversaciones y fructifere un acuerdo.

Así pues, ¿el verano es hábil para pactos?

Es hábil.

La ley electoral obliga a los ayuntamientos a posponer anuncios relevantes. ¿Habrá un alud de novedades este junio?

Sí, habrá novedades en materia de vivienda, turismo, seguridad y promoción económica. Algunas deben acordarse con otros grupos, así que abriremos debates. Otras son decisiones del gobierno directamente.

Hay una gran inquietud en Barcelona sobre la vivienda. Las últimas regulaciones del alquiler ordinario y de temporada y la reserva del 30% no logran el objetivo previsto. Más bien una retracción de la oferta.

La vivienda es el problema número 1 de la ciudad y la principal fuente de desigualdad. Haremos todo lo que esté en nuestras manos, con visión 360º. Bienvenida sea la regulación, siempre que se haga dando seguridad jurídica. No improvisando, sino con acuerdos. Hay que poner el máximo de viviendas en el mercado residencial, sean de compra o de alquiler.

La vivienda es el problema número 1 de la ciudad y la principal fuente de desigualdad. Haremos todo lo que esté en nuestras manos, con visión 360º

¿En qué línea modificará la reserva del 30% en obra nueva y rehabilitaciones?

Ha dado resultados muy deficientes. Tras seis años de vigencia solo hemos logrado 57 pisos y la construcción privada ha caído más de un 60%. Por eso le encargamos a un grupo de expertos muy transversal, encabezado por Carme Trilla, que nos hicieran una propuesta del máximo consenso posible. En vivienda ha habido muy buena intención pero también mucho experimento. Las medidas deben estudiarse mucho más, no es suficiente con tener los aliados para aprobarlas.

Entonces, ¿cómo valora el hundimiento de la oferta de alquiler tras entrar en vigor el tope de precios?

Efectivamente, que el objetivo sea encomiable no garantiza un buen resultado. Al hacer la regulación se tenían que haber previsto todas las consecuencias.

La impulsó el gobierno de Pedro Sánchez, al que se había advertido sobre el alquiler de temporada.

Sí, esto va por todos: es preferible tardar seis meses más pero haberlo estudiarlo bien y debatido con privados, entidades y expertos. Por eso estamos tardando con el 30%, para asegurarnos que sea eficaz y sin contraindicaciones. La regulación de los alquileres de temporada se entiende porque había una fuga de pisos, pero es precipitado hacer un decreto corriendo tres semanas antes de las elecciones. Hay una mayoría política que podía sustentar unas negociaciones. Otra cosa de última hora es el régimen sancionador, ¿no podía haberse incorporado a la regulación? Hombre, hagámoslo bien.

La regulación de los alquileres de temporada se entiende porque había una fuga de pisos, pero es precipitado hacer un decreto corriendo tres semanas antes de las elecciones

¿Qué enmiendas haría ahora al tope de precios para que no tenga efectos adversos como extinguir la oferta disponible?

La reducción tiene una relación directa con la incertidumbre jurídica. No ayuda ir haciendo decretos cuando ya has hecho una regulación un mes antes. Hay gente, que no son grandes inversores ni fondos, sino particulares, que dudan de cómo terminará esto y retiran el piso del mercado. Los que pueden, porque mucha gente tiene alquilado un piso para pagar esa hipoteca. Eso se puede cambiar si generas unas reglas del juego estables y claras. Después de las elecciones debe entomarse, hay consenso entre los partidos progresistas para intervenir en el mercado de alquiler. Con un poco de paciencia y sentido común se puede estudiar bien.

Este verano Barcelona tiene una cita, la Copa América. ¿Qué hay en juego, si no sale perfecta?

Saldrá muy bien, porque es la regata más antigua del mundo y la organización tiene una experiencia más que contrastada. Me gustaría destacar, sin embargo, que Barcelona está cambiando la Copa América en parte. Queríamos que expresara los valores de la ciudad y pedimos que fuera abierta a la ciudadanía, por eso las bases de los equipos están en el Port Vell y son accesibles. Queríamos que tuviera participación femenina y por primera vez la tendrá. Y que fuera 100% descarbonizada, y lo será porque todos los barcos auxiliares se moverán con electricidad e hidrógeno verde. Además irá acompañada de una programación cultural para reconectar la ciudad con el mar.

La Copa América saldrá muy bien porque es la regata más antigua del mundo y la organización tiene una experiencia más que contrastada

¿No vamos un poco tarde, ilusionando a la ciudadanía con la Copa América?

Es que la Copa América no son los Juegos Olímpicos, quiero rebajar esta expectativa sobre la participación popular. Hay menos actividades y más dilatadas en el tiempo. Sí es equiparable a los Juegos en impacto internacional, con millones de espectadores. Y permite acelerar inversiones en el litoral y acercar la náutica a todos los niños de colegios públicos a través de la Escuela Municipal de Vela. Será un crescendo a partir de la segunda quincena de agosto, que seguirá con una programación de la Mercè vinculada al mar.

La Copa América y la geopolítica internacional apuntan a un verano de muchísimo turismo en Barcelona, que coincide con un debate en Europa sobre los modelos turísticos. Por ejemplo la tasa turística en Venecia o las manifestaciones en Canarias, impensables hace años.

Rebajaremos sustancialmente el número de pisos turísticos. He de decir a favor del Govern que usaremos a fondo su nueva regulación. No obstante, Barcelona tiene instrumentos de regulación, mientras que otras ciudades no los tienen y están desesperadas. Hay que mantener el PEUAT y la tasa turística, que genera unos 80 millones al año. Es el camino. Queremos un buen turismo, no uno masificado. Y el que más nos interesa es el de ferias y congresos, que trae a Barcelona personas muy importantes de grandes empresas que conocen la ciudad y luego toman decisiones de inversión.

El criterio es reducir de forma progresiva pero decidida los apartamentos turísticos. Los pisos son para que viva gente en ellos

¿Cuál será el criterio para tumbar licencias de apartamentos?

Lo estudiaremos bien. El criterio es reducir de forma progresiva pero decidida. Los pisos son para que viva gente en ellos. Con el problema que tenemos en Barcelona de acceso a la vivienda, hay que devolverlos al mercado residencial.

Hay operadores que se han acostumbrado a un turismo fácil y ven catastrófica cualquier alteración del status quo. ¿No habría que decirles, sin eufemismos, que se reconviertan de una vez?

Claramente. Estos sectores legítimamente buscan oportunidades económicas, pero como socialdemócrata creo que la ciudad tiene derecho a elegir qué modelo económico y qué actividades quiere. Democráticamente. Pues eso nos lo han cuestionado con muchas regulaciones, desde terrazas hasta tasa Amazon o cocinas fantasma. La Autoritat Catalana de la Competència, por ejemplo. No intervenir es la no política y en esta ciudad ha habido momentos de barra libre. Con Trias hubo barra libre para los pisos turísticos y aún lo estamos pagando. Los hoteles están regulados con convenios colectivos, controles de seguridad, tasa turística… ¿Preferimos este modelo o tener miles de pisos muy difíciles de vigilar y que alteran la convivencia? Nos dicen que esta decisión vulnera el derecho a la propiedad. Hay que encontrar un equilibro.

Ampliar la red del transporte público permite contener los precios de la vivienda. Más conectividad es ampliar el terreno en el que construir pisos

Movilidad: una de sus primeras peticiones a la Generalitat fue ampliar el metro. ¿Qué líneas ve más urgente o factible prolongar?

El principal medio de transporte en Barcelona es el zapato. Y ser una ciudad caminable es un tesoro a preservar. Por ello seguimos ampliando aceras, como en Balmes, y peatonalizando cuando se puede. En segundo lugar está el transporte público, que en un área metropolitana significa red ferroviaria. Ampliar la red, además, permite contener los precios de la vivienda. Más conectividad es, por decirlo así, ampliar el terreno en el que construir pisos. Lo mejor siempre es empezar por las obras más fáciles, como la L3. Nos hará llegar hasta el nuevo Clínic, Sant Joan de Déu, el clúster biomédico de Esplugues y Hospitalet… Alargar la L4 hacia Badalona es otro ejemplo. Y luego hay la L2 bajo Montjuïc, que no es rápido ni barato de hacer pero la pongo en la lista porque la reforma de la Fira creará un nuevo barrio y en la Marina crecerá mucho la población.

El exconsejero delegado de TMB, Gerardo Lertxundi, sostiene que el metro de Barcelona “muere de éxito” con las cifras récord de pasajeros.

Yo no usaría esta expresión en absoluto. Es un éxito que el día de Sant Jordi todo el mundo optara por desplazarse en metro de forma natural, sin que el ayuntamiento hiciera ninguna campaña. ¡Hay que darle las gracias a la gente por usar el metro! Nos cuesta mucho dinero y una deuda importante, pero bienvenida sea. Igual que el tranvía, antes que me lo pregunten. Debe conectarse, por supuesto, porque se ha demostrado que es lo eficiente.

La ATM prevé que en julio esté listo el proyecto ejecutivo de la fase Verdaguer-Francesc Macià, lo que permitiría licitar ya las obras. ¿Serán este mandato o el que viene?

Cuando tengamos el proyecto ejecutivo valoraremos los costes, las oportunidades y qué otras obras en marcha hay, porque las de FGC afectan al Eixample izquierdo. ¡Pero se harán las obras! Ahora hay que terminar la primera fase y auguro una transformación comercial muy importante de la parte baja de la Diagonal.

No puede ser que la policía detenga a los ladrones multireincidentes, vuelvan a salir y no sean juzgados hasta dentro de un año, cuando la ley dice dos semanas

La nueva ordenanza de civismo está en fase de participación ciudadana. Y el Pla Endreça ya le suena a la gente, según el barómetro. Sin embargo, la inseguridad sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los barceloneses. ¿Qué falla?

La inseguridad en Barcelona se llama hurtos, sobre todo de relojes y móviles, cometidos por multireincidentes. El alcalde lo reconoce, sí. Le he dedicado tiempo, conversaciones e iniciativa política, aunque no es una competencia municipal. No puede ser que la policía los detenga, vuelvan a salir y no sean juzgados hasta dentro de un año, cuando la ley dice dos semanas. Hay que ampliar los juzgados. Estaba en los presupuestos de la Generalitat y centró mi primer encuentro como alcalde con un ministro. Hasta que estos señores o señoras no empiecen a entrar en prisión será muy difícil combatir la multireincidencia y dar confianza a los cuerpos policiales.