La capacidad adquisitiva de los barceloneses volvió a principios de 2023 a niveles prepandemia

La renta disponible de los hogares barceloneses es un valor que la Oficina Municipal de Datos del ayuntamiento ofrece desde finales de 2021. Una herramienta estadística que no da datos según barrios ni distritos, sino sobre el conjunto de la ciudad, y que permite conocer cómo evoluciona la capacidad adquisitiva de los barceloneses una vez se tiene en cuenta un segundo factor: la evolución de los precios, el IPC. El último dato disponible de esta herramienta arroja resultados positivos que demuestran que la recuperación económica se ha notado en la ciudad.

El consistorio ha dado a conocer el dato del primer trimestre de 2023, y la conclusión es que la situación de las familias de la capital catalana en cuanto a capacidad adquisitiva estaba en esos primeros tres meses de este año prácticamente al mismo nivel que en 2019, e igual que a principios de 2020, antes de que se iniciara la pandemia del covid, que afectó decisivamente a la economía y puso en dificultades a gran parte de la ciudadanía barcelonesa.

Porque para comparar la situación posterior, la Oficina Municipal de Datos dio un 1 a la capacidad adquisitva de 2019, y en el primer trimestre de 2023 el valor estaba, según el estudio dado a conocer, en 0,99.

El último año

Si se compara la renta disponible del primer trimestre de 2023 con la del mismo periodo de 2022, se detecta un aumento significativo, del 10,6%. De nuevo, es un incremento al que hay que añadir la inflación para concluir cuál es la capacidad adquisitiva resultante.

Por conceptos: la renta familiar disponible es el dinero del que dispone una unidad para consumir o ahorrar. Y es una cantidad que resulta de la diferencia entre los recursos y los usos. Los recursos son los salarios, las rentas mixtas (ingresos de autónomos y por alquileres de propiedades) y las prestaciones sociales (paro, jubilación, ERTO durante la pandemia, ayudas por la crisis sanitaria).

Los usos que se restan a los recursos son los impuestos y las cotizaciones sociales. Por otra parte, la renta primaria es la que componen los recursos que tenemos antes de la interacción del sector público, es decir, antes de recibir las prestaciones sociales, si alguien las percibe en el hogar correspondiente, o de pagar impuestos y cotizaciones.

Evolución

De todo lo expuesto anteriormente, la evolución es indicativa de la superación de un periodo de crisis severa. En el primer trimestre de 2023, siempre según los datos del ayuntamiento, la mayoría de los recursos de los hogares provinieron del trabajo asalariado, que supusieron un 53,9% del total. El segundo concepto en aportación fueron las rentas mixtas, un 27,1%, y el tercero, las prestaciones sociales, un 18,9%.

En los últimos años, de los tres valores el más estable ha sido el de los salarios. En contraste, las prestaciones han ido a la baja a partir del segundo trimestre de 2021, lo que tiene sentido dado el papel que supusieron en los meses anteriores, los de menos actividad económica, cuando se incrementaron de forma muy significativa las ayudas públicas, como los ERTE. Ayudas que luego se fueron reduciendo o que desaparecieron. En cuanto a las rentas mixtas, son consideradas el valor más volátil, y en el dato del primer trimestre de 2023 experimentaron un incremento muy elevado, esencialmente a causa del incremento de las rentas de la propiedad.

Periodos anteriores

Los hogares barceloneses tenían en el tercer trimestre de 2021 una capacidad adquisitiva un 7% inferior a la que atesoraban en 2019, el último año antes de la pandemia. Una caída significativa que se basó en dos factores: la disminución de la renta disponible de los hogares y la inflación de los precios. En el segundo trimestre de 2020, la capacidad adquisitiva llegó a reducirse en un 13,8%. Fue en el tramo inicial, y más intenso, incluido el inicio del confinamiento, que encerró a la gente en su casa del 14 de marzo al 21 de junio, y frenó en seco gran parte de la economía. 

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