Entrevista |

Magda Casamitjana: "Los niños han de saber qué significa fracasar"

Directora del Pacte Nacional per la Salut Mental de la Generalitat, admite que se siente "desbordada" ante el aumento de casos complejos

"Gobierne quien gobierne, tiene que hacer frente a la pandemia de la salud mental"

Entrevista a Magda Casamitjana, directora del Pacte Nacional de Salut Mental

EL PERIÓDICO

Fidel Masreal

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Magda Casamitjana es una política atípica. Ha cambiado de partido. Ha pasado por diferentes administraciones. Y pese a ocupar un cargo en el Govern, es autocrítica y asume que en salud mental todos andamos desbordados, falta coordinación entre gobiernos y en el seno del Govern y compromiso de todos. Sabe que quizás no seguirá como directora del Pacte Nacional per la Salut Mental de la Generalitat, pero está convencida de que gobierne quien gobierne a partir de ahora, la salud mental será prioritaria. Y añade: esta lucha no se vencerá si no se supera el modelo capitalista.

-Mientras venía en moto a esta entrevista, ante un atasco de tráfico, iba lanzando insultos en voz baja. Y pensaba: 'estamos fatal'...

-Estamos fatal, en una sociedad cambiante, por esto en el Pacte Nacional de Salut Mental he incorporado sociólogos y antropólogos para entender qué está pasando por la cabeza de las personas.

"Estamos fatal, por eso hemos incorporado a sociólogos y antropólogos para entender qué está pasando"

-Va mucho a pie de calle, con entidades sociales de todo tipo. ¿Cómo nos ve?

-Luis Salvador-Carulla, que es una eminencia [psiquiatra, profesor y vicedirector del Instituto de Investigación en Salud], me ha trasladado la preocupación mundial al respecto. Sufrimos una crisis global, deberíamos empezar a hablar de pandemia en esta generación Alfa, que verdaderamente está tocada en todo el mundo. Tenemos que mirar por qué esto es así. Un 30% de las personas están así. Me llaman alcaldes, maestros, hermanos preguntándome qué hacer con este alud de desánimo, con la consecuencia física que provoca.

-¿No se siente desbordada?

-Absolutamente. Con los casos complejos estoy absolutamente desbordada. No tenemos una red preparada para los casos complejos, sobre todo los trastornos de conducta. Y cada vez hay más. Desborda porque no tenemos un sistema en que todos los Departamentos hablen a una persona y sus necesidades.

"No tenemos una red preparada para casos complejos, sobre todo trastornos de conducta, y cada vez hay más"

-Esta es una de las demandas de las entidades desde hace años: que haya una actuación coordinada.

-Las conselleries se han puesto a ello pero las estructuras son tan rígidas que la hora de pasar de uno a otro dicen 'a mí no me toca, le toca al otro'. Tenemos que pasar el relevo, lo tenemos que construir, si no a través de un protocolo, de una persona física que haga de gestor de caso. No hacer que la persona afectada tenga que ir a cada 'conselleria'.

-¿Esta dificultad se da también entre la Generalitat y otras administraciones?

-Los sistemas de información entre la administración local y cada conselleria no se coordinan, no se concentran. Pones el número de DNI y no eres capaz de saber la información completa de la persona, cuando lo que deberíamos hacer es poner el dato y saber qué ayudas tiene.

"Le dije al president que necesitábamos un Comisionado de Salud Mental para poder hablar directamente con los consellers"

-Por mucho dinero que se invierta, a veces también es cuestión de coordinación...

-Venimos de una infrafinanciación crónica. Vamos poniendo dinero a cada conselleria pero esto no resuelve el problema. La red de salud mental en la Cconselleria de Salut es de 590 millones. Perfecto. Pero te vas a Drets Socials, y destinan 80 millones de euros. Si ponemos dinero en salud, la gente no se moverá del ámbito de la salud, cuando el 80% de los determinantes de la salud mental no tienen que ver con la salud [sino con factores sociales]. Tenemos que conseguir que se invierta el mismo dinero en derechos sociales que en salud.

"Las conselleries se han puesto manos a la obra pero las estructuras son tan rígidas que dicen 'a mí no me toca, le toca al otro'"

-¿La salud mental será una prioridad de la próxima legislatura?

-Creo que sí, porque esto es una pandemia a nivel mundial, la de la generación Alfa. Gobierne quien gobierne, tenemos que hacerle frente. Afrontar el bienestar emocional de esta población, que además irá creciendo.

-¿Es una definición correcta lo de la generación de cristal para hablar de los jóvenes?

-Socialmente hablando, y desde el punto de vista antropológico, hay una generación a la que la salud mental le afecta de forma diferente a otras generaciones. Y es algo mundial. ¿Cuáles son las causas? La educación que se ha impartido ha creado jóvenes poco resilientes. Y sobre todo el tema de las pantallas.

Los niños han de saber qué significa fracasar. Medicalizamos problemas que nuestra generación tiraba adelante

-¿Recuperaría la educación en sentido de responsabilidad?

-Los niños, desde pequeños a mayores, han de saber qué significa fracasar. De la letra con sangre entra a tener más participación, existe un sentimiento de poca resiliencia y de poca autoestima que hace que afrontar los problemas sociales se convierta en un problema médico, y medicalizamos problemas sociales que nuestra generación tiraba adelante. Pero esta generación no lo asume. No lo asume. Y de repente es 'ayúdame, ayúdame' y sufren problemas físicos. Si vamos medicalizando a todo el mundo, esto se cronificará.

-En relación a la sobremedicalización, ¿qué debemos hacer?

-Somos el segundo país más medicalizado del mundo. Esto no puede ser. Alguien tiene que decir basta. Miremos exactamente qué se ha de medicalizar y qué no. Y si no, escuchar mucho más, hacer más psicoterapia, formar a los profesores, a los padres, a la gente del mundo laboral. Que no sólo Salut diga cómo la persona se tiene que recuperar, sino que Educación, Trabajo, extraescolares, todos tengan una formación para poder ayudar o echar una mano a esa persona.

Somos el segundo país más medicalizado del mundo. Alguien tiene que decir basta.

-Hablemos de los jóvenes y las pantallas...

-¿Por qué esta pandemia de salud mental en los adolescentes? El primer problema son las pantallas. Son la única cosa que no tiene el resto de generaciones. El problema no es la máquina, sino como la utilizas. La gente joven vive a través de todo esto. Que el gran problema de los jóvenes sea la soledad... Esta generación está abocada a que el móvil les condicione tremendamente la vida.

-¿Se debería hablar con las empresas detrás de las redes sociales, como Meta?

-Sí, pero ¿para decirles qué? Ellos montan sus algoritmos, como los medicamentos.

-¿No es la sociedad de mercado capitalista la que promueve valores contrarios a la salud mental?

-Totalmente. Y por mucho que hagamos, seguimos teniendo unos impactos. La persona sigue sola, hagas lo que hagas. Ahora en China pagan a los adolescentes para que salgan de casa. Podríamos educar a la ciudadanía de otra manera. Tenemos la obligación de explicar en escuelas y universidades los peligros de la sociedad capitalista, que está a punto de explotar. Si no empezamos a luchar contra esto no saldremos adelante respecto a la mentalidad que empieza a tener esta gente joven, que el día de mañana gobernará.

Tenemos la obligación de explicar en escuelas y universidades los peligros de la sociedad capitalista

-En cuanto a la atención sanitaria, llamas pidiendo hora con un psicólogo y te la dan para dentro de tres meses...

-Es un drama. Este alud de malestar emocional que debería asumir la atención primaria, y no traspasar, es tan grave que no es capaz de asumirlo por poca formación. Estamos cronificando o desbordando a la primaria y después a las urgencias y después, desbordando a la atención especializada.

"Estamos cronificando o desbordando a la atención primaria y después a las urgencias y luego, a la atención especializada"

-¿No debería existir una conselleria o un comisionado de Salud Mental?

-En el Estado se ha creado un comisionado, una comisionada. Le dije al president que necesitábamos un comisionado, para poder hablar directamente con los consellers. Un comisionado sería lo adecuado, o que el Estado apoye un pacto de salud mental exportable a todo el Estado.

¡Somos los campeones mundiales de programas, proyectos y documentos, que luego todos nos copian! Ahora toca ejecutar

Si no es un comisionado, que es como un conseller, es imprescindible tener una Dirección General con su propio presupuesto para organizarlo todo. Un atlas de salud mental, un observatorio de salud mental, una red de formación. No podemos hacer más programas, ¡somos los campeones mundiales de programas, proyectos y documentos, que luego todos nos copian! Ahora toca ejecutar.