Opinión

Rafael Jorba

Rafael Jorba

Periodista. Secretario del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

No suma y no sigue

La ‘década prodigiosa’ del ‘procés’ se ha acabado: aquella huida hacia delante, calificada de “utopía disponible”, se ha ido convirtiendo en una distopía

Una 'estelada', la bandera independentista catalana, en medio de banderas con los colores del Manchester City, en el partido que este miércoles enfrentó al Real Madrid con el Manchester City en Madrid.

Una 'estelada', la bandera independentista catalana, en medio de banderas con los colores del Manchester City, en el partido que este miércoles enfrentó al Real Madrid con el Manchester City en Madrid. / Efe / David Rawcliffe

Telegrama de urgencia del 12M. A diferencia de hace más de tres años (14F), el independentismo no suma y, en consecuencia, no sigue. La llamada “mayoría del 52%” –en realidad, del 48%– que reivindicaban ERC; JxCat y la CUP se queda ahora por debajo del 40% y a 9 escaños de la mayoría absoluta del Parlament (68 escaños). Técnicamente, tampoco la alcanza con Aliança Catalana, la ultraderecha independentista de Sílvia Orriols, que irrumpe en la Cámara con 2 diputados. Stop.

La ‘década prodigiosa’ del ‘procés’ se ha acabado (sigue abierto el debate sobre el encaje entre Catalunya y el resto de España). Aquella huida hacia delante, calificada de “utopía disponible”, se ha ido convirtiendo en una distopía: el debate sobre el ‘qué somos’ en detrimento del ‘qué hacemos’, con ‘hojas de ruta’ dispares, se ha revelado como estéril y ha bloqueado la gestión de gobierno. El ‘procés’ no sólo fue un “farol” (Clara Ponsatí ‘dixit’) sino que rompió la baraja: el consenso político catalanista y el consentimiento social que generaba. La paradoja resultante: el uso social del catalán ha retrocedido en las generaciones que lo tenían como vehicular en la escuela. Stop.

¿Transversalidad o bloqueo? El eje identitario no está en disposición de investir a un presidente soberanista; pero sí de bloquear la investidura del socialista Salvador Illa (mayoría absoluta en primera votación y mayoría simple en segunda). Si fracasase, se pondría en marcha el reloj de una repetición de elecciones. El eje ideológico izquierda-derecha puede forjar una ajustada mayoría de progreso con el PSC, ERC y los Comuns. La llave la tienen los republicanos: el duro voto de castigo recibido por Pere Aragonès hará que basculen entre el temor a una crisis interna si pactan con el PSC y un castigo ampliado en caso de repetición electoral. Stop.

Existe una vía intermedia: una abstención de JxCat para no bloquear la investidura de Illa. El Junts+ de Puigdemont daría así paso al Junts- de Rull, Turull y compañía. Y un dato: el PP es el partido que más votos y escaños recupera y Vox se mantiene. La derecha y la extrema derecha españolas suman casi el 20%. Stop.

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