Estadística municipal

La capacidad adquisitiva de los barceloneses cayó un 7% de 2019 al tercer trimestre de 2021

La reducción de los ingresos por la pandemia y la inflación por la falta de materias primas y el precio de la energía alimentaron el descenso

El Ayuntamiento de Barcelona acuña un nuevo producto estadístico que analiza de forma trimestral la renta disponible de los hogares de la ciudad

La plaza Reial de Barcelona, desierta durante el confinamiento por el coronavirus

La plaza Reial de Barcelona, desierta durante el confinamiento por el coronavirus / Jordi Cotrina

Toni Sust

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Los hogares barceloneses tenían en el tercer trimestre de 2021 una capacidad adquisitiva un 7% inferior a la que atesoraban en 2019, el último año antes de la pandemia. Una caída significativa que se basa en dos factores: la disminución de la renta disponible de los hogares y la inflación de los precios. En el segundo trimestre de 2020, la capacidad adquisitiva llegó a reducirse en un 13,8%. No es algo que le pase solo a Barcelona, es un fenómeno general en estos momentos, según Dolors Cotrina, jefa del departamento de análisis de la Oficina Municipal de Datos (OMD) del Ayuntamiento de Barcelona, y Álex Costa, integrante del equipo de la oficina.

En su punto más bajo durante la pandemia, el segundo trimestre de 2020, la capacidad adquisitiva de los barceloneses llegó a reducirse en un 13,8%

Cotrina y Costa ayudaron esta semana a dar luz sobre unos datos que no tienen precedente en la ciudad. Porque el consistorio ha acuñado una nueva herramienta estadística: el dato trimestral de la renta disponible de los hogares. En adelante se conocerán cada tres meses las variaciones en porcentaje de la renta disponible de los hogares barceloneses y su capacidad adquisitiva. También la renta primaria. Por conceptos: la renta familiar disponible es el dinero del que dispone una unidad para consumir o ahorrar. Y es una cantidad que resulta de la diferencia entre los recursos y los usos.

Renta disponible, renta primaria

Los recursos son los salarios, las rentas mixtas (ingresos de autónomos y por alquileres de propiedades) y las prestaciones sociales (paro, jubilación, ERTO durante la pandemia, ayudas por la crisis sanitaria). Los usos que se restan a los recursos son los impuestos y las cotizaciones sociales. Por otra parte, la renta primaria es la que componen los recursos que tenemos antes de la interacción del sector público, es decir, antes de recibir las prestaciones sociales, si alguien las percibe en el hogar correspondiente, o de pagar impuestos y cotizaciones.

Para conocer la capacidad adquisitiva de un hogar hay que tener en cuenta la renta disponible de la que dispone, en este caso se la llama nominal, y luego aplicarle el efecto de los precios, es decir, la inflación. Con ello se determina la renta disponible en términos reales: la capacidad adquisitiva.

Un concepto clave

Lograr las cifras trimestrales que estos días se conocen por primera vez es elaborado, sobre todo porque, subraya Costa, se suele dar mucha más importancia y prioridad a otros datos antes que a la renta disponible por hogar, cuando en opinión de los expertos municipales es el indicador que mejor refleja el bienestar de la población y por lo tanto muy relevante a la hora de elegir políticas públicas. Ejemplo de que no se le da prioridad es que los últimos datos de renta disponible de los hogares, del Idescat en ambos casos, son de 2019 en Catalunya y de 2018 en Barcelona.

En el caso de los datos anuales de renta, el Idescat los precisa habitualmente por distritos y barrios de Barcelona. En el nuevo dato trimestral corresponden solo al global de la ciudad. Para llegar al dato trimestral, los expertos han recorrido complejos caminos estadísticos. O por lo menos parecen elaborados al profano.

El método

A los datos de la renta que aporta el Idescat se le agrega otro elemento: los que el INE emite trimestralmente sobre salarios, prestaciones sociales, rentas mixtas. Y partiendo de un método recomendado por la Oficina de Estadística Europea, precisa Costa, se puede construir un modelo de predicción sobre los datos de Barcelona en función de cómo evolucionan los de España. Porque la correlación entre ambas evoluciones está estudiada, y tiene una forma, un patrón.

En resumen: partiendo de la renta de 2018 se puede avanzar en el tiempo hasta los últimos datos reales existentes del INE: el tercer trimestre del 2021. A partir de ahora, se podrá conocer su evolución cada tres meses. Para alcanzar las conclusiones del estudio ahora difundido, se otorgó un valor 1 a la situación de 2019. Y una vez todos los elementos pasados por el turmix estadístico descrito en el párrafo anterior, se concluyó que en el tercer trimestre de 2021 ese valor había bajado a 0,96 en cuanto a la renta disponible por hogar. Y que una vez se le aplicaba el efecto de los precios, la renta real, la capacidad adquisitiva, estaba en 0,93. Y de ahí la bajada del 7%.

Siguiendo la tabla de la evolución de esa renta real, siempre dando el valor 1 al 2019, el punto más bajo de la capacidad adquisitiva de los barceloneses se dio en el segundo trimestre, el del confinamiento, cuando cayó un 13,8%.

Capacidad adquisitiva y pobreza

Subrayan los dos especialistas que la pérdida de un 7% de poder adquisitivo no equivale a que los hogares barceloneses sean un 7% más pobres. Significa que tienen menos opciones de compra. Para una unidad familiar con recursos considerables, puede ser un matiz no excesivamente significativo. Para un hogar en el que el dinero escasee, puede resultar bastante más dañino.

Además de la conclusión de la caída de la capacidad adquisitiva en un 7%, el nuevo estudio aporta otras conclusiones. La crisis de recursos durante la pandemia se notó más en 2020 en relación con la renta primaria, salarios e ingresos varios de carácter privado, que con la disponible, que bajó menos por el efecto de las prestaciones sociales, que se incrementaron.

Lo hicieron al hilo de las políticas de apoyo de emergencia de las administraciones ante el parón de actividad, especialmente tajante durante las semanas de confinamiento pero en muchos sectores también en los meses posteriores. En cambio en 2021, la recuperación económica llevó a la renta primaria a crecer más que la disponible, en parte también porque las prestaciones sociales extraordinarias se fueron reduciendo.

El riesgo de la estanflación

Cuentan Costa y Cotrina que una primera oleada de inflación vino propiciada por la falta de materias primas en un mundo que se había visto detenido por la pandemia. Una segunda oleada se debe al elevado precio de la energía. Otros factores pueden influir en la situación. Uno está muy de actualidad en estos momentos: la guerra de Ucrania. Detener el comercio con Rusia, indica Costa, aunque de entrada perjudique especialmente a Moscú, también afecta al resto del planeta.

El futuro es incierto. “Sobre inflación, nadie se atreve a decir si será transitorio”, afirma Cotrina. “No es disparatado pensar que pueda haber recesión e inflación, es decir, estanflación. Pasó en los años 70 con la crisis del petróleo. Es lo peor de lo peor”. Pero también sostienen que se espera una recuperación de la renta, ya que la ocupación crece y ello comporta un aumento de los salarios y por lo tanto de los ingresos de los hogares.

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