Destino inseguro

El turismo regresa a Afganistán pese a los avisos de Exteriores

El ministerio «insta encarecidamente» no viajar y advierte de atentados y secuestros

En el último año han entrado en el país 5.000 visitantes, la mayoría llegados de China 

Los tres catalanes muertos en Afganistán viajaban en grupo; el otro español herido está grave pero consciente

Puesto de seguridad a la entrada de la carretera que conduce a las ruinas de una estatua de Buda de 1.500 años de antigüedad en Bamiyán.

Puesto de seguridad a la entrada de la carretera que conduce a las ruinas de una estatua de Buda de 1.500 años de antigüedad en Bamiyán. / Stringer

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Para muchos afganos, y especialmente afganas, el regreso al poder de los talibanes no les ha traído precisamente una vida más segura. Pero es no es lo que piensan un número pequeño pero creciente  de turistas (5.000 entre marzo de 2023 y marzo de 2024) que están regresando atraídos por la imagen de que con los talibanes ha vuelto el orden al país tras años de guerra. Y lo hacen desoyendo las advertencias del Ministerio de Asuntos Exteriores en su web de que no es ni mucho menos así, una información a la que quizá no accedan los viajeros pero sin duda sí las agencias de viajes.

De entrada, un mensaje tajante advierte de que «se recomienda NO viajar a Afganistán bajo ninguna circunstancia». La recomendación del ministerio recuerda que «existe riesgo de secuestro o atentado en todo el país» y que la falta de seguridad ha obligado a cerrar la embajada y trasladarla a Catar, por lo que no se puede ofrecer asistencia consular sobre el terreno. Por este motivo, Exteriores ha tenido que desplazar personal desde Pakistán y Catar para atender a los supervivientes del ataque en Bamiyán. La nota avisa de que «se pueden producir manifestaciones o alteraciones del orden público en cualquier momento, así como ataques con bomba y ataques suicidas», por lo que, reitera, «se insta encarecidamente no viajar a Afganistán», y en caso de hacerlo evitar lugares concurridos como bazares o restaurantes. 

La mayoría de los turistas del último año proceden de la vecina China, fruto de las buenas relaciones diplomáticas entre Pekín y el Gobierno de facto de los talibanes. Pero también se registraron visitas de turistas de países europeos, según informó a la agencia Efe el ministro adjunto de Información y Cultura del Gobierno de los fundamentalistas, Muhajir Farahi.

Los talibanes se han esforzado en acentuar la condición de seguridad que vive el país desde su llegada en agosto de 2021, y si bien los ataques han disminuido porque estos eran quienes cometían la mayoría de ellos antes de tomar el poder, la presencia del grupo yihadista Estado Islámico se ha convertido en su mayor desafío.

Los 5.000 visitantes del último año son un número que está muy lejos de los casi 90.000 extranjeros que viajaron la nación asiática en 1970. La inseguridad le situó como uno de los menos visitados del mundo, según estadísticas del Banco Mundial. Aunque el regreso al poder de los talibanes, tras su victoria en la guerra en agosto de 2021, suponía la paralización total del turismo, el país intenta cada vez más ser un destino atractivo, promovido especialmente por los fundamentalistas. Una agencia de viajes en línea con base en Reino Unido ofrece a visitantes «las gemas ocultas y el rico tapiz cultural de Afganistán; una tierra que ha cautivado corazones durante siglos», con viajes a partir de 2.858 dólares por persona por unos nueve días.