La empresa Tram tiende la mano a Trias para que el tranvía llegue a Francesc Macià

Siete operadores de tranvía y metro de siete ciudades españolas han compartido escenario este martes en Barcelona en un estand del Global Public Transport Summit. Invitados por la empresa Tram, operadora del Trambaix y el Trambesòs, han debatido sobre las bondades de la colaboración público-privada. Coincidencia absoluta en que se trata de un 'win-win', de una relación en la que una Administración confía un servicio, y los consiguientes riesgos, a una empresa especializada. Ni el lugar, ni el tema, ni el organizador; nada se ha dejado al azar durante el evento. Al término de la charla, los responsables de Tram han atendido a la prensa. Con el bagaje de lo hablado justo antes, han tenido buenas palabras para el próximo alcalde, con el que aspiran a terminar el tranvía por la Diagonal. Y también gestionar, a partir del primer trimestre de 2024 la operación y el mantenimiento de las tres nuevas paradas que unirán el tramo de Glòries hasta Verdaguer.

Miquel Martí y Humberto López Vilalta, presidente y director general de Tram, respectivamente, han explicado cuál es la situación de la empresa cuando faltan todavía nueve años para que venza la concesión de las dos líneas de tranvía metropolitano de Barcelona. Ha sido un encuentro con periodistas no muy habitual que se explica, en buena parte, por el momento político por el que atraviesa la capital catalana. De ahí que hayan empezando dejando las cosas claras: "El papel que jugaremos a partir de ahora es de mano tendida. Nos ponemos a disposición del próximo alcalde. Sin él, no daremos ni un solo paso adelante, pero tampoco ningún paso hacia atrás. Estaremos a su lado".

Si se cumplen los pronósticos y Xavier Trias es el nuevo alcalde, la conexión desde Verdaguer hasta Francesc Macià no parece que vaya a cristalizar a corto plazo. Con el socialista Jaume Collboni parece que hay más opciones, pero aunque lleve el proyecto en su programa electoral, durante la campaña ha asegurado que quizás lo mejor sea acometer la obra más adelante, en otro mandato, para que la ciudad asimile todas las transformaciones que hay ahora en marcha.

Lo cierto es que la redacción del proyecto de la segunda fase, la que va de Verdaguer hasta Francesc Macià, ya se adjudicó el pasado mes de diciembre (ese mismo día, Trias calificó el plan de "disparate"), y la idea del actual consistorio, gobernado todavía por Ada Colau, era que las obras empezaran tan pronto como finalizarán las que están en curso desde Glòries hasta Verdaguer, esto es, a finales del primer trimestre de 2024. Esto, sin embargo, podría quedar en nada si el futuro gobierno municipal se apea del proyecto, puesto que la urbanización -más o menos, la mitad del presupuesto de toda la obra- la tiene que asumir el ayuntamiento. El Govern se comprometió con la alcaldesa en marzo a conectar los dos ramales, pero el posible desembarco de Trias lo deja todo en el aire a pesar de que en si lista está Damià Calvet, 'exconseller' de Territori que en su momento defendió la conexión.

El valor de una imagen

Martí es optimista porque cree que cuando estén terminadas las obras en la Diagonal y estén en funcionamiento las paradas de Monumental, Sicília y Verdaguer, "la ciudadanía se dará cuenta del valor de la transformación" que ahora tiene la avenida patas arriba. Y luego están las simulaciones. Según los datos que barajan, cuando las líneas del Llobregat y del Besòs se unan, la demanda se doblará de golpe. En cambio, con otros medios de transporte -no dicen cuál, pero con toda probabilidad se refieren al bus eléctrico que siempre ha defendido Trias-, el aumento del número de viajeros es solo del 2%. "Un 2% de incremento no puede competir con un 100%", resume López Vilalta. Recuerdan, además, que todo el tranvía que se construye ahora no incluye ni catenaria ni grandes infraestructuras ferroviarias, lo que rompe, defienden, con el mito de que supone una cicatriz insalvable entre los barrios separados por la Diagonal.

Para las paradas que se inauguran el año que viene serán necesarios otros tres tranvías, lo que requerirá de una ampliación de personal en la empresa Tram, que se encargará del mantenimiento y la operatividad del tramo a estrenar. Así las cosas, parece que no se cumplirá lo que en enero de 2019 prometió a Esquerra la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, cuando dijo que la gestión sería "100% pública". No será un dispendio astronómico, pero en cualquier caso, parece indudable que será Tram quien se encargará, al igual que hace con los otros 30 kilómetros de vías repartidos por nueve municipios. Lo que pase a partir del 2032 cuando termine la concesión, ya se verá.