De 2019 a 2023

Desde patinetes compartidos hasta cortes de tráfico: promesas que han caído de los programas electorales de Barcelona

Así están las encuestas de las elecciones municipales en Barcelona 2023

Examen al vestuario de los candidatos en el debate de TV3

calle aragó

calle aragó / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

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La movilidad y el urbanismo han centrado buena parte de la contienda electoral en Barcelona. El tranvía por la Diagonal, las supermanzanas, los ejes verdes, los carriles bici, las motos... Todo lo que tiene que ver con los desplazamientos de los ciudadanos ha pasado por delante de debates igualmente importantes, como el modelo económico, la inseguridad, la limpieza, el turismo o los servicios sociales, seguramente porque la movilidad, en el fondo, es una liturgia tan sagrada como única: no hay dos personas que a diario hagan exactamente el mismo recorrido.

Visto el gráfico, queda claro que la movilidad ha tomado impulso en estos últimos años. Se ha convertido en un tema habitual de tertulia, para bien y para mal. Ha generado bandos, a menudo identificados por ideología. Se ha alimentado por la entrada de nuevos actores, los patinetes, y por el 'boom' de viejos conocidos, como los ciclistas. Pero también se ha mezclado con el urbanismo, la ocupación desigual del espacio público, la seguridad viaria..., en definitiva, el modelo de ciudad.

Los partidos con representación en el pleno ya han hecho sus propuestas. ¿Pero qué plantearon en 2019, cuando este asunto no estaba ni mucho menos tan en boca de todos? ¿Se han quedado cosas por el camino? ¿Han cumplido lo prometidox los que han tocado poder? Aquí viene un repaso de lo expuesto en 2019 y en 2023. Iremos de menos votos a más votos recibidos hace cuatro años, y teniendo en cuenta la escisión del partido de Manuel Valls al principio del mandato. Y obviaremos los buenos deseos y las palabras huecas y nos centraremos en las medidas concretas.

PP: de la nada a la escasa concreción

PP: de la nada a la escasa concreción

Josep Bou se presentó a las elecciones de 2019 sin un programa electoral propio. Se basó en unas directrices que el partido elaboró en Madrid para todas las candidaturas municipales, así que lo ahí descrito valía tanto para Móstoles como para Barcelona, a pesar de que cada ciudad tiene sus peculiaridades. Daniel Sirera, candidato de los conservadores para la contienda del domingo, sí ha elaborado un documento personalizado, con 50 compromisos. Toca tres temas vinculados con la movilidad y el urbanismo, y más allá de buenas voluntades, solo incluye tres propuestas concretas: <strong>motos por el carril bus</strong>, un plan renove de cascos (100 euros), y bonificación del transporte público hasta los 21 años. En su caso, la comparativa con 2019 es un trabajo inútil. Porque entonces no había nada concreto sobre la capital catalana y porque ahora queda claro que este no es un tema prioritario para los populares.

En defensa del partido, lo de las motos en el pasillo del autobús es algo que Alberto Fernández Díaz ya defendía en la primera década del siglo XXI, pero no aparecía en el programa marco de 2019, donde, en cambio, se prometían ayudas para la renovación de los vehículos más contaminantes. En ambos casos se menciona el <strong>conflicto entre taxis y VTC</strong>, pero mientras hace cuatro años se era muy explícito con la libertad de elección, ahora Sirera suaviza el tono y plantea "una nueva regulación de las VTC que permita trabajar de manera complementaria al servicio prestado por el taxi". Sobre urbanismo, nada concreto en 2019. Y en 2023, revisión de las supermanzanas "que tengan un impacto negativo en los vecinos".

Una moto circula por un carril reservado al transporte público, en Barcelona

Una moto circula por un carril reservado al transporte público, en Barcelona / Elisenda Pons

Valents y las enmiendas a Valls

Valents y las enmiendas a Valls

Se produce un fenómeno interesante al analizar las propuestas de Valents en materia de movilidad. En 2019, cuando <strong>Eva Parera</strong> formaba parte de la candidatura Barcelona pel Canvi, liderada por Manuel Valls, se defendía que de manera periódica, en días festivos, "ciertas vías de la ciudad de gran circulación" fueran "de uso exclusivo para peatones y bicicletas". Es decir, que lo que ya se hace con el programa municipal Obrim Carrers en Gran de Gràcia y Creu Coberta, se exporte a otras arterias. De hecho se hizo en una ocasión en <strong>Via Laietana y Aragó</strong>, justo antes de la pandemia, pero nunca más se supo. En las promesas de 2023 se va en un sentido que podría considerarse opuesto, ya que Valents apuesta por la "eliminación de los carriles bici que están en vías rápidas".

En 2019, el exprimer ministro francés se aventuró con la propuesta de que el transporte público fuera gratuito para jóvenes de entre 16 y 25 años, con el objetivo, decía el programa "de que puedan trabajar y estudiar en la ciudad sin barreras económicas". En 2023, bajo la marca Valents, solo se habla de ampliar la T-16 hasta los 18 años y volver al anterior sistema de la "T-Casual no nominativa que permite el uso familiar de este título de transporte". Es decir, recuperar la T-10 de toda la vida.

Ciutadans y el casi todo mal

Ciutadans y el casi todo mal

El programa de <strong>Anna Grau</strong> lo comparamos también con el de Manuel Valls, que ejerció de nave nodriza de parte del unionismo de las municipales de 2019. Perpetrada la escisión, la periodista ha tomado las riendas de la lista de Ciutadans, que en las encuestas parece tener muy pocas opciones de alcanzar el 5% mínimo de votos para obtener asientos en el pleno. Curiosamente, al igual que Valents, propone recuperar la T-Casual no nominal, y al igual que en el caso de Parera, buena parte de las propuestas de Cs persiguen revertir muchas de las cosas que se han llevado a cabo durante este segundo mandato de los Comuns, como las <strong>supermanzanas </strong>o algunos <strong>carriles bici, como el de la Via Augusta</strong>. "Corregiremos los defectos e improvisación de Colau para conseguir la máxima seguridad vial para todos", reza el programa.

También en este caso desaparece la propuesta de cerrar calles en días festivos y sí tiene un hueco el tranvía -para detener el proyecto-, que en 2019 no tenía mención alguno en el documento de mandamientos de Valls. Tampoco hay mención alguna a la velocidad comercial de los buses de TMB. El programa de hace cuatro años planteaba que fueran 1 km/h más rápidos (la media es de unos 12 km/h), pero en el documento de cara el domingo, ninguna referencia.

El carril bici, cuando estaba en construcción, en el cruce de la Via Augusta con Mitre. Uno de los puntos más delicados de la arteria

El carril bici, en construcción, en el cruce de la Via Augusta con Mitre. Uno de los puntos más delicados de la arteria / Laura Guerrero

Junts y los coches en superficie

Junts y los coches en superficie

Entre los programas de 2019, con <strong>Elsa Artadi</strong>, y de 2023, con <strong>Xavier Trias</strong>, subyace una diferencia importante respecto a la movilidad. Tiene que ver con el aparcamiento. Cuatro años atrás, Junts abogaba por una "gestión integral e inteligente del aparcamiento subterráneo para que todos los vehículos estacionados lo estén en parkings soterrados". Una manera de defender que los coches quizás no deban ocupar 12 metros cuadrados de espacio público, teniendo en cuenta que pasan más del 95% de su vida útil detenidos. Ahora su plan -"global e integrado"- abarca tanto la superficie, como los subterráneos y los que están en edificios. Sí hay voluntad de liberar plazas a pie de calle, pero para "destinarlas a las motos, a los servicios de carácter esencial y a la distribución urbana de mercancías".

Analizados ambos programas, una curiosidad: ambos contienen párrafos completamente idénticos. Pero también hay más diferencias. O cosas que han desaparecido. En 2019, Junts anunciaba una regulación del modelo propio de taxi y VTC. Quizás porque el Govern ya ha ido aprobando decretos que han encorsetado el negocio de las licencias de alquiler de vehículo con conductor, el programa de Trias no menciona ni una sola vez las VTC en sus 174 páginas de promesas de cara a las elecciones del 28M. Otra diferencia relevante: hace cuatro años no había ningún capítulo titulado 'movilidad'. En 2023 sí lo hay, y Junts, de hecho, tiene le programa que más veces usa esta palabra.

BARCELONA 06/02/2023 Barcelona. Manifestación de taxistas VTC en plaza españa. Utilizan una carroza funebre con un ataúd simbolizando la muerte de este sector. FOTO de ZOWY VOETEN

Manifestación de VTC clásicas, meses atrás, escenificando el ocasi de su negocio / ZOWY VOETEN

PSC y el tranvía en barbecho

PSC y el tranvía en barbecho

En los programas electorales aparece la <strong>conexión del tranvía por la Diagonal</strong>. En 2019 para realizar la unión pendiente entre Glòries y Francesc Macià, y en 2023 para completar el tramo que ya está en obras hasta Verdaguer para que el ferrocarril urbano pueda conectar el Trambaix y el Trambesòs. No hay diferencia alguna porque en ambos casos se da impulso al proyecto. Pero a pesar de que el documento actual diga eso, durante la campaña el propio candidato <strong>Jaume Collboni</strong> ha enfriado esta posibilidad, hasta el punto de asegurar que quizás ahora no es prioridad y que la ciudad debe antes dejar asentar todas las obras que están en marcha. Es decir, sí pero no ahora.

Lo que sí se ha esfumado en 2023 es la promesa de exención del pago del billete de transporte público los días de máxima contaminación. En 2019 se citaba tímidamente la posibilidad de crear un <strong>sharing' asociado "a los nuevos modelos de movilidad",</strong> una propuesta que ha desaparecido en el programa socialista del 28M porque el ayuntamiento parece que tiene 100% descartado crear un sistema de patinetes compartidos del mismo modo que ya existen las licencias de motos y bicis.

Bicis de empresas de sharing (bicis compartidas) ocupan aceras y estacionamientos públicos de toda Barcelona.

Bicis de 'sharing', por las calles de Barcelona / MANU MITRU

Los Comuns y los cambios sutiles

Los Comuns y los cambios sutiles

Barcelona en Comú es con mucha diferencia el partido que más espacio dedica a la movilidad. Ambos programas, el de 2019 y el de 2023, contienen diferencias más sutiles que importantes, como la que hace referencia al aparcamiento de vehículos en superficie. Hace cuatro años se señalaba la necesidad de "poner fin a la gratuidad" del aparcamiento de coches en calzada, una tesis que ahora ya no aparece aunque todavía quedan muchas zonas libres de pago.

Los cambios son más bien de palabras que ya no están o que han cambiado y que, al fin y al cabo, cambian bastante el sentido de la frase. <strong>Distribución urbana de mercancías</strong>, por ejemplo. En 2019 se apostaba por centros de reparto en cada barrio y ahora se mantiene la promesa pero sin concretar dónde. Lo que sí se ha esfumado es la referencia a "combatir la precariedad del sector de mercancías y la logística".

La bici también presenta pequeños retoques. El programa de hace cuatro años prometía incentivos -beneficios fiscales, en un suponer- a comunidades de vecinos y edificios que habilitaran espacios para bicicletas. En 2023 se anima a ello, pero sin blandir ayuda alguna. También los Comuns han borrado de su programa la posibilidad de que exista un sistema de patinetes compartidos. De hecho, en sus 159 páginas, la palabra 'patinete' solo aparece en una ocasión en el programa electoral de <strong>Ada Colau</strong> para el 28M (seis veces, en 2019). Para que puedan comparar, 'bici' o 'bicicleta' aparece 130 veces.

El carril bici de la Diagonal, este miércoles

El carril bici de la Diagonal / Jordi Otix

Esquerra y el peaje menguante

Esquerra y el peaje menguante

El verbo es el que indica la acción, y en los programas electorales, y por ende, en el lenguaje político, abundan fórmulas como 'estudiar', 'analizar', 'promover' o 'consensuar' que más bien dan poca sensación de que aquello vaya a cristalizar. En 2019, sin embargo, Esquerra se mojó de lo indo con un tema peliagudo: "Implantaremos un peaje de toxicidad vinculado al derecho al aire limpio". Cuatro años más tarde, y sin que haya sucedido, <strong>Ernest Maragall</strong> pone la reductora...: "Estudiaremos la viabilidad -doble amago- de implantar un <strong>peaje urbano</strong> de contaminación". Suflé por los suelos.

Ambos documentos <strong>mencionan la T-Mobilitat</strong>, pero con diferencias significativas. En 2019 se anunciaba el deseo de aprovechar la entrada en funcionamiento del título de transporte -todavía siguen en ello...- y apuntaba la voluntad de "repensar las actuales coronas tarifarias y evitar penalizar los movimientos entre ciudades metropolitanas". Eso ha desaparecido. Puede que sea porque es el Govern quien tiene en sus manos el desarrollo del invento (es decir, también Esquerra) y el cobro por distancia recorrida es el gran misterio sobre el futuro de la T-Mobilitat. En resumen: mejor no remover ciertas cosas.

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