Movilidad

Los motoristas de Barcelona desentierran la eterna demanda de circular por el carril bus

Bicis en el carril bus: Barcelona permite al ciclista lo que vetó a las motos por peligroso

Más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico en Barcelona de los últimos 10 años eran motoristas

Cinco de los candidatos a la alcaldía coinciden en que la moto esponja la movilidad y apuestan por eliminar obstáculos de urbanismo táctico para que vayan más seguras

motos barcelona

motos barcelona / Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

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Si de algo sabe Jaume Alguersuari, más allá de las motos, es de comunicación. Sumado a que ha entrado en esa sagrada edad en la que no hay que pedir permiso ni medir demasiado las palabras, este empresario ha convertido un debate sobre la motocicleta en Barcelona en un hiperbólico elogio del medio, en una reivindicación casi bíblica del papel que juegan los motoristas en la movilidad diaria. Este hombre, cuyo nombre quizás asocien a su hijo, el que fuera piloto de F-1, ha conseguido este viernes reunir a cinco de los candidatos a la alcaldía de Barcelona de los siete grupos con representación en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona: Xavier Trias (Junts, o Trias per BCN, como prefieran), Jaume Collboni (PSC), Eva Parera (Valents), Anna Grau (Ciutadans) y Daniel Sirera (PP). Faltaban dos y no ha sido cosa menor: Ada Colau y Ernest Maragall, que querían delegar en otros miembros de la candidatura pero la condición de Motoristas por Barcelona era clarísima, solo los números uno de la lista. Alguersuari ha optado por la diplomacia al valorar estas ausencias, pero ha sido meridiano en su apartado de demandas: "Les pido que su programa electoral, de manera taxativa, incluya un ensayo de seis meses para que las motos puedan circular por el carril bus. Y si no funciona, fuera".

Alberto Fernández Díaz, en 2018, cuando era concejal del PP en Barcelona, en su enésima reclamación para que las motos pudieran usar el carril bus-taxi

Alberto Fernández Díaz, en 2018, cuando era concejal del PP en Barcelona, en su enésima reclamación para que las motos pudieran usar el carril bus-taxi / El Periódico

Esta petición obliga, antes de desgranar las opiniones de los candidatos, a desempolvar la figura de Alberto Fernández Díaz. El exconcejal del PP lo reclamó a lo largo de casi una década, pero jamás se salió con la suya. Sí consiguió que el asunto se analizara desde todos los puntos de vista. Se redactaron cuatro informes. Uno llevaba el sello de Transportes Metropolitanos de Barcelona y descartaba la idea porque los buses podían perder velocidad comercial. Otro salió de los servicios municipales de Movilidad y justificaron su negativa, como sucedió con el dictamen de la Guardia Urbana, en que no era un planteamiento seguro. Y un cuarto, que llegó ya en tiempos de Trias en la alcaldía, lo presentó el RACC en noviembre de 2011 y advertía de un aumento "significativo" del número de accidentes de moto en Barcelona y del peligro que supondrían los giros a la derecha de los coches desde los carriles centrales.

¿Cuántos son?

Que se sepa, desde hace más de 10 años nadie ha vuelto a preguntarse si es una medida que pueda aplicarse para el caso de Barcelona. En ciudades como Valencia, Sevilla, Vigo o Madrid sí está permitido, pero no es comparable, ni mucho menos, el número de motos de estas urbes con el de la capital catalana, casi 270.000, sumando los ciclomotores, según el censo de vehículos del ayuntamiento. ¿Significa eso que en la ciudad hay 270.000 motoristas? No. Pueden ser menos, porque una persona puede tener a su nombre varias motos, o pueden ser más, porque no se tiene en cuenta los usuarios del 'sharing' o la gente que va de 'paquete'. En cualquier caso, un buen volquete de votos.

Jaume Alguersuari se dirige a los cinco candidatos presentes en el acto

Jaume Alguersuari se dirige a los cinco candidatos presentes en el acto / Carlos Márquez Daniel

De los cinco candidatos, solo Parera ha dicho que sí, que adelante, que las motos junto al transporte público sin prueba ni nada, al día siguiente de su proclamación como alcaldesa si hace falta. Su intervención ha sido de máximos: fuera la zona de bajas emisiones, 150.000 plazas de estacionamiento para motos en superficie (casi el doble que ahora), crear aparcamientos subterráneos 'low cost' (cuatro euros al mes, ha planteado) y volver a albergar concentraciones moteras como la de los Harley Days, que se celebró entre 2009 y 2016. La candidata de Valents se ha llevado la segunda mejor ovación de la tarde. La primera la ha cosechado Trias, que sin demasiada concreción ha levantado incluso un sonoro "bravo" del propio Alguersuari. Claro que el empresario ha confesado en su alocución cierta debilidad por el exalcalde: "Es alguien a quien adoro y admiro".

"La movilidad, sin las motos, sería un desastre mayor que lo que es ahora"

Xavier Trias

Trias, que sabe bien cómo apelar al corazón de su público, ha hecho referencia a su juventud en Viladrau. Años de Montesa, una moto que enfrentó a las Bultaco que blandía la familia de su novia de entonces, su esposa ahora. "Hace años que dejé de ser motorista, pero todos mis hijos van en moto. Mi último nieto -tengo 11- se llama Mateu y va por casa con una moto y va diciendo 'mira como 'plego', como Márquez'. así estamos"... El candidato de Junts, pero también del PDECat y de Demòcrates de Catalunya, ha repetido lo que ya dijo semanas atrás: "Barcelona es ciudad de motos". Y ha añadido: "La movilidad, sin las motos, sería un desastre mayor que lo que es ahora". ¿Propuestas? Escasa concreción; a lo sumo, un "plan de motos que vaya a favor de las motos y apostar por la electrificación".

Una moto avanza posiciones por uno de los carriles bus-taxi de Barcelona

Una moto avanza posiciones por uno de los carriles bus-taxi de Barcelona / Joan Cortadellas

Tampoco Collboni ha sido muy concreto, pero es normal que los que tienen opción de gobernar se mojen menos por aquello de que después les venga alguien con la grabación. El líder del PSC ha empezado con los galones. "Hace 35 años que voy en moto por Barcelona". Se estrenó con una Vespa 125 y ahora usa un modelo eléctrico. Lo hace, ha sostenido, porque la moto "es una necesidad y de los primeros medios sostenibles desde el punto de vista del espacio público".

Mejor un pacto

Ha apostado por incrementar las plazas de aparcamiento "en algunas zonas del Eixample" y ha reclamado "responsabilidad ante el peatón". Con esta frase, un tímido toque, ha sido el único de los ponentes que por unos segundos se ha apartado de la pleitesía hacia el respetable. Para diferenciarse de Trias, en lugar de plan ha propuesto un "pacto por la moto", y ha avanzado su intención de importar un proyecto que ya se está desarrollando en algunos puntos de Francia, la electrificación de motos de combustión. "Con ayudas de hasta 600 euros", ha concretado.

Una moto circula por el carril bus de la Diagonal, infracción muy habitual, más todavía desde que la avenida perdió carriles en el tronco central

Una moto circula por el carril bus de la Diagonal / Ricard Cugat

Todos los candidatos se han quejado de la falta de plazas de aparcamiento. Alguno ha llegado a decir que hay menos que nunca. Pero lo cierto, según datos municipales, es que en calzada hay un total de 84.083 estacionamientos. En 2014 no llegaban a 60.000. Lo que hay que tener en cuenta, sin embargo, es que hay muchas aceras en las que se ha vetado la presencia de motos en los últimos ocho años, sea por peatonalizaciones, supermanzanas, ejes verdes o por el deseo del actual gobierno de ir liberando de obstáculos el espacio reservado a los viandantes.

"A la moto no se le puede dar la espalda, pero tampoco hacerle la pelota"

Anna Grau

Grau, siempre directa, ha dicho que la moto "es sexi y épica", ha prometido eliminar los carriles bus en sentido contrario y aumentar el estacionamiento también en zonas peatonales, porque, ha argumentado, "no se puede obviar la necesidad de aparcar". Ha hecho suya la prueba de seis meses de motos por el carril bus. Pero eso sí, antes hay que eliminar todo el urbanismo táctico "que pone en peligro la seguridad de los motoristas", una sentencia que han repetido los cinco invitados. También ha defendido, después de que hablara Parera, que a la moto "no se le puede dar la espalda, pero tampoco hacerle la pelota".

Fuera ladrones

Sirera ha ganado el concurso paralelo de candidatos moteros. Se subió a una por primera vez a los 14 años y hasta los 55 que tiene ahora ha tenido no menos de 10 distintas. Ahora, una BMW de 650cc. "La moto -ha defendido- es una de las soluciones a los problemas de movilidad que sufre Barcelona. La otra es que Colau y el PSC dejen de gobernar". Sobre las motos por el carril bus ha señalado a Fernández Díaz, sentado en la segunda fila, y ha recordado su cruzada en el pleno. Sobra decir que el PP está a favor de la propuesta. En su lista de proyectos ha incluido ayudas para renovar el casco, una rebaja del 50% del impuesto de circulación y "echar a los delincuentes que nos roban las motos".

Está por ver cómo avanza el asunto de las motos por el carril bus. Motoristas por Barcelona tiene a su favor que Trànsit recomendó no hace demasiado que las motos usen los carriles bus para entrar hasta Fabra i Puig, Glòries y Francesc Macià circulando por el corredor de transporte público ya segregado fuera de la ciudad. También tienen el viento a favor con la decisión del consistorio, sin que mediara informe alguno, de permitir que las bicis circulen por el vial del bus en algunas calles, como Creu Coberta, Via Laietana o Pi i Margall. En contra, esos estudios de hace más de 10 años. Y las cifras de siniestralidad, por supuesto, ya que la moto supone el 8% de los desplazamientos internos pero en los últimos 10 años, la mitad de los 242 fallecidos en siniestros de tráfico en Barcelona en los últimos 10 años iban sobre una moto. En definitiva, es una idea con un valor técnico. Pero también, si hay más muertos, puede tener un precio político.