Desayuno empresarial

Daniel Sirera (PP) propone un museo del Holocausto en Montjuïc y 4.000 policías más

El alcaldable aspira a doblar representación con 4 concejales y asaltar la alcaldía dentro de cuatro años

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, en el ciclo de desayunos preelectorales de ACEDE

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, en el ciclo de desayunos preelectorales de ACEDE / Joan Cortadellas

Meritxell M. Pauné

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El alcaldable del PP en Barcelona, Daniel Sirera, ha sido el tercer protagonista del ciclo de desayunos preelectorales organizado por la asociación empresarial ACEDE, que relata en exclusiva El Periódico. Tras escuchar a Ernest Maragall (ERC) y Xavier Trias (Junts), una veintena de empresarios y emprendedores catalanes pasó revista a la propuesta política del candidato popular. Su habitual tono sosegado no le impidió disparar con dureza contra sus adversarios y dejó sobre la mesa sugerencias llamativas como un museo del Holocausto judío en Montjuïc.

Llegó acompañado de dos asesores y un apoyo de altura, la diputada y exdelegada del gobierno español Llanos de Luna. Sirera insistió una y otra vez en su condición de alternativa real a las políticas de la alcaldesa y líder de los Comuns, para asegurar incluso que Trias y Colau “han hecho la misma política, cada uno con su estilo”: “Trias permitió la okupación de Can Vies y del Casal Tres Lliris, fue el impulsor inicial de las superilles, ha dicho que si gana no desmantelará la prolongación del tranvía hasta Verdaguer e incluso, en este mismo foro, se opuso a los cruceros que hacen parada diurna”. “Para todo esto ya tenemos a Colau”, zanjó.

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, junto a la diputada Llanos de Luna y el presidente y el secretario general de ACEDE, Joan Vilar y Paco Camarasa

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, junto a la diputada Llanos de Luna y el presidente y el secretario general de ACEDE, Joan Vilar y Paco Camarasa / Joan Cortadellas

De 2 a 4 concejales

El popular fue realista en cuanto a sus posibilidades de conquistar la vara de alcalde, en vista de las encuestas publicadas hasta ahora, pero hizo valer su ambición a corto y medio plazo. “Mi objetivo es doblar la representación este mayo, pasando de 2 a 4 ediles, y dentro de 4 años poder optar a la alcaldía”, avanzó. Lejos de fichar independientes, quiere confeccionar su lista con militantes poco preocupados por la conciliación: “Busco gente del partido dispuesta a no tener hora de irse a casa, a ser el último en irse de las reuniones”. Ante unos comicios tan reñidos, no rehuyó que el PP puede ser determinante el día de la investidura si hay más de una mayoría posible. En especial darle la vara a Trias para impedir un tercer mandato de Colau.

Aseguró que dará sus votos al aspirante que le compre un listado básico de propuestas de su programa electoral, entre las que citó contratar 1.000 agentes más para la Guardia Urbana y reivindicar a los Mossos d’Esquadra 3.000 más para la capital. También situó como requisito crear “una Zona Franca fiscal” en Barcelona para atraer empresas, apoyar la propuesta legislativa del PP en Congreso de los Diputados para desalojar okupas en 24 horas y “desmontar” algunas superilles sin precisar cuáles ni cuántas.

“Lo que no haré es cambiar mis votos por más asesores para mi grupo municipal o por la presidencia de tal distrito”, comparó, en una referencia velada a Manuel Valls. En este sentido, explicó que se sentó al lado de Xavier Trias durante la gala de premios a la Empresa de l’Any de El Periódico y alardeó de los esfuerzos del posconvergente para ablandarle. Según Sirera, insistió mucho en distanciarse del independentismo para acercar un eventual apoyo del PP.

Montjuïc, trasvases fluviales y aeropuerto

Preguntado por relanzar Montjuïc con el centenario de la Exposición Universal de 1929, aseguró que ya había mantenido reuniones sobre cómo convertir la montaña en una “ciudad de museos” que sea “centro de atracción turístico” para visitas de “uno o dos días en familia”. Incluso fue más allá y aseguró que, a raíz de la ruptura del hermanamiento con Tel Aviv, ha trabajado un “proyecto para poner en Montjuïc algún tipo de museo que recuerde el Holocausto y todo lo que ha sufrido el pueblo judío”. “Montjuïc significa ‘montaña de los judíos’, sería un buen sitio para ponerlo”, agregó.

Informado de que tenía representantes del sector del turismo entre los socios de ACEDE asistentes al encuentro, no escatimó contundencia en este campo. Defendió ampliar la oferta de alojamientos que ahora el PEUAT limita en el centro: “Barcelona no es Cuba ni Venezuela, tienen que poder abrir nuevos hoteles”. Y también avaló la ampliación del aeropuerto de El Prat a costa del paraje natural de la Ricarda: “Es una necesidad para el futuro económico de España y no podemos parar el progreso… No pasa nada por trasladar un poco la Ricarda, es la solución más económica y práctica”.

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, en el ciclo de desayunos preelectorales para socios de ACEDE

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, en el ciclo de desayunos preelectorales para socios de ACEDE / Joan Cortadellas

No fue el único dardo al ecologismo. Preguntado sobre la sequía actual, Sirera se posicionó sin complejos a favor de los trasvases fluviales en Catalunya: “Si Barcelona necesita agua tenemos que poder hacer un trasvase”. Cargó contra las políticas municipales de movilidad sostenible, incluidos los radares porque multan también en fin de semana, y cuestionó que las pacificaciones busquen mejorar el aire y no fastidiar solamente a los vehículos privados. Es más, reveló que se siente inseguro cuando va en bici por la ciudad y que ya no puede circular con su moto Impala a causa de la Zona de Bajas Emisiones.

Finalmente se mostró partidario de aligerar los trámites previos a la apertura de negocios en la ciudad, que ahora “tardan entre 8 y 14 meses cuando en Madrid se tarda un mes”. Sugiere que el empresario firme una Declaración Responsable en la que se comprometa a cumplir las normas y que si se le pilla con una infracción “le caiga un puro”, un sistema tradicionalmente criticado por el difícil resarcimiento de daños ambientales o patrimoniales cometidos y el déficit crónico de inspectores municipales. 

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