Precampaña municipal

Las maletas por deshacer que Daniel Sirera se trajo de Valencia a Barcelona

El alcaldable del PP lleva apenas 20 días en la capital catalana, desde que fue nombrado alcaldable del partido en la ciudad

Daniel Sirera, alcaldable PP para Barcelona, en su casa

Daniel Sirera, alcaldable PP para Barcelona, en su casa / ZOWY ZOETEN

Toni Sust

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Daniel Sirera metió el pasado 10 de enero sus pertenencias en el coche, un BMW X3 que, recalca, tiene 16 años, y volvió a Barcelona desde Valencia, donde llevaba un año trabajando. Se fue a las ocho de la tarde de aquel día, tras recoger el cartel que había encargado en una imprenta valenciana, con el que a la mañana siguiente compareció por primera vez en su nueva etapa en la capital catalana, que rezaba: ‘La Barcelona sensata’

Regresó con el objetivo, complicado, de intentar ser el alcalde de su ciudad capital catalana, y está todavía abriendo algunas de las maletas que hizo a toda prisa. Porque hasta unos días antes de que se confirmara, no supo con seguridad que le tocaría asumir su nueva responsabilidad.

Maletas por abrir

Sirera enseña esas maletas en el piso del Eixample en el que vive de alquiler. Paga 1.500 euros mensuales por cerca de 120 metros cuadrados. Mientras vivía en Valencia, donde asesoraba al líder del PP en esa comunicad, Carlos Mazón, venía los fines de semana para ver a sus dos hijos. Uno estudiante de Diseño y el otro, de bachillerato. Durante la entrevista entrega al mayor un 'tupper' con albóndigas (hechas por la abuela) y arroz blanco.

Sirera se convertirá después de las elecciones del 28 de mayo en concejal del ayuntamiento de la capital catalana: las encuestas coinciden en que el PP mantendrá sus dos ediles o que los incrementará, por lo que su representación parece asegurada.

Retorno a Sant Jaume

No solo regresa a la ciudad. También vuelve al consistorio. El ahora cabeza de lista se convirtió en concejal en Barcelona por primera vez en 1996 y lo fue durante tres años: “Iba en la candidatura del PP en las municipales de 1995 pero me quedé fuera. Cuando Enrique Lacalle dimitió para irse al Consorci de la Zona Franca, corrió la lista y entré yo”. Entonces, era el candidato de las juventudes, Nuevas Generaciones, y su presidente en Barcelona.

Han pasado casi 27 años desde entonces, un periodo en el que siempre ha sido militante popular. De su primera etapa como edil recuerda haber descubierto la posibilidad de influir en la vida de la gente: a la salida del Hospital Clínic se daban atropellos porque la gente cruzaba por una zona sin paso de peatones. A petición suya, se instaló una barandilla que, dice, evitó accidentes. Pero no es de los que pretende cambiar el mundo ni la sociedad: “No, no, a mi la sociedad que hay me gusta. Lo que quiero es ayudarla a que viva mejor”.

Daniel Sirera, alcaldable por el PP para Barcelona, en la cocina de su casa, este lunes.

Daniel Sirera, alcaldable por el PP para Barcelona, en la cocina de su casa, este lunes. / ZOWY ZOETEN

Sant Antoni

Nació en Badalona: “Mis abuelos paternos vivían en Sants, y los maternos en L’Hospitalet. Los primeros compraron un piso en Badalona y cuando mis padres se casaron alquilaron el piso de debajo”. En 1973, se mudó con sus padres y su hermano mayor a Barcelona, a la calle del Marqués de Campo Sagrado, en Sant Antoni, donde la familia vivía de alquiler. Estudió en los Escolapios de Sant Antoni. “Fui muy feliz en aquel barrio”.  

No sobraba el dinero, pero los Sirera pudieron darse una alegría y dejar atrás el Seiscientos en el mismo 1973: “Es uno de los recuerdos más espectaculares de mi vida, cuando mi padre logró comprar un Seat 1430 familiar, nuevo, de color blanco. Mis padres decidieron que hiciéramos un viaje a Andorra para comprar una vajilla Duralex. Fuimos mis padres, mi hermano, yo, mi abuelo y mi abuela. Aún tenemos ese coche. Está en Castellón”. También conserva la factura: 164.091 pesetas que, dice, se pagaron a plazos.

La factura del Seat 1430 del padre de Daniel Sirera.

La factura del Seat 1430 del padre de Daniel Sirera. / .

El padre de Sirera empezó su trayectoria laboral como practicante: “Iba a las casas a poner inyecciones”. Amante de las motos, se hizo agente de la Guardia Urbana de Barcelona para llevarlas: “Fue motorista y luego hizo de todo. La Guardia Urbana fue su vida”. Coincidieron un tiempo como concejal y agente del cuerpo. Su madre, que todavía vive, es ama de casa.

Cómo se afilió a Alianza Popular

“Mis padres eran votantes de Convergència i Unió en las autonómicas y de (Adolfo) Suárez (líder de UCD y primer presidente democrático tras el franquismo) en las generales”, cuenta. Ya con el PSOE en el poder, en 1987 asistió a la moción de censura presentada por Antonio Hernández Mancha, líder de Alianza Popular, a Felipe González: “La actitud prepotente y chulesca del PSOE me llevó a pensar: ‘Estos tíos de qué van’”.

Debió de ser de las pocas consecuencias positivas de la moción, que acabó con la carrera política de Hernández Mancha. Y así, molesto con el PSOE, Sirera, decidió afiliarse a AP, el partido del que surgió el PP, donde no conocía a nadie. Se apuntó a Nuevas Generaciones del Eixample. Tenía 18 años.

Comte Borrell

Ya de casado vivió en la calle de Comte Borrell y luego en la Barceloneta. Ahora vive en la calle de Valencia, y viene de Valencia, lo que le acerca al caso de Manuel Valls, que vino de París para vivir en la calle de París, pero niega mayor similitud: “No haré alcaldesa a Colau”.

Fue diputado en el Parlament de 1995 a 2010, con habilidad para relacionarse con los medios y cierta imagen de ser el progre del PP: “No sé si soy progre o no”, replica. También fue senador, de 2007 a 2008. Con la edad y el ascenso, como suele pasar, menguó la felicidad, hasta el final abrupto de la breve presidencia del PP catalán, que asumió en julio de 2007 tras la renuncia de Josep Piqué. En julio de 2008 el partido prescindió de él y Alicia Sánchez-Camacho le sustituyó: “Decidí irme sin hacer ruido”. Estuvo dos años en el sector privado, impulsando una empresa de comunicación. “Más que duros, fueron años extraños”.

Finalmente, el PP premió su adiós disciplinado y lo envió al Consell de l’Audiovisual, donde estuvo una década, antes de que Mazón le fichara “como técnico”, como director de gabinete y estrategia el 1 de febrero de 2021: “Valencia no me es ajena, tres de mis cuatro abuelos son valencianos, veraneo en Castellón”.

Inseguridad

Ve Barcelona insegura, sucia, descuidada. Es crítico con que el gobierno de Ada Colau reforme algunas calles y otras no, como Consell de Cent, la calle paralela a la suya: “No pueden hacer una ciudad de primera y otra de segunda”. Está a favor de acabar con la limitación para hacer más hoteles, y estudiar en detalle la norma del 30% de vivienda protegida en las grandes promociones. Va por Barcelona “en moto, bicicleta y transporte público”, y asegura que no irá en coche oficial. No porque le parezca mal, porque lo considera poco práctico

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