Daniel Sirera, presentado como alcaldable del PP: “Vivo en Barcelona desde 1973 y nunca la vi tan degradada”

Daniel Sirera ha vuelto este miércoles a la sede del PP catalán, en la calle de Urgell, donde tanto tiempo ha pasado en las últimas décadas: lleva 37 años militando en las filas de los populares, desde que ingresó en Nuevas Generaciones, las juventudes de lo que todavía se llamaba entonces Alianza Popular, con Antonio Hernández Mancha (a quien pocos jóvenes o ninguno deben de recordar) como líder del partido.

En esas filas ha desempeñado casi todos los papeles institucionales posibles: concejal en Barcelona, diputado en el Parlament, senador, presidente del partido, consejero en el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC).  

Daniel Sirera será el candidato del PP al Ayuntamiento de Barcelona

Ahora, tras periodos de prosperidad y alguno de ostracismo, Sirera se ha convertido en el candidato del partido a la alcaldía de Barcelona en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo, al ser ungido como tal por el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo. Fue formalmente designado por el comité electoral del PP el pasado lunes, como avanzó este diario. Lo suyo es un regreso en varios aspectos.

Alcaldable o consejero

De entrada, vuelve a Catalunya tras un periplo en Valencia, donde durante el último año ha sido jefe de gabinete de Carlos Mazón, el presidente del PP en esa comunidad. Los fines de semana regresaba a Barcelona, donde residen sus hijos. De Mazón ha dicho que será presidente valenciano tras las próximas elecciones.

De Sirera se dijo que si no hubiera sido alcaldable en Barcelona sería un de los consejeros de ese hipotético Gobierno de Mazón. Y hay quien sostiene que quizá prefería lo segundo, aunque él nuevo candidato se ha aferrado al discurso habitual de tantos políticos: “No hay nada mejor que ser alcalde de tu pueblo”.

“Finalmente, aquí estoy. Incluso he pensado en empezar con aquella frase que se atribuye a Unamuno: decíamos ayer”, ha afirmado Sirera al empezar su intervención, arropado por el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, y por el presidente provincial de Barcelona, Manu Reyes.

Sirera llevaba, ha precisado, 15 años sin intervenir ante el atril de la sala de prensa del PP en Barcelona. Su breve presidencia del partido, en la que fue relevado por Alicia Sánchez-Camacho, tuvo un final abrupto, pero él optó por afrontar los malos tiempos sin hacer ruido y permaneció al abrigo del partido.

El pasado jueves ya le habían confirmado que sería alcaldable, y este martes llegó a Barcelona en coche desde Valencia, con las maletas. “Vivo en Barcelona desde 1973 (nació en Badalona en 1967) y nunca la he visto tan mal, tan degradada como en estos momentos”, ha asegurado.

Preguntado por sus planteamientos de política de pactos, ante un escenario en el que se da por hecho que el nuevo gobierno de Barcelona saldrá de un pacto entre dos o incluso tres partidos, Sirera ha descartado apoyar a Ada Colau, a quienes la respaldan y a los partidos independentistas. Y de hecho ha descartado también a Xavier Trias y Jaume Collboni, alcaldables de Junts y PSC.

Se ha presentado como la única opción útil de voto constitucionalista: “Espero que el PP se convierta en la casa común del constitucionalismo, el único partido que pueda plantar cara a los populistas y a los independentistas”. Y ha apelado a los votantes populares que dejaron de apoyar al partido para votar a Ciutadans o Vox: “Espero que los que piensen en votar a Vox me voten a mí”.

Agradecimiento a Bou

En el terreno de los agradecimientos, Sirera ha mencionado a Núñez Feijóo y a Alejandro Fernández, y ha dedicado elogios rotundos a su antecesor, el actual presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou: “Quiero agradecerle especialmente su labor, si valentía, su apuesta decidida por el partido y la ciudad, y su compromiso personal y vital, que asumió en un momento complicado”. Bou logró que el PP mantuviera la representación del partido cuando todas las encuestas lo veían fuera del consistorio por primera vez.

Ha subrayado que no tiene intención de servir de palanca para la elección de un alcalde determinado, como hizo Manuel Valls con Colau y ha afirmado que no existe “ninguna maldición bíblica” que impida que el PP gobierne Barcelona: “También era imposible llegar a la Luna y el hombre llegó”.

Ha explicado que en su primer día en la ciudad como alcaldable, ha visitado el Raval por la mañana, y allí se ha reunido con vecinos de un edificio propiedad del ayuntamiento que llevan días sin agua caliente ni calefacción: “Yo no quiero que Barcelona siga siendo así”.

Hijo de guardia urbano

“Barcelona es una ciudad insegura, sucia, con graves problemas de movilidad. Ha dejado de ser una ciudad de referencia. Quiero recuperar la mejor Barcelona. Quiero recuperar aquella Barcelona divertida que fue. Quiero ser la voz de los que se sienten solos. No he aceptado la responsabilidad para ponerme de perfil o perderme entre el paisaje”, ha advertido.

“Madrid tiene un gran alcalde y es una gran ciudad. A nadie se le pregunta de dónde viene o adonde va. Me gustaría que Barcelona fuera así, porque fue así”, ha declarado ante la pregunta de si la capital de España sería su referente como modelo de gestión.

Y mirando atrás, ha recordado a su padre, ya fallecido, y a su madre: “Me siento orgulloso de que un hijo de guardia urbano y de una taquillera del Metro de Barcelona pueda ser candidato a la alcaldía de Barcelona”.