De Can Lluís a Casa Leopoldo: manteles desaparecidos de la Barcelona de Carvalho

La metamorfosis de Casa Leopoldo en restaurante chino ha puesto en pie de guerra a los paladares selectos de Barcelona. El negocio no cierra, pero su transformación es tal que empuja Casa Leopoldo a la lista de pérdidas gastronómicas de la ciudad.

Y es que Barcelona, en especial Ciutat Vella, han llorado los últimos años el cierre de varios restaurantes muy populares que satisfacían tanto al vecino de a pie como al gourmet más exigente. Locales con solera, con una carta de cazuela y recetario regio, y sobre todo con una atmósfera que los hacía especiales.

Se da el caso, además, que algunos eran también referentes del universo literario de Manolo Vázquez Montalbán. ¿Qué manteles le quedan a su célebre detective Carvalho? En la lista de sus favoritos hay ya más pasado que presente. Suerte de la coctelería Boadas y de los restaurantes Ca l’Isidret y Can Solé, porque sino el inquieto personaje acabaría en un McDonald’s.

Casa Leopoldo

Como ha explicado al detalle Cata Mayor de El Periódico, el templo gastronómico del Raval ha reabierto convertido en un bar chino que hace un menú de mediodía de 12,5 euros. Un cartel con los nuevos platos tapa ahora el letrero destacaba que hacían 'Cocina tradicional catalana’. El resumen es que allí donde Montalbán comía rabo de toro hoy se cocinan rollitos de primavera y arroz tres delicias.

Can Lluís

Este histórico del Raval abrió en 1929 y cerró el año pasado. No pudo recuperarse del impacto de la pandemia... ni la batalla judicial contra el fondo inmobiliario que adquirió el edificio. El escritor era un fan declarado de sus buñuelos de bacalao, una de las especialidades de Can Lluís. Tanto es así que en 2013 se estrenó una ruta gastronómica por la Barcelona de Montalbán que recalaba en este local específicamente por sus buñuelos.

Quo Vadis

Este comedor de referencia para el público del Liceu, situado en la calle del Carme, cerró en junio de 2013 y también era un templo de Carvalho. Bajó la persiana tras 57 años por la falta de relevo generacional en todos los ámbitos: al frente del negocio y en la clientela de la Rambla. Tres salones, altillo y planta baja que podían dar de comer a más de cien comensales.

Senyor Parellada

Otra pérdida en la Barcelona antigua es la fonda Senyor Parellada, aunque su relevo ha sido menos traumático. Este clásico de la calle Argenteria abrió en 1983 y cerró por la pandemia en 2021. Su espíritu sigue vivo en la casa madre, la Fonda Europa de Granollers. Ha reabierto este año con nuevo enfoque, nombre e interiorismo: se trata de Carmina, del grupo barcelonés Isabella’s, que rinde tributo a algunos platos de su predecesor y busca un camino propio sin renunciar a propuestas de alta calidad para paladares exigentes. Si viviera Montalbán, seguro haría el mejor retrato de los aciertos y errores de este cambio de manteles.