LA TRANSFORMACIÓN DEL REC COMTAL

Historia escrita de una calle de Barcelona, de videoclub a tienda de recuerdos

De videoclub a tienda de souvenirs

Especulación en Barcelona: De videoclub a tienda de souvenirs / periodico

Helena López

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En el alto techo del espacioso local da vueltas un ventilador de aspas que da si cabe más autenticidad al lugar. Las paredes, largas, están forradas de películas. En los metros y metros de estanterías de este santuario del cine independiente, joyas como ‘Gummo’, la ópera prima de Harmony Korine, el director de ‘Spring Breakers’, o ‘El huevo de la serpiente’, donde Ingmar Bergman narra la gestación del nazismo, de visionado obligado en los tiempos que corren. O todo -"todo", subraya sin esconder su orgullo David Cabrera‘Star Trek’: desde la serie original de 1966, con todos los documentales y ‘spin offs’. Además del valioso fondo documental, el patrimonio del Cíclic, en el 7 de la calle del Rec Comtal, en el Casc Antic de Barcelona, son las relaciones vecinales que allí se generan. “En el Cíclic se teje comunidad. Mientras recorres las estanterías siempre hay una vecina que te recomienda una película, que te explica una historia; es uno de los pocos espacios que quedan donde los vecinos no somos unos extraños”, contaba una vecina y socia del videoclub el 12 de julio del 2017, atrincherada frente a la puerta para detener por segunda vez su desahucio.

Ese día lo hicieron. Evitaron que la comitiva ejecutara la orden judicial, dictada tras el impago del alquiler, que se produjo tras el importante incremento del mismo tras la venta del edificio. Todo un clásico. Y lo volvieron hacer en otras dos ocasiones. La última, el 23 de setiembre del 2017. Al poco y pese a la resistencia y solidaridad vecinal, el desenlace previsto. La nueva propiedad cambió la cerradura consumando la muerte anunciada.

Recuerdo de la Costa del Sol

El espacio descrito en el primer párrafo de este texto, en el que durante casi 14 años podían encontrarse perlas como ‘Buñuel y la mesa del rey Salomón’, de Carlos Saura, es hoy una igual de grande -el local es el mismo- tienda de souvenirs. Los temores de David Cabrera, alma y cerebro del videoclub, antes de verse obligado a bajar la persiana -"lo que quieren es echarnos de aquí y montar otro sitio para guiris o para ricos"- se hicieron realidad. Sus largas paredes están igual de abarrotadas o más, pero donde antes había cultura hoy hay una ecléctica mezcla de productos para el público visitante. Imanes de nevera "recuerdo de Barcelona", "recuerdo de España", "recuerdo de la Costa Brava" o incluso "recuerdo de la Costa del Sol". De botas de vino a botijos con todo tipo de mensajes. De toros con piel de ‘trencadís’ a muñecos medida ‘Nancy’ de jugadores del Barça y del Madrid.

La sustitución de un comercio por el otro se hace muy evidente -y para muchos doloroso- en la calle. El actual establecimiento exhibe su poderío puertas hacia afuera. La entrada está forrada de poco o nada discretas camisetas. Una de 'La casa de papel' es lo único que queda de la pasado del lugar.   

En el local de al lado, el 7 B, hasta hace poco resistía el El balcón del Tietar, 'El Balcón', un bar de barrio, que aún servía de punto de encuentro y recreo para los vecinos. Donde bajar a hacer un cortado o una cerveza, según la hora del día. Donde hacer vida vecinal. Resistía. Ya cerró. También cerró. Actualmente se encuentra en obras y ya tiene colgado un cartel de próxima apertura.

“Un hotel, una historia, una ciudad”

Unos metros más allá, en el 19 de la misma calle, en enero del 2018, Núñez i Navarro abría el hotel Rec Barcelona. En su web, un eslogan: "un hotel, una historia, una ciudad". No mienten. Su apertura fue otro revés para el tejido vecinal del Casc Antic y de toda Ciutat Vella. Los vecinos intentaron durante años frustrar la operación. Pero Núñez i Navarro volvió a ganar. 

La plataforma Aturem l'Hotel Rec Condal logró llevar el caso incluso a la fiscalía. El fiscal de delitos urbanísticos, Antoni Pelegrín, admitió "irregularidades administrativas relevantes" en la operación urbanística que permitió la construcción. En opinión del fiscal, la aprobación definitiva del plan especial que hizo posible el nuevo hotel en una de las puertas de entrada a Ciutat Vella "se hizo con infracción de una serie de preceptos" que comportarían "vicios de nulidad de pleno derecho" del mismo. Pese a eso -otra victoria moral para los vecinosarchivó el caso.

"Este barrio se ha convertido en un show"

El pasado mes de octubre, el hotel formó parte del 48H Open House Barcelona, el festival de arquitectura que invita a los vecinos a visitar el interior de edificios relevantes de la ciudad. La activista Maria Mas, de la plataforma contraria al hotel, acudió a las jornadas, no para visitar el edificio, sino para recordar su historia: "Me parece escandaloso, vergonzosoEste barrio se está convirtiendo en un 'show'. La lucha fue larga y dura y no conseguimos nada". En el muro frente al solar de al lado del hotel, bajo meses de pintadas, aún se ven los restos de uno de los murales pintados por los vecinos en una de las jornadas reivindicativas contra el hotel. "Aquí hi volem equipaments!decía.

A pocos metros, pero en la otra dirección, barrio adentro, en el Pou de la Figuera, otra batalla en defensa de un modelo de barrio, de ciudad. El Espai Mescladís se resiste a abandonar la gestión de la terraza que da vida a la plaza, oasis de vida de comunitaria desde el que se defiende a diario -y con hechos- el derecho a migrar. El activista vecinal Daniel Pardo, recuerda un artículo publicado en la revista Masala en marzo del 2016. Lo titularon 'Sant Pere Més Baix: reforma d'un carrer, reforma d'un barri'. En él, hacían un retrato pesimista del futuro de la calle, la continuación de la del Rec Comtal. "Tres años más tarde vemos que aún nos quedamos cortos", concluye.