PREGUNTAS SOBRE LA INDEPENDENCIA / 8

¿Qué costaría la luz?

Aun fuera de la Unión Europea (UE), al romper unilateralmente con España, el nuevo Estado dispondría de suministro energético gracias a las interconexiones existentes. Pero los costes de un mercado desacoplado podrían ser superiores a los actuales.

Instalación de contadores para aplicar el nuevo precio de la luz por horas.

Instalación de contadores para aplicar el nuevo precio de la luz por horas. / periodico

AGUSTÍ SALA

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Los costes eléctricos podrían ser mayores si Catalunya rompe abruptamente con España. Fuera de la Unión Europea (UE), el nuevo Estado debería crear un mercado de acuerdo con sus capacidades de generación, como sucede por ejemplo con Marruecos, que mantiene interconexiones con España, pero tiene un sistema distinto del europeo, explica Jorge Morales de Labra, experto del sector. Dentro de la unión se funciona con mercados acoplados. Pero no fuera.

La prioridad sería negociar con REE, dueña de la red de transporte y participada por el Estado español (20%), para tener una red de seguridad. Las conexiones con Aragón y Valencia serían internacionales, como la de Francia. Irremediablemente sería necesario renovar condiciones de intercambio con los vecinos.

Desde 1990, Catalunya consume más electricidad de la que produce. Más del 10% del consumo se importa de Aragón y Francia, que son excedentarios. REE prima la optimización de costes y la estabilidad del conjunto del sistema español y Catalunya también exporta electricidad, pero menos, a Valencia y Andorra.

A su vez, el nuevo Estado debería tener una entidad que supliera el dispatching de REE, el grifo que regula desde Madrid las centrales que funcionan y a qué precio y la oferta y demanda que se intercambia con los vecinos. Y lo mismo para el gas (Enagás) y el petróleo (CLH). Con todos ellos habría que cerrar acuerdos y crear un mercado eléctrico para fijar precios, hoy establecidos en el que comparten España y Portugal.

Ciclos combinados

También se tendría que instar a firmas como Endesa o Gas Natural que aumentaran el uso de los ciclos combinados (gas), la tecnología con más potencia instalada en Catalunya y hoy por hoy con baja utilización. La contrapartida es que es cara.

Sobre el papel, el nuevo país tendría suficiente potencia instalada para autoabastecerse, pero siempre que lograra garantizar el fluido desde España o Francia en caso de necesidad. Además de las centrales de gas destacan las tres nucleares (Ascó 1 y 2 y Vandellòs 2), que suponen la mitad del consumo eléctrico catalán, un nivel solo superado por Francia, Lituania, Bélgica y Ucrania; y el 40% de toda la capacidad atómica de España. El otro gran pilar, la hidroeléctrica, ofrece menos estabilidad.

El mix energético catalán está desequilibrado por el peso del gas y la nuclear y una menor aportación de energías renovables. Con todo, el Consell Assessor per a la Transició Nacional (CATN) dice que se «podría suministrar la energía a unos precios un 30% inferiores a los del sistema eléctrico español». Pero los expertos avisan de que «la parte del recibo que son cargas o impuestos dependerán de una decisión política».

Sea cual sea el futuro de las nucleares -mantenerlas, alargar su vida útil o cerrarlas (las licencias vencen en la década del 2020)-, Catalunya debería tener su propio consejo de seguridad nuclear e instar a las dueñas de las centrales, Endesa e Iberdrola, a invertir para guardar más residuos a la espera de soluciones. La alternativa, política y socialmente difícil, sería hacer un cementerio nuclear en Catalunya o pagar por enviar los desechos a Francia -España paga 60.000 euros diarios mientras espera si se construye un cementerio centralizado en Villar de Cañas (Cuenca)-. También debería pactar con España seguir usando el almacén de El Cabril (Córdoba) para los residuos de baja y media intensidad (incluidos los de hospitales).

La mejor apuesta para depender menos del exterior son las energías renovables. Y Catalunya, que fue pionera de las mismas en los años 90, hoy está a la cola por la falta de impulso del Govern de CiU, que ahora propone un futuro 100% verde, y del tripartito. «Es una opción buena para el medioambiente, para reducir la dependencia exterior y para crear pequeñas instalaciones y autoconsumo, que genera actividad y empleo», afirma José María García Casasnovas, portavoz de energía del Col·legi d'Enginyers Industrials.

Como en casi toda Europa, en Catalunya apenas el 5% del consumo energético se cubre con recursos propios. Pero el país tiene infraestructuras para distribuir esa energía. Son privadas al 100% lo que, para el CATN, es una garantía ya que las empresas «consideran Catalunya como una parte significativa de su mercado». Otra cosa es si estas estarán dispuestas a invertir lo que determine el nuevo Estado, que requerirá mallar más la red distribución, especialmente en áreas susceptibles de apagones como Girona.