PREGUNTAS SOBRE LA INDEPENDENCIA / 5

¿Estaríamos protegidos?

La secesión unilateral dejaría durante unos años a Catalunya al margen de los organismos policiales internacionales, y la obligaría a crear unos servicios de inteligencia desde cero. La vulnerabilidad ante las amenazas del crimen organizado y el terrorismo aumentaría.

Los Mossos detienen a un presunto yihadista en Sabadell, el pasado abril.

Los Mossos detienen a un presunto yihadista en Sabadell, el pasado abril.

ANTONIO BAQUERO

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Terrorismo yihadista, narcotráfico, inmigración clandestina, ciberdelincuencia, crimen organizado, blanqueo de capitales... Los retos de seguridad que los estados europeos han de afrontar en la actualidad no solo son muchos. También son cada vez más complejos. ¿Podría enfrentarse a ellos con garantías una Catalunya independiente? Los expertos consultados por este diario consideran que, pese a disponer de un cuerpo policial moderno y profesional como los Mossos d'Esquadra, el nuevo país estaría, al menos durante unos años, en una situación de extrema vulnerabilidad.

La principal causa de esta debilidad sería que, al menos de salida, el nuevo Estado quedaría huérfano de las relaciones exteriores que actualmente mantienen las fuerzas de seguridad españolas, presentes en organismos policiales internacionales como Interpol y Europol, y con una fluida cooperación policial con los servicios policiales y de inteligencia de Marruecos y Francia, entre otros.

«En la lucha contra el terrorismo yihadista, la información de inteligencia que se obtiene a través de la cooperación internacional es básica. No estamos hablando de terroristas que se ciñen a un territorio concreto, sino de gente que viaja, que va y viene de un país a otro. Si desde fuera no te alertan de esos movimientos, estás vendido», comenta Javier Jordán, experto en terrorismo y catedrático en la Universidad de Granada.

Obviamente, ese aislamiento no sería eterno, ya que Catalunya acabaría entrando en los organismos policiales internacionales e iría tejiendo relaciones. El principal riesgo estaría en ese interín, más o menos largo. Además, el nuevo país se enfrentaría a otro obstáculo importante: al principio carecería de servicios de inteligencia, que deberían ser creados desde cero. Y todo eso en el territorio del Estado donde se han desarticulado en los últimos años más células yihadistas.

Fernando Reinares, investigador principal de terrorismo internacional en el Real Instituto Elcano, considera que «en materia de radicalización y terrorismo se agravarían los riesgos y amenazas debido al extraordinario debilitamiento de las capacidades antiterroristas en el ámbito catalán derivadas de su exclusión de la Unión Europea y, por tanto, de participar en los mecanismos e instituciones de cooperación policial, judicial y de inteligencia, entre otras, desarrollados en el marco comunitario». «Catalunya sería un escenario mucho menos protegido y decididamente más vulnerable. Caben pocas dudas en este sentido», sentencia Reinares.

Cesión de datos policiales

Para la experta en seguridad pública Gemma Galdon, la dimensión de esos riesgos dependerá mucho de «cómo se hagan las cosas». «Por ejemplo, si la Policía Nacional no cede las bases de datos biométricos, los siete millones de catalanes deberemos pasar por las comisarías a hacernos un nuevo DNI. Si las cede, ese contratiempo no existirá».

«Si se hacen las cosas de forma amigable, la transición será mucho más fácil. Si no es así, habrá que comenzar de cero a crear un nuevo espacio policial», comenta Galdon, que destaca que la situación geográfica de Catalunya, en pleno Mediterráneo, «entraña riesgos, aunque son unos riesgos que existen con Estado propio y sin él».

Además, si la independencia supusiera la retirada de la presencia de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, el Govern estaría obligado a aumentar la plantilla de los Mossos d'Esquadra. «Para empezar, porque deberían asumir tareas, tales como el control de las fronteras ya las aduanas, que hasta ahora no han desempeñado», comenta Galdón.

La factura de los recortes

Para el diputado de Iniciativa per Catalunya (ICV) Jaume Bosch, posiblemente el político catalán con más conocimientos en materia de seguridad y que ha sido durante 12 años portavoz en la comisión de Interior del Parlament, parte del problema que se encontraría una Catalunya independiente obedece a las políticas de recortes aplicadas durante los mandatos de Artur Mas.

«En caso de una Catalunya independiente, los Mossos d'Esquadra tendrían que asumir las tareas que actualmente llevan a cabo el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Y a causa de unos recortes que han impedido hacer nuevas promociones desde hace cuatro años, los Mossos están bajo mínimos, incluso sin tener que asumir esas tareas», explica el diputado ecosocialista. «En consecuencia, el cuerpo debería sacar nuevas promociones a marchas forzadas. Y ya hemos visto que, a veces, cuando tienes que sacar muchos nuevos policías se acaba bajando el listón de la exigencia», añade.

Pero no todo serían inconvenientes en el nuevo escenario. En opinión de Bosch, «con la independencia los Mossos podrían estar representados en las instituciones internacionales como Interpol, cosa que hasta ahora el Estado español impide». «Además, nos ahorraríamos los problemas de competencias entre cuerpos que actualmente vivimos», concluye.