LAS RELACIONES PRESIDENCIALES

Dardos palaciegos

Rajoy y Mas airean sus diferencias en sus discursos de bienvenida a la cumbre, en los que aluden veladamente al debate soberanista

Bienvenida 8 Mas recibe a Rajoy en el palacio de Pedralbes, ayer.

Bienvenida 8 Mas recibe a Rajoy en el palacio de Pedralbes, ayer.

RAFA JULVE / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La estrategia consiste en lanzar el ataque pertrechado de un buen escudo. Se localiza una cita destacada de algún personaje de renombre y se utiliza de ariete contra el adversario. Así, al relacionar tu discurso con el pensamiento de una celebridad, das más empaque a tu alocución y dificultas que el rival menosprecie tus palabras. Lo hizo ayer Artur Mas al recordar una frase de Winston Churchill y le respondió con la misma moneda Mariano Rajoy al aludir a Miguel de Cervantes. Todo ello para marcar territorio ante los ministros de Exteriores presentes en el palacio de Pedralbes, convertido en una soterrada pista de esgrima dialéctica a cuentas del debate soberanista.

Tal vez a algunos de los dirigentes congregados en la cumbre les pasó por alto, pero las salutaciones de Mas y Rajoy llevaban más munición que las decenas de Mossos desplegados en el recinto. «Cuanto más mires atrás, más puedes mirar hacia adelante», proclamó el 'president' parafraseando a quien fuera primer ministro del Reino Unido entre 1940 y 1945 y entre 1951 y 1955. Antes de ello, el jefe del Govern no dejó de ensalzar el europeísmo de los catalanes («nuestro cordón umbilical con Europa no se ha roto nunca y sigue alimentando nuestra identidad y nuestro proyecto») y de aleccionar a los presentes sobre las «profundas raíces» de Catalunya, explicándoles por ejemplo que la Generalitat data de 1359 y que él es su 129º presidente. Por eso la referencia de Churchill. Y por eso la frase con la que redondeó su intervención: «Los catalanes miramos lejos, hacia nuevos horizontes que imaginamos europeos y mediterráneos».

En cuatro idiomas

En su discurso, en el que intercaló el catalán, el inglés, el francés y el castellano, Mas evitó definir Catalunya como una nación (la calificó de «territorio»), aunque eso no ensombreció las caras de satisfacción de su equipo. En octubre del 2013, el jefe del Govern se quedó sin poder hablar en el Foro del Mediterráneo porque lo vetó la Moncloa. Ayer fue el primero en hacerlo después de participar en el besamanos a los ministros justo al lado de Rajoy, con quien intercambió un saludo meramente protocolario a la entrada del palacio, donde estuvo conversando con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante más de cinco minutos.

En la clausura del acto de bienvenida, el presidente del Ejecutivo central tampoco perdió ocasión para hacer de contrapeso aMas. «Barcelona es la capital española del Mediterráneo», manifestó Rajoy, que se jactó de haber situado a la ciudad «en el epicentro de la política europea» con esa cumbre.

Pero el mensaje no acabó ahí. En la novela 'Las dos doncellas', Cervantes describe Barcelona como «flor de las bellas ciudades del mundo» y «honra de España», lo que le vino al pelo a al mandatario popular para recordarlo en la reunión y defender así la españolidad de la urbe tras las elisiones de Mas. En aquella obra menor del autor de 'El Quijote', la citada frase continúa hablando de la ciudad como «temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos», pero Rajoy se saltó esa parte y pasó a centrarse en la lucha contra el yihadismo. En ese capítulo, al hablar de «unidad», de que «juntos somos más fuertes» y de que hay que «fomentar la estabilidad», Rajoy pareció parafrasearse a sí mismo, pues son las mismas sentencias que usa cuando arremete contra los independentistas.