«Vivir la vida según tus propias reglas me parece muy sexi»

Con la misma sencillez despampanante con la que transmite su entusiasmo por la vida, Noelia Morales (Sabadell, 1971) ha convertido un pequeño trozo de tela en un potente símbolo de libertad femenina. Ella es una de las ponentes de la jornada TEDxBarcelonaWomen que se celebra este viernes en el Mazda Space de Barcelona, donde presentará su parche para mujeres mastectomizadas Anna Bonny.

-En el 2015 superó un cáncer de mama, pero no quiso reconstruirse el seno extirpado. Se da por hecho que te lo reconstruirás, sobre todo si eres joven, pero pese a la presión general son más las mujeres que deciden no hacerlo. La reconstrucción es una opción válida si realmente te ayuda a estar bien, pero es un proceso largo y penoso que no se explica. Yo pasé por cinco médicos hasta que una doctora fantástica me miró por primera vez a los ojos y me dijo: «¿Tú qué quieres?».

-Es la pregunta fundamental. El día de la mastectomía vino al hospital una maquilladora para que no sintiera que ya no era mujer. ¿Para sentirme mujer necesito maquillaje? ¡Si yo no me maquillo! El maquillaje, la peluca, la prótesis... todo se hace para ayudar, pero en el fondo el mensaje es que, como a partir de ahora te rechazarán, tienes que disimular. ¿Desde cuándo la feminidad está encapsulada en un pecho?

-¿Y dónde diría que está encapsulada? En la actitud y en la fuerza para dirigir tu vida como quieras, en lugar de que otros lo hagan por ti. Vivir la vida según tus propias reglas me parece muy sexi. Yo me siento superatractiva cuando salgo a la calle con un escote y se nota que solo tengo un pecho; me da la sensación de que soy la bomba. 

-La cicatriz desnuda cuesta más. Al volver a casa con un pecho vi que salía de la ducha y me vestía sin mirarme. Tengo un hijo de 6 años y siempre iba tapada. Era como si hubiera perdido ambos pechos y toda esta parte de mi cuerpo no existiera. ¿Cómo podía estar desnuda o en una situación íntima con mi pareja y sentirme atractiva?

-De esa reflexión nació el parche. Empecé cortando un sujetador por la mitad y probándomelo sobre la cicatriz. Enseguida me sentí liberada y vi la similitud con los piratas. Fue mi pareja quien me animó a compartir la idea con otras mujeres.

-Es un trozo de tela muy pequeño, pero el simbolismo es muy potente. Parece sencillo, pero hay muchos detalles. Yo soy abogada de formación, tengo una empresa de análisis de tendencias de mercado y nunca he hecho diseño, así que pedí ayuda a amigos diseñadores. Hay tres estilos de parche y todos están hechos de manera artesanal y pensados hasta el último detalle. Pero como el objetivo no es hacer negocio, también puedes bajarte de la web el patrón del parche más sencillo y hacértelo tú misma [www.annabonny.com].

-¿Por qué lo llamó Anna Bonny?

-Siempre me he tomado la vida como una aventura, el cáncer también; no es valentía, es mi carácter. Pero, como no quería personalizarlo tanto en mí, busqué nombres de mujeres piratas y salió el de Anna Bonny.

-Cuéntenos quién era. Más allá de ser una mujer pirata, también era bisexual, ¡en el siglo XVIII! La capturaron, pero desapareció la noche antes de su ejecución y nunca más se supo. Me gustaba la idea de que esta mujer que vivió según sus propias reglas reapareciera en esta época porque, aunque se ha trabajado mucho el tema de la mujer, pienso que lo esencial sigue estando mal resuelto. 

-¡Pero si ahora casi todo el mundo se declara feminista! ¿Avanzamos en la lucha por la igualdad salarial, pero cuando te extirpan un pecho resulta que dejas de ser mujer? Aquí hay algo que falla.