María Villalón, a prueba de batacazos

María Villalón (Ronda, 1989) fue la ganadora, en el 2007, de la primera edición de 'Factor X'. Tenía 17 años, dos discos autoeditados que iba vendiendo ella misma de puerta en puerta y la cabeza muy en su sitio, pese a su juventud y a sus ansias de volar entre notas. Sabía que no iba a salir del programa convertida en una estrella, sino que aquel era un paso más de los muchos que hay que dar en esa "carrera de fondo" que es la música, y esa certeza es la que la ha ayudado a llegar hasta hoy con la ilusión intacta, pese a que su historia está lejos del cuento de hadas que es su primera novela: 'El insólito viaje de una gota de lluvia'.

Porque María, en ese perseguir sueños hasta alcanzarlos que es su vida, se ha estrenado como escritora, tras años como lectora voraz y emborronadora de cuartillas. "Soy licenciada en Hispánicas. Siempre me ha interesado la literatura y he estado apuntando cositas, empezando novelas...", explica. Así que cuando la editorial Destino le ofreció lanzarse a escribir la historia de una adolescente que triunfa en el mundo de la música, tuvo claro que lo haría. Y no solo escribiría el libro: también las canciones que aparecen en él. La mejor manera de aunar sus dos pasiones: un libro-disco en el que disecciona lo que supone que un productor se fije en ti entre cientos de aspirantes y de un día para otro pases del anonimato al club de fans.

Eso es lo que le sucede a Atena, la protagonista de la novela, una chica de 16 años de un pequeño pueblo costero que, tras recibir la ansiada llamada, la del 'sí, quiero' [grabar tus canciones], tiene que renunciar a su casa, a sus amigos y a un recién estrenado amor para probar suerte en el mundo de la música. Lo hará, eso sí, con red: la productora en pleno se pone a sus pies para hacer de ella una estrella.

La cara B de la música

¿Eso es lo que le pasó a María? "¡Uy, no! Cuando yo gané 'Factor X', el dinero ya no fluía en la industria musical como unos años antes. Empezaba a notarse la crisis. Además, Atena llega a lo más alto, y yo nunca he estado ahí”, responde la cantautora malagueña. A ella le ha tocado lidiar con la otra cara de la música, la menos amable. La cara B. "De esa hablaré si escribo una segunda parte del libro: de cuando todo te va mal, no puedes vivir de esto y se te cierran las puertas. De cuando dicen que estás acabada y tienes que saber ser fuerte para salir adelante. Porque la música es así: hoy te va bien y mañana estás en el inframundo y nadie quiere saber nada de ti. Contaría otra parte, la parte en la que Atena acaba trabajando en un McDonald’s, como tuve que hacer yo un verano para poder seguir en Madrid. En mi libro aparece la parte dulce, pero hay otra amarga: esta es una profesión muy dura y ganarte la vida con ella es muy complicado".

María habla con conocimiento de causa: escribió el libro aprovechando las cerca de cuatro horas diarias que pasa en el transporte público para ir de su casa, en Toledo, a Madrid, donde se ocupa de la gestión de las redes sociales de una editorial. "Trabajo de nueve de la mañana a seis de la tarde, y además estoy cursando un máster, así que tengo que aprovechar los trayectos de tren para escribir, a diario y con disciplina, sin excusas. El 90% del libro lo hice allí. Las canciones que lo acompañan, de madrugada". Al llegar de trabajar, con la cena aún en el estómago, se encerraba con Emilio Mercader y Jesús Arteaga en el pequeño estudio que tiene en su casa para crear unos temas que casaran lo que necesitaba la novela con lo que a ella le apetecía cantar. "Tienen la mirada adolescente de Atena, pero un sonido que refleja mi evolución y con el que me siento cómoda. Al fin y al cabo, yo soy quien los va a tener que defender encima del escenario", afirma. En total, seis piezas, encabezadas por el 'single' 'Descalza', incluidas en un cedé que se entrega con el libro, aunque también se puede adquirir al margen de este. "Quien quiera comprarlo suelto lo encontrará en formato digipack, con libreto ilustrado y una canción extra", explica.

Con un crédito

Para poderlo grabar, María ha tenido que pedir un crédito. "Con las discográficas ya no cuento. Solo invierten en ti si creen que eres una apuesta segura", se sincera. Tras ganar 'Factor X', Sony le editó dos álbumes ('Te espero aquí', en el 2007, y 'Los tejados donde fuimos más que amigos', con éxitos como 'Llueve', en el 2009), pero las ventas no fueron las esperadas y rompieron la relación. Su siguiente trabajo, 'Historias de una cantonta' (2012), llegó gracias a una campaña de 'crowdfunding' en la que recaudó 15.000 euros en un mes. Ahora, dice, le daba "apuro" volver a recurrir a sus seguidores. "Me parecía abusar de su confianza. Yo ya tuve mi ocasión... Así que me planté en el banco, y lo conseguí: me dieron un crédito. Y ahí estoy, deslomándome para pagarlo. Espero que la próxima entrevista no sea en la cárcel por morosa", se ríe.

Ni los bancos le roban esa risa a prueba de batacazos, una de sus señas de identidad, junto con una vitalidad que le hace despegar sin dejar de tener los pies en el suelo. "Mis padres me han enseñado que, si siembras, recoges. Y yo creo firmemente en eso. Llevo 12 años luchando por mi música, casi la mitad de mi vida, y sé que tarde o temprano va a funcionar. Y, si no, pues no pasará nada. Ya lo digo en el libro: al final de nuestra vida, de lo que más nos vamos a arrepentir es de lo que no hemos hecho. Yo no quiero ni pensar la tristeza que sentiría si no lo hubiera intentado. Lo que yo he vivido, lo que he disfrutado... Ojalá lo consiga, pero, si no lo logro, eso no me lo quitará nadie".