Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Ser romántico te hace demasiado humano

Un camarero muestra un retrato de Lorca en un restaurante en Alfacar (Granada), cerca de donde se cree que están los restos del poeta.

Un camarero muestra un retrato de Lorca en un restaurante en Alfacar (Granada), cerca de donde se cree que están los restos del poeta. / ARCHIVO / AFP / JORGE GUERRERO

La definición de la palabra 'romanticismo' es conocida por todos, pero para mí no es solo un movimiento cultural y artístico desarrollado en Europa y América durante el siglo XIX. Romanticismo abarca mucho más. Es una actitud frente a la vida, un sentimiento inherente en todo ser humano, animal y vegetal. Cuando lastimas a un animal, le clavas una banderilla, le estás haciendo sufrir y su negro lomo se va tiñendo de rojo. Cuando arrancas la rama de un árbol, esta se vuelve roja, del color de la sangre. Esto lo he comprobado con mis manos.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Una mañana cuando vivía en Tossa de Mar, me fui a buscar leña y quise arrancar una rama de un árbol medio caído y me quedé perpleja porque se iba tornando de color rojo. No insistí y me dio mucho en que pensar; estaba viva esa rama y seguro, por mi ignorancia, le hice sufrir. A partir de ahí, solo cogía piñas secas que encontraba caídas en el suelo y palos rotos que rondaban por allí. Así es que todos sentimos, el sentimiento forma parte de nuestro ser. Unos con mayor grado, otros quizá con menor y también los hay que los deben tener tan escondidos o tan dormidos que no se les ve por ningún poro de la piel, ni en una expresión de la cara o una palabra que pueda reconfortarte en algún momento dado.

Yo no sé cuál es mi grado, pero intuyo que debe de ser bastante alto; para bien o para mal. Creo que las personas que nos dejamos arrastrar por el romanticismo, como mis queridos Chopin, Miguel de Cervantes, Federico García Lorca o Cyrano de Bergerac o mi admirado Dostoiesvky, que desde que leí 'El idiota' me afectó tanto, que me sentí más idiota de lo que ya era. He de decir que hay una sustancial diferencia entre ser un idiota o un estúpido. Para mí idiota, no tiene una connotación peyorativa. Pues como iba diciendo, desde aquel libro no he podido acabar de leer casi ningún libro suyo más, aunque los tengo todos. Además tengo un libro llamado" La patética vida de Dostoievsky" de la editorial Apolo del año 1931 y conozco su vida o parte de ella por lo que he leído y reeleído en este libro y lo que vi en documentales que he visto sobre su vida. Cuando leí que nació el 30 de octubre, día en el que también nací yo, y que tuvo dos hijos; un niño llamado Fiódor y una niña llamada Amada, junto con un alma atormentada como siento yo la mía, me quedé impresionada. Esto solo es un hecho anecdótico, pero a mí me gustó tener esas coincidencias con este ser al que admiro tanto, junto con los ya mencionados anteriormente que para mí son mis héroes, por sus vidas y sus obras. 

En realidad pienso que ser tan romántico no te hace más fuerte, sí más vulnerable y  perdedor, pero por contrapartida te hace más humano, demasiado humano, como dijo Nietzsche.  

Participaciones de loslectores

Másdebates