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Retirar la estatua de Colón, sentenciar el pasado con las leyes de hoy

La cara de cristobal Colón. lainz  barcelona 20091019    soc bcn colon

La cara de cristobal Colón. lainz barcelona 20091019 soc bcn colon / SERGIO LAINZ

La lucha por los símbolos, sigue en marcha. La CUP propone retirar la estatua de Colón y poner un símbolo de resistencia americana contra el imperialismo, la opresión y la segregación indígena". Esto pone de manifiesto la clara intención de sentenciar el pasado, con las leyes del presente.

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A Colón siempre se le utiliza como punta de lanza para cualquier teoría relacionada con el capítulo de las conquistas de América. Por ejemplo: "Si Colón, no hubiera nacido, el genocidio se habría evitado". ¿Pero quién nos asegura que, de no haber nacido Colón, otro navegante explorador hubiera llegado a las Américas

Las personas que viajan a Grecia, a Roma o a Egipto para contemplar monumentos, ¿deberían sentirse culpables y no visitar los monumentos, por haber sido levantados en sociedades esclavistas? Si juzgaramos a Julio Augusto César, a la luz de nuestras leyes, como mínimo sería un fascista y entonces que deberíamos hacer: ¿Destruir todos los símbolos y ornamentos asociados a él y su época? ¿Sustituirlos por símbolos que representaran los pueblos que fueron oprimidos por el antiguo Imperio Romano? 

No niego los hechos históricos, pero sacarlos de contexto es otra cosa. Me dirán que los problemas de hoy provienen de aquellos lodos, pues bien, yo les diría que el pasado no se puede cambiar para establecer las bases del futuro.

Por otra parte, si juzgamos que todos los acontecimientos respecto a las colonizaciones fueron un error, los países que se fundaron en base a la revolución que hicieron contra ellos (Argentina, Uruguay, Chile y México, por ejemplo) también son errores.

Si hay algo típico de nuestros tiempos, es adecuacionismo. Delante de la cantidad de información a la cual podemos acceder, como si de un supermercado de ideas se tratase, elegimos aquellas que nos gustan o puedan servir para nuestros propósitos. Coger la cosa por la mitad, y dotarle de todo un significado absoluto, sin tener en cuenta de dónde procede y sus circunstancias.

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