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¡Que viene Trump!

Donald Trump.

Donald Trump. / REUTERS / MIKE SEGAR (REUTERS)

Joaquim Montoliu Martínez

Se acerca el inicio de la presidencia de Donald Trump al frente de los Estados Unidos y el hervidero político y mediático está alcanzando sus cotas más altas a nivel mundial. Los malos augurios se imponen y todavía hay muchos, si nos atenemos a las opiniones predominantes, que no dan crédito al resultado de las elecciones norteamericanas y se echan las manos a la cabeza.

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Para proyectar las actuaciones futuras las expectativas y los presupuestos son parte esencial. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que no se puede controlar todo y un grado mayor o menor de incertidumbre siempre estará presente, algo que puede inquietar o desasosegar, pero que impide que la vida acabe robotizándose.

Obama llegó a la Casa Blanca acompañado de grandes expectativas. Su lema: 'Yes, we can' resonaba como un rayo de esperanza ante un mundo sumido en múltiples crisis. Sin embargo, que Trump ocupe el Despacho Oval genera un temor y rechazo bastante generalizado que el protagonista no deja de alimentar, tanto por lo que se desprende de sus declaraciones y anuncios como por su bisoñez política. ¿Qué cabe esperar entonces?

No traen a cuenta las lamentaciones cuando no puedes obviar relacionarte con aquel que te incomoda. Es más provechoso prepararse para contrarrestar o aprovechar las decisiones que tome. En este sentido, la Unión Europea tiene ante sí un nuevo desafío que es deseable que afronte con unidad política. No debería repetirse el lamentable espectáculo de división vivido con el tratamiento a los refugiados e inmigrantes.

Cuando las perspectivas no son halagüeñas, el lamento se puede enquistar, ¿qué va a pasar? Sin embargo, una reacción proactiva -¿qué voy a hacer?- puede permitir descubrir oportunidades o, por lo menos, atenuar los efectos negativos.

La desconfianza que genera Trump empuja a un replanteamiento las relaciones internacionales y a activar un estado de alerta que puede venir bien para remover posiciones anquilosadas.

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