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Portugal, sin medios contra el gran incendio

Un hidroavión suelta agua sobre bosques cercanos a Pedrogao Grande.

Un hidroavión suelta agua sobre bosques cercanos a Pedrogao Grande. / AP / PAULO DUARTE

Pat Villanueva Pons

Las consecuencias del gran incendio forestal de Portugal están siendo tan terribles como desproporcionadas. No es fácil evitar un incendio en el monte o bosque, ya sea por causas naturales o por desaprensivos incendiarios, ni es de recibo culpar sistemáticamente al Gobierno de tal desastre.

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Sin embargo, el balance hasta ahora de 65 muertos, 136 heridos y las 35.000 hectáreas calcinadas podía haberse minimizado si los criterios universalmente compartidos no tuvieran como base la ignorancia y la estupidez.

Portugal no posee ni una sola aeronave anfibia, pese a que la UE le ofrecía el pasado año 50 millones de euros a fondo perdido, lo que Lisboa, seguramente con buen criterio, rechazó, pues tal cantidad solo cubría la compra de un solo elemento, a todas luces insuficiente, y con el agravante de tener que crear una infraestructura de tripulación, prácticas, reparaciones y repuestos, además de carburante. Prefirió, pues, seguir alquilando servicios del exterior y pedir ayudas internacionales si el caso lo requería.

No obstante, Portugal posee 140 aeronaves de combate, aproximadamente, para las que no le duelen prendas, listas para bombardear muerte y destrucción ante un conflicto o amenaza exterior. Y en cambio, no tiene ninguna para bombardear agua y salvación en territorio propio. No estoy criticando al país vecino, puesto que este es un mal endémico de todo el orbe.

Por otra parte, los bosques deberían estar hoy limpios como una patena, puesto que el calentamiento global es la verdadera amenaza de destrucción pese a la ignorante indiferencia de grandes mandatarios capitaneados por el inefable Trump. Por ello, no sería ninguna barbaridad emplear en estas labores a la población reclusa de cada país, con estímulos de reducción de pena y aportando, ¿por qué no?, cotizaciones a la Seguridad Social. Ellos pagarían una deuda que tienen con la sociedad y a cambio obtendrían unos beneficios.

Mientras no cambien estos criterios universales (que no cambiarán), no vamos a salvar lo que ya es insalvable.

 

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