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Guerra mundial contra los hábitos contaminantes

Consumidores con bolsas de plástico de asas.

Consumidores con bolsas de plástico de asas. / RICARD CUGAT

Yavor Bachev

Estamos en una situación de guerra. Pero no es una guerra política, tampoco es una guerra social o económica. Esta guerra es una lucha contra nosotros mismos, contra los hábitos que hemos obtenidos durante toda la vida y nuestra manera de vivir. Y como en cada guerra tenemos las dos opciones, sobrevivir o desaparecer.

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Si preguntas a una persona en la calle si está preocupada por el medio ambiente sin duda te dará una respuesta positiva. Si le preguntas sobre el cambio climático y su impacto en la naturaleza, en la economía o en la vida del hombre esta persona probablemente te dirá algunas frases bien conocidas. Te confirmará que vive ecológicamente y ciertamente te dará un ejemplo de como lo hace. Te explicará que los políticos son los culpables por no tomar suficientes medidas y continuará con su camino.

Sí, pero no. Somos seres humanos. Y a menudo cometemos errores, a veces inconscientes, a veces bastante consientes. Pedimos café en una taza de plástico, aunque nos sentaremos en la cafetería. Compramos una bolsa de plástico, porque hemos olvidado la de tejido en casa y también porque ¿qué son 5 céntimos? Bebemos con una pajilla, comemos un bocadillo envuelto en papel o aluminio. Todo esto es innecesario, pero lo hacemos. Porque somos seres humanos nos equivocamos, olvidamos, pero nos decimos: "No es fatal, solo hoy".

Pero cuando hoy, 10 millones de personas dicen que 'no es fatal', la única palla se convierte en millones de pallas. Y pasa lo mismo con las botellas, las bolsas los vasos. Con todo.

Y no importa cuán preocupados estemos en palabras, nuestras acciones a menudo hablan de manera diferente. Y seguimos luchando con nosotros mismos todos los días. Intentamos luchar contra nuestros hábitos, sabiendo lo que es correcto, pero aun nos mentimos a nosotros mismos. Es humano. Pero si seguimos mentiéndonos tanto, muy pronto el cambio en el clima no permitirá la existencia de lo humano.

Yo lucho contra mis hábitos malos cada día, pero lo admito: a menudo pierdo la batalla. ¿Y tú?

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