Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Carta de una mujer acosada: "La normalidad de mi vida"

Manifestacion contra la violencia machista en Barcelona.

Manifestacion contra la violencia machista en Barcelona. / CARLOS MONTANES

La normalidad debería ser eso. Salir de casa por las mañanas, después de unas horas de sueño reparador. Sin peso. Con el bolso en bandolera, tu bolsa con los ‘tuppers’ para comer en el curro y la energía para el día que tienes por delante. Sin más mochila que las cosas que dejaste ayer por hacer en la oficina y te esperan hoy. Sin más carga que desayunar con tus compañeros, con esos que pasas tantas horas y que son tu otra familia. Sin más agobio que el de pensar a media tarde qué harás de cenar a tus hijos, o que tienes que pasar por el ‘súper’ a por dos cosas que te faltan, sin más culpa que la de no haber fregado los platos de anoche y sin más miedo que el de hacer frente a un día normal. Con sus rutinas y sus prisas, con sus estreses, con sus sueños, con sus quejas por exceso de trabajo o con sus "que ganas de que llegue la hora de acostarme". Con sus oasis en medio del reloj que aprieta, con sus cafés, con tus hijos, con sus exámenes, con tus series y tus lavadoras. Con tus rutinas. Con tu vida.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

La normalidad debería ser como ese par de horas que pasas en casa de tus padres con la careta puesta. Ese par de horas en que les explicas cosas para que ellos se rían, anécdotas de sus nietos, de tu trabajo, ese paréntesis en el que eres una persona ‘normal’ y no alguien que vive un horror.

Debería ser una extensión de ese tiempo que compartes con los tuyos, ese tiempo feliz y precioso. Esos ratos que regalas para que parezca que todo está en orden.

Nada más lejos de la realidad.

Mi normalidad es salir de casa mirando a todos lados, alerta, temerosa, asustada. Pensar que en cualquier momento puede pasar algo. Saberte observada. Ser consciente de que te siguen los pasos de cerca.

Mi normalidad lleva en el pack terror, ansiedad, manos frías, boca seca, incertidumbre, impotencia, tristeza, miedo.

Mi normalidad me empuja a ir por la calle pegada a las paredes. A intentar ser invisible. A pasar desapercibida. A no llevar tacones los días de riesgo potencial para que se me vea menos y a arreglarme poco por si le veo y eso le incita o le invita o le atrae más a mí.

Mi normalidad pasa por cambiar de hábitos, de supermercado y de peluquería. Buscarlo todo a ser posible en tu manzana. Para no exponerte. Para salir lo menos posible de tu zona de confort. Mi normalidad incluye avisar a mi chico cuando llego a casa sin contratiempos para que esté tranquilo. Cerciorarme de que las dos puertas de mi portal se cierren detrás de mí y mirar a derecha e izquierda por si acaso. Salir del ascensor en la planta 3 y asegurarme de que nadie se esconde en la escalera a mis espaldas. No pisar la calle en horas en las que sabes q seguro que está ahí. Día sí y día también. Durante horas. Recluirte, cambiar planes.  Hacerte transparente. O como mínimo desearlo.

Esto que me pasa a mi desde hace meses y que le pasa a muchas mujeres se llama acoso y no deja huellas físicas. ‘Solo’ cicatrices que sabe Dios si se borrarán. ¿Denunciar? Es fácil. ¿Conseguir algo? No tanto. Tu palabra contra la suya. No pruebas. La calle es de todos. Un infierno absoluto. Semanas, meses. Miedo. Miedo y más miedo.

Hasta que pase. Lo sabemos todos.

Agradecer el apoyo incondicional de Servicios Sociales de BarcelonaCruz Roja y Mossos. Sus consejos, su delicadeza, su acompañamiento y mi agradecimiento por ayudarme en momentos muy duros. Ellos se esfuerzan y hacen todo lo que está en su mano para que no te sientas sola. El problema es la falta de conciencia a otros niveles, de que hacerle esto a alguien es violencia. Y debería ser atajada cuanto antes, si es posible, antes de tener que lamentar una desgracia.

Participaciones de loslectores

Másdebates