¿Cómo puedes cumplir los propósitos de 2023? 10 claves

Son muchas las personas que con el Año Nuevo hacen balance sobre los logros alcanzados durante el año anterior y las metas que faltan todavía por cumplir. Es el atractivo de empezar de cero, como si cambiar el calendario equivaliera a dejar los errores en el pasado para darse otra oportunidad. De ahí que se marquen unos propósitos sobre lo que se quiere lograr en 2023. Pero no siempre se planifica de forma correcta, por lo que no consiguen las expectativas deseadas. De hecho, muchos de ellos son abandonados a los pocos días o semanas del nuevo ciclo. Sin embargo, cambiar la tendencia es posible. Estas son las claves para cumplir con los propósitos de Año Nuevo.

Falta de motivación y de control, autosabotaje, estrés y emociones negativas, entre otros factores, acaban teniendo repercusiones contraproducentes a la hora de ejecutar los pasos necesarios para lograr los propósitos marcados. Además, esto sucede cuando las metas ya están supuestamente planificadas. Por eso, es vital marcar una estrategia y marcar un plan realista para alcanzar los objetivos soñados.

Por qué fallamos

¿Cuál es el problema? ¿Por qué cuesta tanto mantener los propósitos? Uno de los principales obstáculos es la creencia de que será suficiente con la fuerza de voluntad. Esta es la razón que alega la mayoría de la gente cuando explica por qué no pudo alcanzar sus metas, según la Asociación Psicológica Estadounidense.

Otras causas frecuentes de no poder llevar a cabo esos propósitos son proyectar metas poco realistas, haberse planteado demasiados objetivos, no efectuar un seguimiento de los progresos o incluso olvidar qué propósitos se habían planteado. Por todo ello, estas son las claves para conseguir objetivos en 2023.

Consejos para elegir y conseguir los propósitos de Año Nuevo

1. Elegir propósitos que motiven

Es importante pensar en algo que realmente motive, que genere pasión, sin pensar tanto en si es importante o si se debería hacer. Antes de plantearse un objetivo, es importante hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué? La respuesta será lo que de fuerzas para luchar por esa meta.

2. Ser realista

Ponerse metas poco realistas es uno de los principales obstáculos para alcanzar el objetivo. Cuanto más ambicioso es el propósito, más difícil es mantenerlo porque la motivación inicial suele disminuir a medida que pasa el tiempo.

3. Establecer objetivos precisos

Los objetivos en términos demasiado vagos, como perder peso o ahorrar dinero son difíciles de cuantificar y hacen difícil saber si se han alcanzado o no. Es mejor que el objetivo sea, por ejemplo, bajar un kilo por mes o ahorrar cien euros por mes”.

4. Llevar un registro de hábitos

¿A quién no le produce cierto placer tachar una tarea de una lista de cosas pendientes por hacer? Este paso está muy relacionado con esta práctica: escribir los propósitos marcados y, cada vez que se consigue realizar un objetivo de forma diaria, hacerle un 'check'.

La satisfacción conseguida al realizar este pequeño hábito provocará más compromiso para seguir repitiéndolo porque equivale a una recompensa. Es decir, no solo hay que tener en cuenta la importancia del objetivo final, sino también la satisfacción que pueda otorgar a lo largo del camino.

5. Enfocarse en los logros

Del mismo modo que los objetivos positivos dan mejores resultados que los negativos, también es importante centrarse en los logros y pequeños triunfos. Por eso es aconsejable focalizarse en los éxitos y no en los retrocesos, que de bien seguro habrá.

6. Plantear los propósitos en forma de pregunta

Las preguntas son más efectivas que las órdenes o las afirmaciones cuando se trata de lograr que alguien cambie una determinada conducta. Por ejemplo, se ha constatado que el mensaje "Si bebes, no conduzcas" es menos convincente que cuando se formula como pregunta: "¿Has bebido y vas a conducir?". Del mismo modo, un propósito de año nuevo planteado a manera de pregunta ayuda a enfocar lo necesario para que el cerebro empiece a pensar, a innovar e incluso crear de manera distinta.

7. La regla de los cinco segundos

La oradora profesional Mel Robbins creó esta regla, que consiste en que cuando exista pereza por realizar una tarea, hay que imaginar en la mente una cuenta atrás (5, 4, 3, 2, 1…). El motivo radica en que el cerebro está programado para ponerse en funcionamiento después de esto.

8. Otra regla: la de los cinco minutos

Siempre que se inicia un cambio de hábitos, es preferible realizar la tarea a diario durante cinco minutos para generar adherencia. Empezar un nuevo hábito con pequeñas dosis de tiempo y después prolongarlo ayuda a que tanto el cuerpo como la mente se acostumbren de forma gradual.

9. La acumulación de hábitos

Cuando se quiere incorporar un nuevo hábito, la manera más sencilla es acumularlo antes o después de una costumbre que ya se tenga. Por ejemplo: una persona quiere iniciarse en el hábito de la lectura, y ya posee el de tomarse un café cada mañana. En lugar de leer en cualquier momento del día, es preferible que lo haga antes o después del momento del café. Al ir ligado con otra costumbre ya establecida, de forma inconsciente será mucho más fácil de incorporar en la rutina diaria.

10. Buscar un socio o un aliado

Encontrar una persona del entorno personal que quiera comenzar el mismo hábito va a generar un vínculo muy potente. Las dos personas tendrán que ayudarse para poder cumplirlo con consistencia y fortaleza. Esto generará un doble compromiso, con la persona aliada y con uno mismo.