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Victor Küppers: "Ser conformista o resignarse es ser mediocre"

Víctor Küppers, conferenciante motivacional, en Barcelona

Víctor Küppers, conferenciante motivacional, en Barcelona / Jordi Cotrina

Natalia Araguás

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Victor Küppers es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Doctorado en Humanidades. Pero un accidente que le postró largo tiempo en cama le hizo olvidarse de la consultoría a la que se dedicaba profesionalmente y se transformó en conferenciante de éxito. Le contratatan en todo tipo de eventos y llena salas hablando de la importancia de la motivación, actitud y liderazgo. Se le conoce como el gurú de la psicología positiva. Su cuenta en Instagram @vivirconentusiasmoes suma más de 277.000 seguridores y sus vídeos corren por las redes. Cree en la suerte, tanto buena como mala, en Messi y en Santa Teresa de Calcuta.  

-Su lema es “Vivir con entusiasmo”. ¿Cuál es la receta?

-No existen recetas. Influyen muchísimas variables, las circunstancias que estás viviendo, tu genética... Pero sí hay muchas cosas que podemos hacer para afrontar la vida con ilusión, optimismo y alegría. Ponerte metas, enfocarte en las cosas positivas, en lo que está en tus manos y cuidar las relaciones con las personas que más quieres serían algunas.

-En uno de sus vídeos de Instagram dice que los pensamientos negativos no se pueden evitar, pero que muchas veces son una chorrada.

-Mi ámbito es la psicología positiva, son cosas de sentido común. Los pensamientos negativos vienen, pero tienes que aprender a gestionarlos. Lo peligroso es pararse en ellos, entrar en bucle. Entonces viene el desánimo, luego la tristeza y de ahí se puede pasar a la depresión, que ya es una patología.

-¿Y cómo se gestionan?

-Detectándolos. Ahora está muy de moda el 'mindfulness' o el yoga. Pero al final es ser consciente de lo que estás pensando para cambiar el pensamiento negativo. No darles vueltas y más vueltas. Existe el derecho al enfado, hay que desahogarse y muchas veces a lo grande, pero hay que aprender a pasar pantalla. Tu jefe es un mamón, de acuerdo, quizás tienes razón, pero no puedes estar todo el rato pensándolo porque te va a amargar la vida. Nuestro principal recurso como personas es el ánimo.

-También dice que es importante diferenciar los verdaderos problemas de las circunstancias adversas.

-Dramas hay tres o cuatro, no hay más: el fallecimiento de un ser querido, una enfermedad terrible, cuando alguien no tiene trabajo o un divorcio conflictivo. Tenemos derecho a perder la alegría, pero fuera de estos dramas hay que relativizar las cosas. ¿Te ha tocado una habitación interior en vez de una con vistas? Pues enfádate, pero no te amargues las vacaciones. El problema es que cuando no tenemos dramas, las circunstancias adversas las convertimos en dramas, según los psicólogos.

-¿Necesitamos tensión argumental en nuestras vidas?

-Totalmente. Muchas veces el entorno te arrastra, requiere entrenamiento saber diferenciar.

-¿Qué tenemos que aprender de la madre Teresa de Calcuta?

-Sus libros me han influido mucho. Su humanidad, el ser amable con lo demás. Es una cosa que hace que tú te sientas mejor, todo el mundo se sienta mejor y encima es gratis, qué chollo, ¿no? Estamos en un momento que parece que si no hay vela, incienso y complicamos un poco las cosas, hay que descartarlas por simples. Yo recomiendo mucho el libro, 'Los cinco beneficios de ser amable', de David R. Hamilton, que demuestra de todo lo que nos ocurre biológicamente por ser amable. Hay un experimento que era: te sacan sangre después de pasarte 30 minutos acariciando a tu perro y hay una diferencia espectacular.

-¿Qué sucede?

-Se dispara la serotonina, la oxitocina, las hormonas que nos hacen estar contentos, y se reduce el cortisol, la hormona del estrés.

-Un artículo de The Economist, titulado 'La Trampa del Perfeccionismo', decía: la sociedad nos bombardea con instrucciones para ser más feliz, más rico y estar más en forma. ¿Qué hay de malo en ser un tipo corriente?

-Hay que tener mucha personalidad (risas). Vivimos en una sociedad que nos dice lo que hay que ser, qué hay que tener, cuál es el ideal físicamente, eso genera frustración y tensión en muchas personas. Yo no hubiera usado nunca esa palabra pero me gusta: está bien ser corriente, normal, no dejarte influir, en un capitalismo tan salvaje.

-O sea, vale con ser del montón si eres feliz.

Efectivamente. Lo mejor escucharte a ti mismo, vivir como quieres y hacer lo que quieres y ser feliz. Pero es difícil porque nadie vive aislado.

-También dice que la serenidad es aceptar la vida como es, no como nos gustaría.

-Sí, no aceptar lo que no nos gusta nos pone de mal humor, nos quita la alegría. En psicología positiva la palabra básica es ánimo, todo lo que sea perderlo va en nuestra contra. Aceptar las cosas como son no significa que hay que alegrarse de todo, está el derecho al enfado. Pero es infantil e inmaduro esperar que sea todo como yo quiero.

-Pero en otras de sus charlas habla del experimento de la rana, aquel en que pones a la rana en una olla y vas subiendo la temperatura poco a poco hasta que se cuece sin enterarse. ¿Serenidad no equivale a conformismo?

Ser conformista o resignarse es ser mediocre. En la vida al final hay cosas que están en tus manos y cosas que no lo están. Por lo que no está en mis manos tengo que perder poco tiempo y centrarme en lo que sí. Cuando me conformo y me resigno, es que no hago ni lo que está en mis manos.

-Además de la madre Teresa de Calcuta, le gusta Messi. ¿En qué le inspira?

Yo soy muy del Barça y nos ha dado los mejores años, es el mejor de la historia. Me gusta lo que trasmite. Es una persona sencilla dentro de su posición, va con la novia de toda la vida, es familiar y no hace tanto ruido como otros jugadores.

-¿En qué momento da el giro profesional y se dedica a esto?

En el año 2003, tengo un accidente de quad en una despedida de soltero, haciendo el tonto, y me paso tres meses en el hospital. Yo me dedicaba a la consultoría y decido dejarlo. Yo creo en la suerte, en la buena y en la mala, soy un ejemplo de churro.

-¿A raíz del accidente se replanteó su vida?

Más que nada me gusta leer y como tuve tanto tiempo libre me dediqué a los libros de actitud positiva. Eso se convirtió en un libro, hubo artículos, luego me llamó una empresa para dar una conferencia. Tuve suerte.

-¿Cómo le fue durante la pandemia?

Yo me pasaba el día viajando y descubrí que se está fantástico en casa. Estábamos con mis hijos, no fue traumático, yo vivo en Camprodon, un pueblo de los Pirineos, y salía a caminar. No me afectó, se dispararon las conferencias online, sobre todo con Latinoamérica, como no me gusta viajar entonces les dije, “ahora sí”.  

-¿No le gusta viajar?

No, tengo dos grandes defectos, no me gusta ni viajar ni comer, aunque muchas veces me tientan con eso. Me muevo mucho por trabajo y los fines de semana me gusta estar en mi casa. Yo con unos espaguetis soy feliz.

-De cara al Año Nuevo, ¿qué consigna les daría a los lectores de El Periódico?

Te voy a decir una frase de la madre Teresa de Calculta: “Que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”. Creo que si todos nos la aplicásemos nos iría mejor. Cuando bajo a Barcelona yo alucino, tú te sientas a dos centímetros de una persona y lo normal es no decir nada. Lo peor es que no nos sorprende.  

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