Comprensión lectora

Educació aún no ha arrancado el plan de rescate de las bibliotecas escolares anunciado para septiembre

La conselleria afirma que "en los próximos días" convocará el concurso para elegir los 50 centros del proyecto concebido para revertir el fiasco en compresión lectora

Catalunya se desploma en comprensión lectora y se sitúa a la cola de Europa

Más del 40% de los colegios catalanes no tienen biblioteca escolar 

Libros en un aula de una escuela pública en Sabadell, este curso.

Libros en un aula de una escuela pública en Sabadell, este curso.

Helena López

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La última semana de mayo de 2023 se hacían públicos los resultados catalanes del último PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study), estudio que evalúa el nivel de comprensión lectora del alumnado de cuarto de primaria. Unos datos 15 puntos por debajo de los obtenidos en el anterior informe (de 2016), y que sitúan al alumnado catalán muy por debajo de la (ya mala) media española. Mientras el global del Estado obtiene una puntuación de 522 puntos (10 por debajo del promedio de la OCDE, situado en 532), en Catalunya esta cifra bajaba hasta 507, solo por encima de Melilla (498) y Ceuta (496).

En paralelo a estos resultados –y en la línea de lo confirmado meses más tarde por PISA–, el Departament de Educació presentó un plan de medidas para redirigir la situación. La estrella era un plan de rescate –aunque piloto– para las abandonadas bibliotecas escolares (según las últimas cifras oficiales más del 40% de los colegios catalanes no tienen biblioteca escolar pese a estar obligados por ley) enmarcado en el Plan Nacional del Libro y la Lectura, que, según anunciaron en mayo, empezaría en septiembre de 2023 en 50 centros públicos y que aún no lo ha hecho.

A día de hoy, el Govern todavía no ha convocado el concurso para que los centros que quieran aspirar a participar del piloto –finalmente serán 35 públicos y 15 concertados– puedan apuntarse. Fuentes del Departament aseguran que la convocatoria se realizará "en pocos días", y que "todo está a punto" para que el plan arranque "antes de Semana Santa". Es decir, dos trimestres tarde.

El objetivo es que el 80% de los centros dispongan de biblioteca escolar en dos años: ahora menos del 60% la tiene

El primer retraso -de anunciarlo para septiembre, en mayo; a hacerlo para enero, en julio- se explicó ya durante la presentación en el Palau de la Generalitat del conjunto del Plan Nacional del Libro y la Lectura, momento en el que también se introdujo ya el cambio de criterio (primero debían ser todas públicas, luego se introdujo la fórmula públicas y concertadas "en la proporción del peso que tienen en el conjunto del sistema educativo").

Pero llegó enero y el plan tampoco echó a andar. Por cuestiones burocráticas, resumen desde el Departament, que subrayan que "todo está listo". La misma voz apunta a que ya han hablado con "los centros susceptibles de participar en el piloto" –escuelas que disponen de biblioteca, aunque infrautilizada o directamente cerrada, y de un equipo con ganas–, que están esperando que salga "en breve" la convocatoria, así que "el proceso irá rápido". Añaden también que hay "un cierto margen", por si se presentan más de 50 escuelas, para que nadie con ganas y que cumpla con los requisitos quede fuera.

La conselleria explica también que ya ha cerrado el proceso de selección de personal, y que espera poder materializar la contratación de los bibliotecarios también "en los próximos días".

El Plan de mejora de las bibliotecas escolares de Catalunya (PLAMIB) tiene una duración de tres años, incluye la formación específica del coordinador de la biblioteca escolar y los miembros de la comisión de biblioteca (el equipo impulsor). Una formación que toca temas como la necesidad de repensar los espacios físicos y las colecciones, la relación con el entorno, la inclusión y la cohesión social, la innovación, el apoyo al currículum –una de las razones de ser de las bibliotecas escolares–, la dinamización cultural y el impulso a la lectura.

Horizonte 2031

El presupuesto del piloto es, según se recoge en el Plan Nacional del Libro y la lectura , de 4.656.007 euros, entre el 2023 y el 2026; y la intención es ampliarlo. Llevar a cabo esta primera fase (la que va tarde) en los dos próximos cursos, y seguir con una segunda "de expansión" entre el curso 2025-2026 y el 2030-2031.

El Departament ha elaborado una guía en la que señala que las bibliotecas de aula no pueden ir en detrimento de la biblioteca de centro

De hecho, la consellera de Educació, Anna Simó, señaló la semana pasada en sede Parlamentaria que el objetivo –"realista", según definió– del Departament es que en dos cursos el 80% de centros dispongan de biblioteca escolar. Fuentes de la conselleria apuntalan ese "realismo" señalando que en los últimos años los centros sin biblioteca escolar habían aumentado por una coyuntura específica que se puede revertir: la necesidad de espacio que exigían los protocolos de la pandemia y por la tendencia a apostar por las bibliotecas de aula en detrimento de la del centro. Ahora, la consigna del Departament es clara: las bibliotecas de aula están muy bien, pero no pueden sustituir a la biblioteca escolar, por lo que estiman que muchos centros apostarán de nuevo por la centralización –no necesariamente física, pero sí de programario y catálogo–, por lo que la cifra del 80% es "perfectamente asumible", zanjan. Esta consigna está recogida en un documento-guía sobre cómo deben ser las bibliotecas escolares que se publicará en breve.

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