Tensión en el ayuntamiento

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Concentración en Ripoll para pedir el padron para todos los habitantes

Concentración en Ripoll para pedir el padron para todos los habitantes / JORDI OTIX

Elisenda Colell

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"Os bajaréis los pantalones y llevaréis la vaselina: esto es ER (Esquerra Republicana) unos vendidos y unos traidores a Catalunya". Este es uno de los insultos que ha enviado, a través de sus redes sociales, el concejal de Hacienda, Promoción Económica y Vivienda del Ayuntamiento de Ripoll, Guillem Barranqueras, a sus compañeros en el pleno municipal. No es el único concejal del partido ultra Aliança Catalana que tiene un histórico de tuits que rebosan machismo, homofobia y odio. El concejal de Cultura, Deportes, Educación, Juventud e Infancia, Albert Santandreu, ha deseado "colgar de un mástil con la bandera ñorda por el culo" a una jueza de Lleida y ha insultado a una decena de representantes políticos. La oposición denuncia un clima de acoso generalizado desde que gobierna el equipo de la alcaldesa, Sílvia Orriols. "No es digno de quien representa a la ciudanía", se quejan los grupos en la oposición (Junts, ERC, PSC, CUP y Som-hi Ripoll).

Los partidos de la oposición denuncian el clima de acoso que "no es digno de quien representa a la ciudadanía"

El compendio de mensajes de Barranqueras es amplio: llamó "ratas" a los voluntarios que abandonaron la comisión de fiestas de Ripoll cuando el partido de extrema derecha independentista accedió a la alcaldía de Ripoll. "Encima de puta le pones la cama", le respondió a la exconsellera Dolors Bassa en otra ocasión. "Que me la sigan chupando", dijo a CUP y ERC sobre el pacto de izquierdas que fracasó en Ripoll. A estos también les califica de "traidores" que "chupan los cojones". Responde a otros mensajes con "puto desgraciado" y "a mamarla imbécil". Al concejal republicano Roger Bosch le suelta que tiene el cerebro "atrofiado".

No solo falta el respeto a rivales políticos. "Cualquier mierda es mejor que esta purria", opina sobre las personas musulmanas.

Los concejales ultras Guillem Barranqueras y Albert Santandreu han lanzado en redes sociales insultos de todo tipo contra sus rivales

El concejal de Cultura y Educación, Albert Santandreu, tampoco se queda corto. "Si quieres que te coman los huevos, no será que tú eres mucho más maricón?", respondía a un usario en las redes en 2012. En 2023, cuando ya se había presentado a las listas de las elecciones municipales, arremetió contra la consellera de Feminismes i Igualtat, Tània Verge, a cuento de las vacunas contra el covid-19: "Sois una panda de desgraciados" y "nos tratásteis de psicópatas por no aceptar pincharnos con esta mierda".

"Las faltas de respeto son continuas, es intolerable. Parece un patio de escuela"

Joaquim Colomer

— Som-hi Ripoll

Al Tribunal de Cuentas le deseó "que les dieran por el culo". A un militante antifascista le espetó "subnormal" y "rata asquerosa". Y ha calificado de "hijo/a de puta", "puta mierda de persona", "desgracia humana" a Teresa Rodríguez, Jéssica Albiach, Núria Marín, Inés Arrimadas, Miquel Iceta, Carme Chacón, Pablo Casado, Gabriel Rufián y Carlos Carrizosa. A los miembros de la oposición en el pleno municipal les trata de "ratas".

Insultos y tensión en el pleno

La oposición en Ripoll asegura que este clima de acoso ya traspasa la pantalla del móvil y las redes y ha saltado a los plenos municipales. Desde que en las elecciones del 28 de mayo Aliança Catalana pasó de uno a seis concejales y asumió el gobierno municipal, las sesiones plenarias del consistorio son un continuo de faltas de respeto. Es habitual que los concejales ultras hagan comentarios en voz baja, interrumpiendo, insultando o desconcentrando a los ediles de la oposición cuando estos tienen el uso de la palabra.

"A mí me dijeron que si no me parecía bien lo que hacían, que me marchara del pueblo"

Roger Bosch

— Concejal de ERC

"A mí me dijeron que si no me parecía bien lo que hacían, que me marchara del pueblo", explica Roger Bosch, concejal de ERC y uno de los blancos del equipo de gobierno. "Las faltas de respeto son continuas, es intolerable. Parece un patio de escuela", lamenta el concejal Joaquim Colomer (Som-hi Ripoll), que en el último plenario paró su discurso para pedirle a Barranqueras que repitiera en voz alta lo que acababa de decir en voz baja. "Dijo que no se acordaba pero yo sí me acuerdo. Dijo que yo era una mierda de técnico y que no tenía ni idea", sigue Colomer.

"No se pueden permitir estas actitudes agresivas"

Enric Pérez

— Concejal del PSC

La tensión ha tenido picos como el que ocurrió tras el pleno del 25 de julio, cuando el marido de la alcaldesa, miembro de Aliança Catalana, levantó la mano al concejal de la CUP Daniel Vilaseca. "No hubo contacto físico pero con la mano abierta a dos dedos de la cara nos reprochó y replicó una intervención. Nunca había vivido ese nivel de tensión en un pleno", recuerda Bosch, que lleva varias legislaturas a sus espaldas. "No se pueden permitir estas actitudes agresivas", añade el concejal del PSC Enric Pérez.

"Estas actitudes no son dignas de quien está representando a la ciudadanía de todo un municipio"

Daniel Vilaseca

— Concejal de la CUP

Ejemplo de esta tensión es que ningún partido de la oposición asistió a la tradicional copa de Navidad del último pleno del año que organiza el ayuntamiento. "Yo pensé en ir pero vi el desprecio con el que Orriols trataba a una ciudadana que preguntó en un pleno, riéndose de ella, y se me pasaron las ganas", añade el socialista.

Manifiestos contra la violencia y la intimidación

Esta crispación ha llegado incluso a la calle. El pasado 12 de julio, un miembro de Aliança Catalana persiguió a un grupo de jóvenes magrebís que tiraron una lata al suelo. El marido de Orriols también se encaró a jóvenes con actitud violenta. Este ha participado en dos peleas en el municipio. Una, el 10 de septiembre y otra, el 20 de octubre, ambas relatadas por la alcaldesa.

Los partidos de la oposición han firmado un manifiesto en el que se muestran "muy preocupados por el aumento de la crispación y la rabia". Apelan a la tolerancia y a combatir el victimismo y el odio. "No dejaremos que la extrema derecha nos divida. Queremos evitar ser la prueba que el odio crece y se propaga de forma encubierta", cerraba el texto.

"Estas actitudes no son dignas de quien está representando a la ciudadanía de todo un municipio. No pueden tener cabida. Debería reinar la capacidad de representar unas ideas de forma educada, sin faltar al respeto y respetando los derechos de las personas y la ciudadanía", expone Vilaseca.

Colomer apunta que dentro del colectivo de funcionarios municipales el clima tampoco es mejor: "Los técnicos municipales nos han comentado que hay un estado de nervios y de mucha presión. Algunos han perdido las ganas de trabajar", relata este veterano concejal, que asegura que los ediles de Orriols incluso "intimidan a las empresas, el 'esto se hace por mis cojones' es muy habitual", asegura Colomer.

Todos los concejales consultados por este diario coinciden en señalar que el equipo de gobierno de Aliança Catalana carece de educación y formación para desarrollar sus funciones en el consistorio. "Les da igual Ripoll. No hacen ni presupuestos. Solo les importan las elecciones al Parlament", opina Bosch. Este diario se ha vuelto a poner en contacto con el Ayuntamiento de Ripoll, que sigue sin querer hacer declaraciones a este medio.